EXTRA: Demasiados lazos afectivos II

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Besó su frente y Joel elevó el rostro. Besó también sus labios tristes, había echado de menos sus picos dulces. Pudo notar el sabor salado de los errores de otro.

"TÚ NUNCA ME PREGUNTAS QUÉ SIENTO" Le había gritado el chico en el apartamento de Marga. Y él había pensando: "PORQUE TÚ NO SIENTES NADA" antes de huir del encontronazo gruñendo para mantener el orgullo alto.

En fin. Allí estaban y era evidente que eso no era del todo cierto. Lo que se le hacía difícil de comprender era qué lazos sí le tocaban y cuales no. Mirar un cadáver no parecía impresionarle, pero dudar de la voluntad divina le convertiría en un mar de lágrimas arrodillado en una iglesia. No parecía importarle su propio bienestar, pero si se trataba de ver preso a su amigo apenas podía respirar.

"Es demasiado complicado" Pensó Diego, por enésima vez.

Diego tenía frente a él dos caminos:

Podía decir "Ese gilipollas es un cabrón mentiroso que ha jugado contigo, yo jamás haría eso" para azuzar su rabia y así llevarle a su cama... o podía decirle lo que sería mejor para todos. Diego no deseaba ser altruista, pero en su mente solo podía ver la sinceridad del chico que fue a su casa para darle un consejo; puto Yuri, iluminado de los cojones.

Lo que iba a decir era como pegarse un tiro en su propio pie, pero sentía que era lo que debía hacer:

—Joel, Ni siquiera has escuchado la conversación entera. Habla con él primero.

Eso dijo él, se podía colocar una plaquita que dijera: DOY CONSEJOS QUE YO NO SIGO.

Joel se apartó de entre sus brazos, respiró hondo de nuevo e intentó ser racional como siempre había sido.

—Lo sé, ¡Yo sé que ni siquiera somos nada, pero algo sí éramos! Me dijo que yo era su carnaza.

—Qué romántico...

—Sí es. Lo es.

—Lo que tú digas.

—¡Y me gusta ser su chuletón!  —Le miró por si lo dicho le había molestado. Extrañamente no, Diego no se lo tomó a mal. Él también empezaba a verlo bastante claro—. Pero he hecho el ridículo; ¿Y yo ahora cómo vuelvo allí?

—Pues en coche. Te llevo.

—Diego, no me refiero a CÓMO, me refiero a... ¿CÓMO? —A pesar de todo, sonrió débilmente.

—Si quieres dormir en mi casa...

Joel negó. El chico, que ya empezaba a ser él de nuevo, le dijo:

—Estando allí pongo en peligro todo por lo que hemos trabajado. Tengo que volver. He dejado todos los teléfonos allí escondidos, las autopsias; y soy su rehén.

—¿Que eres su qué?

—Es una larga historia.

Joel cerró los ojos controlándose a sí mismo, infló sus pulmones. Dejó que su frío se extendiese por su ser como Diego jamás había presenciado, y cuando abrió los ojos soltando el aire esa cosa frente a él era una carcasa hueca. Diego retrocedió un poco, totalmente incómodo.

"Esto es demasiado complicado".

—Joel, ¿Podrías...? ¿Podrías no hacer eso? —Le preguntó señalándose su cara. Joel le miraba sin importarle nada— ¿Puedes ser normal como antes?

—¿Normal? —Diego se estremeció— Lo siento, pero no.

—Me pones los pelos de punta.

—Te diría que lo lamento si fuese cierto.

IF IT HADN'T BEEN FOR LOVEWhere stories live. Discover now