31. Formas De Decir Te Quiero.

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KILIAN POV

Entramos los tres a la habitación de mamá. Ahí está mi bella madre, está sentada en la pequeña sala que tiene mientras arma un rompecabezas en la mesa de centro.

—Mis tres bebés—dice con felicidad cuando nos mira.

Los tres vamos hasta ella y la saludamos con un abrazo. Nos sentamos junto con ella, los pequeños se ponen a armar el rompecabezas que hace segundos mamá armaba .

—¿Cómo les ha ido?—pregunta mamá.

—Muy normal—contesto.

—Muy raro, mis días no eran normales con este par—dice entre risas.

—Aprendí a controlarlos un poco.

Sonríe y niega un poco.

—Ayer Havzel hizo tus galletas para nosotros, para la venta—habla Via sin dejar de buscar el espacio para la pieza del rompecabezas.

—¿Enserio?, me alegra, no creo que tu hermano lograra las galletas—susurra pero la logro escuchar.

—Oye—me quejo—pero tienes razón, había comprado en la tienda un paquete.

—Lo sé, te conozco bastante. ¿Qué tal le quedaron?

—Muy buenas—dice Via.

—Tenían un poco de tu toque, siguió la receta al pie de la letra y sabían muy buenas. Y otra cosa, Oliver fue maleducado con ella.

—Eres un chismoso—dice Oliver entre dientes.

—No me importa. Él le arrebató la receta, alzó la voz y fue mal educado.

Mamá lo mira con seriedad.

—Es que ella tomó tu receta—explica Oli.

—Ella se llama Havzel—le reprocho.

—Oliver, Havzel puede hacer mis galletas las veces que sean sí de esa manera ustedes se pueden sentir más cerca de mí. No conozco muy bien a esa bella chica, pero sé que ella los quiere y adora mucho, se toma un tiempo de su vida para ayudarlos cuando están en problemas, lo que deberíamos hacer es agradecerle con buenos actos. Yo no te he educado de esa manera Oliver Spinster McQuaid.

Y vaya que nos ha salvado. Y ahora que recuerdo, le debo un pastel de zanahoria y dos barras de chocolate.

Come demasiado y no engorda. ¿A dónde se le va la maldita comida?

—Lo siento mamá, le pedí perdón de todas formas—susurra Oliver mientras juega con la orilla de su playera.

—Espero no se repita.

Él asiente.

—Bueno, ¿y mi Via que novedades tiene?—pregunta mamá.

—Yo nada, solo que Henry me regaló un chocolate y una flor, mi favorita, un tulipan rosa, y me puso un apodo bonito, me dice conejito.

Maldito niño.

—Oww, son tan lindos—dice mamá mientras aprieta las mejillas de Olivia.

—Pero son niños—me quejo.

—Yo también idolatro tu relación con Havzel, y no voy por ahí diciendo "pero son adolescentes"—explica mamá.

Relación con Havzel, no.

—Es muy diferente, además, no tenemos una relación más allá de la amistad, ella tiene un chico de ojos claros, incluso hoy va a conocer a sus padres.

Mamá hace una mueca.

—Que lastima, tus ojos de verdad brillan mucho cuando la ves.

¿De verdad brillan?, que vergüenza. ¿Por qué nadie me lo había dicho?

El Día Que Te Amé حيث تعيش القصص. اكتشف الآن