Capítulo 44: El baile de bienvenida.

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La señorita Shirley miraba concentrada los últimos detalles de mi vestido, con unas gafas de aumento, seguía acomodando con extrema calma a pesar de que mi paciencia era poca.

De hecho, ya era bastante grandioso que hubiera accedido a confeccionar mi vestido.

Estaba terriblemente aburrida, llevaba una hora parada sobre un pequeño banquito y la modista se dedicaba a prácticamente coser sobre mí, quien estaba haciendo el trabajo de un maniquí.

Observé las paredes y suspiré. Hice una mueca pensando en todo lo que me esperaba esta noche. Mi debut social era algo que no me tenía para nada entusiasmada, antes había sido un desastre y llegar al mismo sitio con esos recuerdos espantosos no me causaba nada de gracia.

—No debería temerle al debut, es usted lo suficientemente hermosa— Leslie, sosteniendo unas telas me elogió con una sonrisa.

Logró sacarme una sonrisa, de hecho, para aquel baile, había buscado todas las formas posibles para contactar a la modista, sin embargo, no había podido hacerlo. Se lo tenía que agradecer a Balder, quién era muy amigo de ella gracias a qué su madre fue una de sus primeros clientes.

“Si con ella no logras verte decente, definitivamente no tendrás un esposo nunca".

Hice una mueca recordando sus palabras sarcásticas.

Estaba contenta en este punto, no podía negar que mi parte vanidosa estaba siendo alimentada por los halagos de la mujer y por la perspectiva de poder llevar una de sus creaciones. 

Había un punto bueno y perfectamente reconocible si podía llevar un bonito vestido. Tal vez no sería tan malo.

—Bueno, solamente falta esto y quedará lista.

La aprendiz que venía con la modista Shirley sujeto las dos tiras que amarraban el corsé. Sentí como el alma se me salía del cuerpo cuando amarró con fuerza para evitar que se soltará después. La figura y los pechos resaltaron, pero mis pulmones decían otra cosa.

Agradecí interiormente cuando estuve vestida por completo. Me había despertado desde muy temprano para recibir un baño relajante de flores. Masajes y mascarillas para la piel, un desayuno vegetariano para la dieta estricta que llevaba por la señorita Shirley y luego empezó la verdadera tortura: el maquillaje y vestido.

Estuve una hora entera sentada dejando que tocaran mi cara, no me gustaba maquillarme, pero si verme bonita así que deje que las doncellas hicieran lo que quisieran. Mientras Leslie se ocupó de mi cabello como siempre. El esponjoso naranja ahora era una preciosa cascada perfectamente arreglada, con flores decorando.

—¡Es tan preciosa!

Mire mi reflejo en el espejo que me ofrecían, satisfecha sonreí en agradecimiento sacando una sonrisa orgullosa de parte de la señorita Shirley, quién parecía maravillada con su trabajo.

Suspiré cansada cuando la tarde empezó a llegar y con eso, el baile real.

Había escuchado, que el príncipe Fabio había vuelto de una misión importante y de establecer la paz con Everdow de una vez por todas. El conflicto había terminado gracias a sus esfuerzos, o al menos eso dicen todos. Tres años de guerra y tres años de discusiones diplomáticas, al fin habían dado sus frutos.

La estrella de la noche estaba lista, y el príncipe que llevaba tres años sin aparecer ante la sociedad noble, se mostraría de la mano de la hermosa princesa que tenía la dicha de ser su futura emperatriz.

Antes, la princesa había llevado un precioso vestido que brillaba como una estrella solitaria en el medio de la noche. Su cabello largo era decorado con una preciosa corona, y su maquillaje le daba una apariencia angelical y sencilla.

La elección de la diosa Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora