Son Gine es perteneciente a la poderosa raza guerrera llamados saiyajin. Siendo en el futuro la última hija de Goku y Milk, pierde a su padre cuando tan solo era una bebé, sin embargo, en el presente es una niña fuerte y con una vida raramente perfe...
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Habían pasado ya tres años desde que Gine y Trunks viajaron 20 años al pasado. Las noticias sobre los androides habían parado en los últimos meses, los cuales aprovecharon para entrenar y terminar de recaudar la energía faltante para la máquina del tiempo.
A raíz que pasaban los días, ambos jóvenes comenzaron a tener sentimientos el uno por el otro. Fue algo que jamás se habían llegado a imaginar, pero ya los tenían y los fueron aceptando. Sin embargo, ningún tenía idea de lo que sentía el otro.
Gine se encontraba meditando en el aire, mientras Trunks revisaba y terminaba de afilar su espada, pero el ruido que este hacia no la dejaba concentrarse. Se suponía que él la había revisado ayer.
– Trunks, ¿podrías dejar de hacer ese sonido? Me desconcentras. – pidió de la forma más calmada posible, mientras seguía meditando.
– ¿Por qué mejor tú no te vas a meditar a otro lado? Sabes que yo siempre afiló acá mi espada.
– Supuestamente ya afilaste tu espada ayer. – aterrizó y colocó sus manos en su cintura.
– Sí, pero no tengo nada más que hacer y es divertido molestarte. – admitió con una sonrisa burlona.
– Entonces consíguete una vida.
– Tú eres mi vida. – guiño un ojo.
– Sí claro. – alzó su brazo para desordenar el cabello de su amigo.
Ambos se rieron un poco, después de unos segundos entró Bulma con una lista de cosas – Chicos, ¿podrían ir a comprar estas cosas? Me falta para terminar la cena.
– Por supuesto mamá. – agarró el papel y se giró hacia la pelinegra – ¿Vamos Gine?
– Claro.
】【
– ¡Rápido Gine, sube! – gritó su compañero que ya estaba en el aire dentro de la máquina del tiempo.
Voló a toda la velocidad que le permitía su cuerpo en ese momento. Logró alcanzar entrar, casi al instante se cerró la compuerta, pudo ver como los androides estaban apunto de lanzar un ataque, pero fue inútil, ellos ya se habían ido.
Gine se había sentado, tenía su codos apoyados en sus rodillas mientras sostenía su cabeza para tratar de no vomitar. El viaje en el tiempo no era muy agradable para ella.
– ¿Te encuentras bien? – preguntó al verla más pálida de lo normal.
– Odio viajar en el tiempo. Me da vuelta todo.
– Piensa en cosas lindas. – hizo una pausa y sonrió – Pescado, calamar, montañas rusas...
El pensar en esas cosas hacían que el estómago y la cabeza de Gine se de más vueltas – Ya cállate.
