CAPITULO 86: Black Beauty

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Estaba por retirarse a su alcoba cuando dos guardias vinieron a informarle que un hombre se había adentrado en el bosque pidiendo ayuda para su hermana quien se encontraba gravemente herida, fueron los mismos guardias que los encontraron quienes reconocieron a Miriel cuando los encontraron. Thranduil ordeno que encerraran al hombre y que ayudaran a la chica, no dijo nada más, se quedó sentado en su trono sin reaccionar. Después de un rato decidió que iría a verla, de pie en la puerta de la habitación se encontró con Glorfindel y Elrohir quien hacía lo mejor que podía por ayudarla, "Mi señor" dijeron ambos haciendo una reverencia cuando repararon en su presencia, Thranduil entro a la habitación, despacio se acercó hasta la cama y la vio. Recostada boca abajo y con la espalda descubierta su piel estaba abierta y sangraba, tenía heridas sobre heridas a cada centímetro como si la hubieran arrastrado sobre piedras.

-Salgan- dijo Thranduil, su expresión se mantenía imperturbable. Los elfos se miraron de reojo brevemente antes de obedecer lo que se les había ordenado.

Thranduil se sentó en la cama junto a ella y solo la miro, con delicadeza le quito algunos mechones de cabello de la cara donde pudo ver algunos rasguños y rastros de lágrimas, al sentirlo ella pareció reaccionar levemente entreabriendo los ojos.

-¿estoy muerta?- murmuro ella con apenas un hilo de voz.

-No- contesto él aliviado de verla reaccionar, pero una lágrima cayo de los ojos de Miriel mientras volvía a quedarse dormida, se veía tan cansada y deshecha como si se le hubieran acabado las fuerzas con las que se aferraba a la vida. El impasible gesto de Thranduil se quebró a medida que fruncía el ceño y sus ojos se llenaban de dolor, se revivían frente a él fugaces imágenes del peor día de su vida. Y pensó en su hijo, y lo devastador que era ver lo que amas desvanecerse... que equivocados estaban aquellos que creían que la inmortalidad significaba nunca morir. Thranduil puso las manos sobre la espalda de ella apenas tocándola para evitarle más dolor y cerrando los ojos comenzó a murmurar: "Menno o ni na hon i eliad annen annin, non leitho o ngurth"*. Paso toda la noche curándola y varios días más ocultando sus cicatrices.

***

Miriel camino por un largo rato siguiendo a Radagast quien ocasionalmente le dirigía una palabra o dos pero mayormente conversaba con los animales silvestres que se acercaban, caminaron la noche entera y para cuando comenzaba a amanecer Miriel comenzaba a tener la impresión de que caminaban en círculos pero el bosque era demasiado confuso para estar segura.

-Es por aquí- dijo señalando una parte del bosque particularmente densa y oscura- solo falta atravesar esto y llegaremos.

-¿Estás seguro?- pregunto Miriel, él solo le dio una mirada divertida para luego comenzar a avanzar- ¡Espera!

Miriel lo siguió, lo mejor que podía ya que era bastante complicado abrirse paso entre las ramas y raíces que parecían brazos tratando de retenerte atorándose en su ropa y cabello y que le rasguñaban la cara y los brazos. A tropezones logro salir de aquel enmarañado boscoso donde fue recibida por la cálida sensación de rayos de luz, y al levantar la cabeza se dio cuenta que al fin había llegado, una sonrisa apareció en su rostro mientras avanzaba y podía ver las plataformas en los árboles, estaba adentrándose en el pueblo. Conforme Miriel se acercaba a las puertas del rey Thranduil los elfos que se encontraban en el pueblo dejaban de hacer lo que hacían intrigados por su presencia, curiosos se acercaban hasta ella. Naturalmente Miriel se sintió abrumada por toda la atención que atraía pero no inquieta, todos parecían de hecho felices de verla.

-¿Es usted Miriel?- alguien le pregunto.

-Si- respondió ella algo extrañada de que conocieran su nombre.

Born to Die (Terminada)Where stories live. Discover now