CAPITULO 87: Poisoned Youth

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-No puedes reclamar algo que nunca fue tuyo, trataste tan desesperadamente de retenerla que casi la matas.

-¡No!- grito Beren, sus ojos claros ardiendo de furia- Tú le arruinaste la vida, si no fuera por ti ella habría sido feliz conmigo.

-Ya no importa... no vas a volver a verla nunca más- Legolas sentencio con una mirada casi triunfal que saco de quicio a Beren, y la expresión desencajada en su rostro era una discreta advertencia de lo que venía, con los ojos entre cerrados contesto:

-Tu tampoco.

Y con eso dicho Beren levanto su espada contra Legolas quien acertó rápidamente repeler el golpe, en el transcurrir de un parpadeo había comenzado el duelo y la sinfonía de espadas chocando se los hizo saber a ambos ejércitos, un estruendo de gritos y aclamaciones eran tan fuertes que resonaron mucho más allá de donde se daba lugar la pelea. El tiempo transcurría y la pelea se hacía mucho más reñida de lo que cualquiera esperaba, en más de una ocasión sus intentos por herir al otro habían fallado por milímetros.

-No parece fatigado ¿o sí?- murmuro Gimli después de un rato sin apartar la vista de la pelea dirigiéndose a los elfos junto a él.

-No- contesto Glorfindel- ni siquiera respira con dificultad, esto no es normal.

-Oh no- dijo Elrohir que había escuchado lo que comentaban y atrayendo la atención del resto- Miriel nos hablo de como cuando estuvo en el reino de las montañas grises vio como daban de beber a los soldados un brebaje oscuro y desagradable que les daba fuerza para pelear sin agotarse.

-¿Sera posible que sobrepase la resistencia de un elfo?- pregunto Gimli.

-No lo sé, desconozco esa clase de alquimia perversa- contesto Elrohir inquieto.

-Todos sus hombres deben estar intoxicados por ese brebaje- Elladan murmuro, sus ojos observando con cuidado las numerosas tropas enemigas.

-Esto se convertirá en un baño de sangre- contesto Glorfindel perturbado, mientras el terror se apoderaba de los demás- Debemos advertir a Aragorn y sacar a Legolas de ahí.

El sonido de las espadas chocando se mezclaba con los estruendos del cielo que se agitaba violentamente, la adrenalina los saturaba y la impotencia de no haber podido causar al oponente más que heridas superficiales los volvía a ambos más bruscos y menos cautelosos con sus movimientos hasta el punto en que se encontraron con tal fuerza que salieron despedidos en direcciones opuestas. Durante esa breve pausa involuntaria Legolas escucho que Gimli llamaba su nombre, cuando lo miro el enano tenía una expresión de angustia en su rostro que le hacía saber a Legolas que algo andaba mal.

-¡Dime donde esta!- le grito Beren a Legolas mientras ambos se levantaban del suelo haciendo un esfuerzo por disimular el dolor de sus heridas.

-No lo hare... ¿No te basta saber que no está conmigo?... solo déjala en paz.

- No hay lugar para ella en este mundo más que a mi lado.

-No te lo diré jamás.

-¿Estás seguro de eso?- Beren amenazo- echa un vistazo a tu espalda, basta con que de una señal y serán aplastados como gusanos sin ninguna consideración... Si me lo dices tendré piedad de ellos.

-No voy a dejar que me uses más Beren- le contesto Legolas con una mirada fría parecía que la vida se escapaba de sus ojos, y antes que pudiera contestar Legolas levanto su espada poniendo la cuchilla contra su cuello- Mantén a tus tropas atrás o jamás sabrás que fue de Miriel.

-No te atrevas maldito desgraciado- Beren lo maldijo caminando hasta él con la intensión de arrebatarle la espada.

Pero se detuvo en seco a medio camino cuando el sonido ensordecedor de un cuerno desconocido interrumpió el enfrentamiento. Fue como si el tiempo se detuviera, en el horizonte donde los últimos rayos de la tarde peleaban por permanecer pudo distinguirse una figura humana que emergía de la luz avanzando con paso decidido, sus ropas flotando con el aire que corría.

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora