Jiang Cheng en Corea del Sur. 3.24

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Al viajar en avión, una persona normal se cersiora de que sea seguro, de que su equipaje pase por seguridad sin problemas y por llegar a tiempo al aeropuerto; Estos dos se cersioran de una cosa, la velocidad del avión.

—¿Nos conviene más el vuelo de setecientos kilómetros por hora o el de quinientos kilómetros por hora?—el coreano se puso a hacer más cálculos—si queremos disfrutar del día, el de setecientos kilómetros por hora—hasta para empacar usan cálculos.

Por ejemplo, el estimado de prendas que usarán a lo largo del viaje, más los accidentes que puedan ocurrir con la ropa, la cantidad de veces que se puede usar una prenda y las salidas sorpresa.

Hay que estar listos para todo.

. . .

Sólo les tomó, exactamente, tres horas, un minuto, sesenta segundos, y sesenta mil milisegundos llegar a Seúl, Corea del Sur.

Su primer destino fue el viejo apartamento de Dong Chul en Hagye-dong, cercano a la universidad nacional de ciencia y tecnología de Seúl, donde alguna vez estudió Dong Chul.

El apartamento era pequeño, Jiang Cheng no podía creer que por un tiempo, su novio vivió en un espacio tan reducido, contrario al enorme apartamento donde vivían, no es por presumir, pero hasta les sobraba espacio.

—¿Cómo es que viviste tanto tiempo aquí?—Dong Chul miró alrededor—ahora que lo pienso, no lo sé—Jiang Cheng asintió y se sentó en la cama, misma que ocupaba mitad del cuartito, el otro cuarto era el baño.

Cuando alzó la mirada encontró un enorme diagrama de estrellas cubriendo el techo, dejando sólo un hueco en el foco—ese es el diagrama estelar más grande que encontró mi hermana—mencionó, Jiang Cheng regresó su mirada—¿ella te ayudó a establecerte aquí?—el coreano asintió—después de que mi padre y yo discutiéramos, y que él me echara, mi hermana me consiguió esto—le contó—es un lindo lugar, para alguien solitario—Dong Chul rió.

—Ciertamente no era tan popular en la escuela—Jiang Cheng lo observó incrédulo—debiste haberle gustado a muchas chicas y chicos—Dong Chul se quedó pensando un poco—no que yo sepa, sólo se me declararon una vez y...creo que mi padre terminó por alejarla de todas las formas posibles—hizo una ligera mueca de tristeza.

—Pero ahora estoy contento, porque finalmente tengo a alguien a mi lado—le sonrió.

Jiang Cheng le sonrió también, sintiéndose culpable por dentro.

. . .

Con un auto rentado, disfrutarían el primer día en Corea.

El primer lugar que visitaron fue el mercado Namdaemun, mientras Dong Chul le explicaba acerca de los productos que vendían, Jiang Cheng aprovechaba para tomar fotos y preguntarle de vez en cuando, mientras caminaban.

Después visitaron el mercado Dongdaemun, donde le compró unos paquetes de mascarillas a su hermano en una de las tiendas, mientras que a su hermana le compró unas cuantas cremas hidratantes.

Pasaron a una cafetería para descansar, Jiang Cheng pidió un té negro de frutos rojos, mientras que Jang Dong Chul pidió un americano frío.

—Primero te mostraré algunos lugares de Seúl, le dije a mi hermana que estamos aquí, así que antes de ir a casa de mis padres iremos a la isla de Jeju y a Busan—Jiang Cheng asintió, bebiendo cuidadosamente su té—¿a dónde iremos después?—le preguntó.

—Una villa cercana, es una recreación de un pueblo de la dinastía Joseon—explicó—después iremos a Gwanghwamun y daremos un paseo corto por el parque Gran Seúl antes de regresar al lugar donde nos hospedamos—sonrió.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora