Loki frunce el ceño, está batallando con los miles de pensamientos que cruzan su mente, con sus propios sentimientos que rara vez salen a flote.

—No quiero.

—¿Disculpa?

Aparta mis manos con una acción brusca, logra sorprenderme durante una fracción de segundo, quiero protestar y me callo al sentir el agarre en la prenda superior junto a la proximidad que viene después. Su mano en un puño aprieta la tela con fuerza, seguro que ha dejado algunas arrugas. Su aliento pesado se mezcla con el mío hasta parecer uno solo.

—No quiero olvidarte —confiesa cerrando más la distancia entre ambos—. Sé lo que dije antes, pero desecha mis palabras. Ninguno de los dos se dio por vencido cuando se trataba del otro, ¿no es así?, ¿no es esa nuestra historia? Luchar a pesar de las adversidades, apoyarnos, querernos. —Realiza una pausa, aprovecha para reducir espacio—. Amarnos.

Sus labios se presionan contra mi mentón, tentados a continuar ascendiendo, se queda quieto, quizá esperando que diga algo, cualquier frase es válida, sin embargo, contrario a ello, consigo una forma de demostrarle que no le he olvidado, que tampoco deseo hacerlo, ello es mediante el encuentro de nuestros labios ansiosos por un momento como ese.

Caemos, continuamos cayendo el resto de la noche.

○●○

En la mañana desayunamos con normalidad, le deseé un feliz cumpleaños apenas despertó, él también a mí. Ahora Loki revisa las notificaciones de su celular con una mano, mientras la otra sostiene el vaso que lleva a los labios para ingerir un sorbo del jugo de naranja. El sonido del timbre en la entrada nos libera de la escena hecha para los dos, se disculpa con un susurro, lo veo encaminarse a la puerta, segundos después imito su acción debido a la curiosidad al reconocer la voz de Laufey.

—¡También estás aquí, Thor! ¡Qué oportuno! —exclama ingresando a la estancia para poder darme un abrazo fugaz. Mantiene su sonrisa de antes a la par que extiende una invitación en mi dirección.

Observo con atención la tarjeta plateada con una dirección inscrita e ilustraciones de cumpleaños alrededor.

—Por cierto, feliz cumpleaños a ti también.

—Gracias, señor Laufey. Supongo que nos vemos más tarde.

—Eso espero.

Loki intenta hablar, no obstante, la palma de su padre sobre la boca le impide decir algo.

—Debo irme, hasta luego —menciono señalando la puerta entreabierta, segundos más tarde ya he cruzado hacia el exterior dejando atrás las quejas de Loki y la risa de Laufey.

○●○

Conduzco hasta el viejo vecindario que me vio crecer, estaciono el vehículo, al salir soy recibido por el efusivo abrazo de Hela junto a la repetida elevación de sus cejas en un tono sugerente porque no pasé la noche en casa como había previsto. Al ingresar, me recibe Odín con un rostro neutral con el cual no deja descubrir ninguna de sus emociones.

—Feliz cumpleaños, hijo. Haría el desayuno, pero estoy seguro que ya comiste.

—Toda la noche probablemente.

—¡Hela!

—No dije nada —responde alzando ambas manos a la altura del torso. Pretende lucir arrepentida de lo dicho, sin embargo, la traviesa sonrisa en su rostro la delata por completo.

Intento decir algo, las palabras mueren en algún punto de mi garganta. Pienso en qué punto está mi relación con Loki, qué pasara después de habernos confesado sentimientos ocultos, ¿existía una posibilidad de hacer funcionar lo nuestro?
Hela chasquea la lengua para liberarme de mi trance, entonces me habla sobre la universidad, los días que acompaña a Odín al trabajo para acostumbrarse a su futuro ambiente laboral como abogada. Sonrío por su entusiasmo.

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