Act. 20. Hijo y meditaciones

1.3K 173 10
                                    

Siempre se ha considerado una persona capaz de controlar sus impulsos. De todo tipo. Puesto que unos eran casi inexistentes y los otros rebuscados, los problemas ni siquiera se han visto presentes. Ahora que está teniendo mayor y más íntimo contacto con alguien, uno de esos impulsos empieza a brotar.

Lastimosamente, es el más brutal y nocivo de los que tiene. Por su mente no dejan de transitar escenarios donde devora a Angel. No importa cuánto grite ella, cuanto ruegue, todo lo que haga por intentar alejarlo. Acaba en lo mismo. Consumiendo partes de ella que concluyen en causar su muerte. A más cercanía hay, peor se hace la alucinación. Incluso al repetirle que podría matarla, ella insiste en que no va a pasar nada. Que todo va a estar bien. Que sería incapaz de hacerle daño.

Y es tan...

—Time to get addicted to the madness.

Extraño.

Porque a pesar del miedo a hacer daño, nunca había sentido está clase de adrenalina. Este placer enfermizo a tener algo que quiere comer, en una parte muy lejana de su subconsciente que quiere rasgar sin más y se fuerza a no hacerlo. En mantener ahí esa tentación. Ver cómo Angel se mueve de aquí a allá, jugando con Cherri en este acto sádico. Cómo se mancha de sangre, como se exhibe, como seduce a otros en su rutina hipersexual y errática demandada por la situación. Es irracional. Impulsos irracionales sin más.

Excitación total y desbordada que no sabe cómo manifestar más allá de buscar más sangre, pues así sentirá que la calentura se enfría. Pudo haber funcionado bien y sido suficiente. Lo que causa un derrame en ese vaso lleno hasta un punto imposible, es la misma Angel.

Inclinada hacia él, preguntando si quiere que haga algo en especial y la expectativa del público aumentando hasta el infinito y más allá. Alastor da un sonido extraño, ahogado en su tráquea y que concluye en agarrar a Angel y morderla. Tan fuerte que sale sangre de ella.

Se obliga a apartarse, jadeando excitado y ansioso. Angel saca los labios con gesto entre confundido y sorprendido por la forma en que Alastor se muestra. Nunca lo ha visto así. Ni siquiera comprende que lo provocó.

—Ay Amore, deja esos para más tarde. —Recrimina sin queja, causando más de aquel balido extraño donde Alastor se deja besar frente a todos. La escena causa un morbo tremendo por la condición en la que están. Lo que estuvo haciendo Angel antes de estar con Alastor ahí.

Frotarse con los reos, con Cherri, provocarlos y acabar humillándolos con su excitación. Llenándose con la sangre que salió por cortar sus virilidades, cortar sus lenguas. Los estuvo besando y jalando la lengua hasta que Cherri las cortaba, quedando con estas en su boca. A pesar de verlo los demás lo hacían, casi ansiosos de tener su turno con ella. Que esté tan cerca e íntima con Alastor genera la ansiedad de ¿Va a matarlo a él también? ¿Él se la va a comer? Hay la impresión de que incluso se pondrían a tener sexo ahí mismo.

No sucede, solo la idea dejándoles imágenes escabrosas y lánguidas de cómo sería aquel espectáculo. Uno que al menos el ochenta por ciento del público pagaría extra por ver.

. . .

—Me tendrán que perdonar mis estimados militares. Aquí no proveemos esa clase de servicios carnales. —dice Alastor al par de hombres que vinieron a pedir una noche con Angel y Charlie.

—Hombre, será muy buen dinero—Justifica uno. El más mayor y que pidió por Charlie. Ella está a poca distancia desmaquillándose—. No será muy tardado.

—Ummm me da a sospechar que alguien no funciona bien de la manguera frontal—burla Alastor sonriente—. Qué pena me da. Aún si quisiera el dinero aceptar, no podría dar a Charlie tal acto fugaz. La pobre con ganas quedará y esa manguera dormida como oso al invernar.

More Inside Us || RadioDustΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα