Act. 19. Cervatillo

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— ¿Están seguros de que no hay problema con esto?

—Seguros. Tan solo prepárate para que su esposa te odie. —informa Vaggie resoplando, con el cabello en un complicado peinado. Usa un vestido negro que genera contraste con su cuerpo y ser gris pálido.

Angel acomoda un poco el broche que tiene, sujeta al brazo de Alastor con uno de sus brazos inferiores. El día de la fiesta de Stolas llegó sin que se diera cuenta o pudiera intentar excusar usar corsé para esconder sus brazos. Que ser blanca hasta de cabello fuese suficiente rareza.

Estar expuesta así ante gente de sociedad la pone nerviosa. Al mismo tiempo, quiere creer que no pasa nada porque ninguno se esmeró en esconderse. Solo en arreglarse. Motivo por el que Loona y Husk no se afeitaron nada visible o esconden la cola que tienen.

El pintoresco grupillo está conformado por Charlie, Vaggie, Loona, Millie y Moxxie; Husk, Niffty, Cherri, Alastor y Angel. Y Blitzo, evidentemente. Faltando Pentius por sentirse mal a último minuto. Saludan de forma educada a los vigilantes y muestran la carta de invitación. Sobra decir que se los quedan mirando de mala manera. Angel esquiva de forma efectiva el contacto. Notó las intenciones del hombre y lo toreó. La mansión de Stolas, como no puede ser de otra forma, es la cosa más pomposa que haya visto jamás.

Enorme, con multitud de cuadros y obras de artes desperdigadas por doquier, armaduras metálicas decorando; salones enormes, comedor enorme, cientos de personas en todos lados en sus vestimentas más refinadas para la ocasión. Se vuelven el centro de atención por algunos instantes. Todo consecuencia de llegar juntos en un grupo y no separarse. Además de tener personajes tan voluminosos.

— ¡Bienvenidos!

Stolas por primera vez usa ropa igual de pomposa que su título y estatus real. Hasta la fecha se limitó a usar prendas menos voluminosas por el tema del lugar en el que estaba. Acercándose primeramente a Blitzo para decirle algo al oído y que el hombre de ademanes de irse a la fuga y luego a Alastor, quien ríe entre dientes de forma escalofriante.

—Me emociona tanto que estén aquí—dice en un jadeo—. Estas fiestas se tornan aburridas si no están presentes. Espero que se diviertan de todas las formas que deseen... Ah, cierto—Mira atrás un par de veces—. Hasta el momento no se había mostrado, pero les presento a mi pichoncita: Octavia.

—Un gusto conocerlos. —Saluda la adolescente. Notoriamente avergonzada.

Al igual que Stolas tiene una fisionomía peculiar. Cuello alargado, rostro en forma de corazón, ojos rojos y plumas en el área del cuello y nuca. Quizá en más lugares que el vestido no permite ver. Angel tiene la acertada creencia de que está cohibida por ser el centro de atención y al mismo tiempo, de estar frente a gente igual de peculiar que sí misma. Charlie no tarda en bombardear la con halagos y mil tonterías propias de ella. El grupo se dispersa para observar mejor el lugar y conseguir de comer.

Vaggie se queda junto a Charlie y Octavia mientas Alastor y Angel se quedan con Stolas.

—No le gusta salir en eventos. Ni siquiera de la casa. Esta tan avergonzada que es un encanto. —ulula Stolas y Angel ladea la cabeza, subiendo el labio inferior.

—Es una niña muy linda. Es como ver de esas lechuzas que quieres apretar porque son tiernas—Las plumas de Stolas se erizan, complacido de que la opinión de Angel sea esa. Adora a su hija con furor y espera que en algún momento deje de ser tan despectiva consigo misma—. Gracias por invitarnos, eres un encanto. —menciona Angel cortés, curvando de forma coqueta el cuerpo.

—Te invitaría a otro lado, pero considerando que ahora tienes pareja. —Stolas no se guarda nada. Absolutamente nada. Entre ello que gustaría tener compañía de Angel de forma íntima. Rechazado las últimas ocasiones precisamente por Alastor.

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