El Día Que Te Amé

23. ¿Celos?

KILIAN POV

Obviamente el azul Spinster es mejor que el verde de Tyler, sé perfectamente que todas las chicas prefieren mis ojos a los de él, pero estoy dudando con Havzel, ¿qué rayos le ve?, sí, somos amigos, pero como es que él logra llamar la atención de ella, simplemente no comprendo.

—Apellida raro—me llama ella haciéndome abrir los ojos.

—¿Sí, dolor de cabeza?

—La comida ya está, así que levántate.

—Comamos aquí en la sala, no tengo fuerzas para ir hasta el comedor.

—¿Seguro?

Asiento lentamente.

Ella regresa a la cocina junto a Oliver y Via, pasan unos segundos para que mis hermanos vengan a la sala con sus platos de sopa, después de unos pocos minutos Hav entra a la sala con dos platos de sopa. Me levanto y tomo mi plato.

—Gracias, dolor de cabeza.

—No es nada, apellido raro.

—De verdad, es mucho lo que haz hecho por nosotros en tan pocos días.

Sus mejillas se ponen rojas y luego comienza a comer.

Havzel Relish. No hay forma concreta para describirla, puede ser la chica más dulce y a la vez estresante, te puede sacar una sonrisa y en pocos segundos darte un dolor de cabeza. Pero lo puedo aguantar, lo que no puedo aguantar, por una extraña razón, es que Tyler es quien la quiere acaparar. Ella comenzó a hablar conmigo primero, aunque no fui el mejor al principio, pero yo llegué primero. Mi puesto no me lo quitarán.

—¿Cómo ha estado tu mamá?—pregunta en un susurro.

—Estable, no he podido ir a visitarla, pero hemos hablado por video llamada y se ve excelente.

—Me alegro por ella, con tan solo verla pude sentir una tranquilidad y un sentimiento de felicidad, me gustaría hablar con ella algún día.

—Estoy seguro que le caerías muy bien.

Porque mi mamá y Hav tienen la misma personalidad, aunque mamá no me causa dolores de cabeza, pero son muy parecidas, les gusta ayudar, siempre están felices, son perfectas.

Me acerco hasta donde está sentado, quedamos a centímetros de chocar hombros.

—¿Qué haces?

—Comiendo, ¿tú?—sonrío al ver sus mejillas rosadas.

—Eres raro.

—¿Y te gustas la gente rara?

Mira mis ojos y me escanea lentamente el rostro.

—Me agrada la gente rara.

Comienzo a comer para esconder una sonrisa y para que el calor de la sopa enmascare el rosa de mis mejillas.

—Muchas personas dicen que la fiesta de ayer fue genial, me gustaría acordarme de algo.

Suelto una risa.

A mi también me gustaría que se acordara de algo, y con algo me refiero al beso. Me gustaría acercarme sin pena o vergüenza y darle otro beso, pero creo que sería muy raro e incómodo.

—También me gustaría recordar algo.

—Me aseguraré de no beber tanto la próxima fiesta.

—Mejor no seas tan floja y no tomes la primer botella que encuentres.

Ríe y mira su plato de sopa.

Giro a ver a mis hermanos, Oliver sigue leyendo su libro mientras come, pero puedo ver que los ojos le pesan, y Via está a punto de quedarse dormida, con la cuchara trata de tomar sopa, pero lo único que toma es aire, después lo mete a su boca.