CAPITULO 81: Youngblood

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-Supongo que estoy nervioso- admitió bajo y evitando la mirada de Miriel- yo sé que es tonto, me prepare para una situación como esta por mucho tiempo pero siempre parecía una posibilidad improbable y lejana, y ahora, ahora se acerca más cada día...

-¿Qué es lo que más te asusta?- Miriel preguntó- Créeme que te hará sentir mejor tan solo decirlo en voz alta.

-...honestamente, temo defraudar a mi padre, a nuestra gente ¿Qué pasa si no soy lo que necesitan que sea?

-No veo como podrías defraudarlos, eres un hombre bueno y un gran príncipe- Beren se quedo con la mirada baja pensativo por un instante para luego dirigirse a Miriel nuevamente.

-¿Sabes? siempre me pregunte porque Legolas renegaba tanto de sus deberes reales, es decir, pueden llegar a ser molestos demandantes y tediosos a veces, pero no están tan mal... no fue hasta ahora que entendí mejor que nunca la responsabilidad tan grande que viene con el título.

-¿Por qué no me contaste antes que te sentías así?

-No quería admitirlo ¿de acuerdo? Todos los demás saben lo que hacen, Legolas Gimli mi padre, todos ellos han vivido muchas guerras ya... ¿cómo se supone que este a su altura?

-No tienes porque hacerlo, y no creo que ellos esperen que lo hagas... Sé, y estoy segura de que tú también lo sabes, que no peleas solamente porque es tu deber o porque quieras ser una leyenda o algo así, peleas por tu gente por tu ciudad y por todo lo que amas, eso es lo que te hace un gran príncipe.

-Si, como sea- murmuro dándose la vuelta pero no sin que antes Miriel pudiera notar algo en sus ojos.

-Arphen- Miriel lo detuvo poniendo una mano en su hombro pero Arphen no voltio, ni siquiera dijo una palabra, a ella le pareció curioso lo que creyó ver pero igualmente pregunto- ¿Arphen, estas llorando?

Miriel sintió como Arphen se tensaba por un instante como si tratara de contenerse, pero al final termino dándose la vuelta dejando ver sus azules y tristes ojos, y en sus mejillas las lagrimas que corrían. Se quedó ahí frente a ella sin decir nada como si se encontrara completamente expuesto. A Miriel se le encogió el corazón cuando lo vio, odiaba ver a su amigo angustiado, pero nunca había visto a un hombre llorar frente a ella tan abiertamente y le pareció casi un halago que confiara en ella lo suficiente para hacerlo.

-Está bien si lo haces- le dijo al tiempo que lo envolvía en sus brazos estrechándolo con fuerza- Todos necesitamos hacerlo a veces- le susurro al oído, Miriel no pudo verlo pero los labios de Arphen formaron una pequeña sonrisa. El abrazo fue largo y reconfortante, y cuando finalmente se separaron Arphen lucia aun triste pero más tranquilo.

-Somos demasiado jóvenes para todo esto- le dijo riendo con ironía.

-Esperemos que sea esa nuestra ventaja- contesto Miriel también riendo.

-... Sera mejor que vayamos a alistarnos, se hace tarde, ya debe estar atardeciendo y no queremos perdernos la fiesta- dijo alzando las cejas y sonriendo, pero por la expresión de Miriel Arphen supo que el evento le causaba más nervios que emoción.

La ciudad de Minas Tirith había estado agitada por muchas semanas, pero en este el último día antes de que El rey y sus hombres marcharan junto con los jinetes de Rohan a la guerra, la ciudad era un hervidero de movimiento. Se ofrecería un gran banquete para despedir a todos aquellos que partirían al día siguiente, una última oportunidad de despedirlos y desearles buena fortuna. Se celebraría a lo grande su valor. Miriel no se sentía muy segura de querer asistir, y no es que le disgustaran las fiestas, pero últimamente trataba de evitar a toda costa las multitudes de gentes con sus ojos curiosos y preguntas la ponían nerviosa, pero sabía que esta era la última oportunidad que tendría al menos en un buen tiempo de ver a sus amigos todos reunidos y alegres. No quería perdérselo por nada, así que trato de lucir linda, y escogió un bonito vestido rojo, peino su cabello e incluso lo adorno con una flor.

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora