Estrés pre-nupcial.

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"El estrés se produce cuando creemos que una situación desborda nuestros recursos o capacidades, o si simplemente nos sentimos inseguros o perdidos."


El gran día se estaba acercando, y en unos días Lan Liang y Jiang Xen se convertirían en marido y mujer. Lan Liang se encontraba un poco nerviosa, más por el hecho de que WangJi no acepta del todo a su pareja que por la consumación de su matrimonio.

Ella misma juró no amar a nadie más que no fuera Nie YiLun, pero las promesas son más frágiles que el cristal; él siguió con su vida después de ella, se casó, tuvo hijos y la olvidó. Ahora, era su turno de seguir con su vida, después de una larga lista de intentos fallidos, encontró a la persona indicada con la que pasará el resto de su vida.

En cuanto a sus conejos, su casa de soltera pasa a ellos; Jennifer, su fiel amiga y la cuidadora de los conejos, puede encargarse de ellos, sólo Hua Hua va a ir con ella, pues últimamente le gusta pasar tiempo con A Lian.

El asunto de WangJi era complicado, por más que ella quisiera seguir cuidando de él, la tarea se hacía imposible. Internamente, maldecía a su difunto hermano mayor por haberle heredado casi todas sus antiguas responsabilidades con la empresa, también maldecía su éxito, que aunque era bueno, le quitaba demasiado tiempo.

Si tan sólo no se hubiese peleado con QingHeng.

Estaba tan hundida en sus pensamientos que no escuchó a su mellizo entrar—ya envié las invitaciones que quedaban—avisó, la mujer le sonrió un poco, suspiró y con el poco valor que le quedaba preguntó—la familia confirmó su inasistencia, ¿no?—Lan Qiren bajó la mirada, dejó de contener la respiración y asintió—lo suponía, ¿Sabes, A Ren?—el mencionado la observó y se atrevió a contestar—¿Qué sucede?—Lan Qiren esperaba una de sus típicas quejas o un "la lealtad filial no existe para ellos, cuando se trata de mí", sin embargo, grande fue su sorpresa de ver a su hermana melliza llorar.

Sinceramente, en toda su vida, Lan Qiren nunca vio, ni una sola lágrima en los ojos de su hermana.

Ella era realmente seria, con un rostro frío pero agradable, sonriendo frente a las cámaras, pero siendo ella misma detrás de ellas, -aunque con la familia era muy dulce y amable-.

¿Esta era su hermana?, ¿Esta era la persona a la que admiró tantos años por hacerle frente a la familia Lan?, ¿Esta era la hermana que lo ayudó a casarse a escondidas con Wen RuoHan, a pesar de odiarlo a muerte?

La observó, esperando que siguiera con la conversación—realmente nunca me había animado a pensarlo bien—Lan Qiren inclinó su cabeza indicándole que continuara—me refiero a las decisiones que tomé, la manera en la que decidí vivir mi vida—.

—A veces pienso que pude haberme mantenido al margen, vivir como padre me dijo que viviera; en ocasiones siento que si no hubiera seguido mi propio camino, tal vez no me hubiese peleado con QingHeng o hubiese evitado el desprecio de casi toda la familia Lan—su mirada estaba perdida, y las lágrimas seguían cayendo por sus ojos—tal vez, a lo mucho, hubiese podido despedirme de QingHeng de manera apropiada—Lan Qiren se acercó a ella, tendiéndole un pequeño pañuelo desechable de los que había en la mesa.

Se sentó en una de las sillas a su lado—aun si te hubieras mantenido al margen, si hubieras seguido las reglas de la familia, o si hubieras aceptado vivir como otros te decían, no serías tú—Lan Liang lo miró con una expresión complicada—dicho de otra forma, perderías partes esenciales de tu personalidad—inesperadamente, Lan Liang abrazó a su hermano—y de todos modos seguirías rompiendo reglas—Lan Liang rió un poco—dices que te molesta, pero me vas a extrañar—.

—Eso depende—

—¿De qué?—

—De cómo decidas manejar tu matrimonio—eso se salía de todo sentido de la conversación—¿Cómo así?—.

—Porque, siempre que algo llegue a salir mal, sé que invadirás mi casa buscando ayuda—se burló de manera ligera recibiendo una mirada fulminante de su hermana—soy tu parásito personal hermanito—rodó los ojos ante las palabras de su hermana—desde que estábamos en el vientre, gracias por notarlo—ambos rieron un poco.

. . .

Jiang Xen sentía que se le iba el aire, su corazón latía a mil por minuto y sudaba como si lo estuviesen cocinando en una olla.

Pero, ¿Cómo no iba a estarlo?, ¿Acaso no está a punto de casarse con la mujer más cotizada del momento en China? La mujer con más álbumes vendidos en este año, la misma que maneja gran parte de la empresa de su familia aún siendo tan famosa en el medio musical.

No eran nervios, era miedo.

Nunca había sentido miedo, Jiang Xen no era de esos que sintiera miedo con facilidad, pero el incentivo de su miedo era algo muy impropio de él, es decir, lo creería de su primo FengMian, pero no de él.

¿Es normal sentirse insuficiente de repente?

Bueno, la mujer con la que se casaría en tan sólo unos días, es hermosa, talentosa, inteligente, de buena familia, independiente, y con una personalidad única...Diablos, se sentía intimidado.

¿Qué pasaría si no lograba hacerla feliz? Si bien sabía, ella había tenido varios exnovios antes, incluso estuvo a punto de casarse antes; acaso...¿Se sentía inseguro? 

En estos días se estaba quedando con su primo y su familia, pues él tenía un poco de trabajo pendiente y bueno, su cuñado y el esposo de éste volvieron a su hogar. Para sacarse esas ideas de la mente, intentaría hablar con alguien que pasó por lo mismo, su querido primo.

Salió de la habitación de huéspedes, y se dirigió a la habitación de su primo, pero antes de siquiera tocar, la puerta se abrió frente a él—hola—gesticuló mientras observaba a su primo salir y cerrar la puerta con cuidado-miedo-,  de no despertar a su esposa.

—¿Qué sucede?—también gesticuló en respuesta—hablemos abajo—finalmente susurró, consiguiendo que Jiang FengMian lo siguiese escaleras abajo.

Ya estando abajo decidieron sentarse en la sala—¿Me podrías decir la razón por la cuál casi irrumpes en mi habitación?—Jiang Xen simplemente le sonrió—verás, quiero hablar con alguien que ya pasó por esto—Jiang FengMian no sabía a qué se refería, pero de todos modos comenzó a escucharlo.

—En pocas palabras, ¿tienes miedo de ser muy poco para ella?...¿tú?, ¿con miedo?—preguntó casi riéndose.

—Si, si, en vez de reírte...ayúdame—suplicó.

—Bien, déjame preguntarte algo—Jiang Xen asintió—¿la amas?—no lo pensó dos veces antes de contestar—más que eso, la adoro, es el amor de mi vida—su primo volvió a reírse—bien, ahora cada vez que te sientas inseguro, piensa en ello—Jiang Xen lo observó casi incrédulo—¿Cómo?—Jiang FengMian suspiró.

—Bueno, antes de casarme con ZiYuan tuve muchas inseguridades y muchas dudas, no me sentía merecedor de alguien como Yu ZiYuan. Tenía tanto miedo de no poder ser el hombre perfecto para ella, entre todos esos preparativos y mis propias inseguridades, lo único que me hizo sentir mejor era pensar en cuánto amo a esa mujer, además de pensar en la amenaza que recibí por parte de su mejor amiga...no puedo mentir, casi me oriné encima—se rió—pero recordar que por sobre todas las cosas, yo amo demasiado a ZiYuan me hizo sentir el hombre más afortunado del mundo al poder casarme con ella—sonrió.

—Es lo más cursi que te he escuchado decir hasta ahora—se burló, pero le concedió la razón.

—Deja de burlarte, querías ayuda, ¿no?—ambos Jiang bromearon durante un rato, antes de regresar a sus habitaciones a dormir.

Jiang Xen meditó un poco y se relajó, su primo tenía razón, sólo debía pensar en todo el amor que le tenía a la Lan y todo saldría perfecto.

Esa noches y las siguientes antes de la boda, pudo conciliar el sueño.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora