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Act. 9. Combustión estelar

—Vale. La canción termina, y yo-

—No necesitas excusas para desnudarme cielo, puedo quitarme la ropa cuando pidas.

Alastor se crispa. Entre abochornado por la insinuación y la forma en que Angel se inclina, consiguiendo apretar su pecho; aparte de molesto por la interrupción. Hablan de algo serio, la explicación de cómo va a llevar su acto. Ahora más explícito gracias a que se terminó de hacer el vestuario. Suerte o no, muchos en el lugar han visto a Angel y le han dado regalos. Algunos tantos de otras religiones e incluyeron dar telas especialmente buenas.

Material que han aprovechado para hacerle vestimenta a medida. Nada de lo que consiguen le ajusta a menos que se alargue, haga agujeros para los brazos y demás aditivos. Como bien explicó Angel en algún momento, toda su ropa era a medida y la que se compraba en otro lugar, Valentino la hacía confeccionar para que luciera naturalmente de su talla. Es el precio a pagar por ser tan alta. Medida y concluyendo en tener un uno noventa y dos de altura.

Con Valentino siendo un sólido uno noventa y ocho o uno noventa y nueve sin tacones.

Sí. Ambos son muy altos.

—Angel, enfócate. — Exige con gesto exasperado. Angel saca la lengua y se arregla el cabello.

—El tinte rubio aún no se cae. Así que tendré que usar la peluca. —menciona viéndose en el espejo.

—Si no la pierdes a mitad de rutina. —Alastor encoge de hombros y Angel mueve la amplia falda de su vestido—. Solemos ser nombrados por la prensa. Siempre que hay un nuevo miembro, queda ahí. No dudo que será especialmente feo si Valentino se entera.

Angel masajea el pelaje de su pecho. Consigue que sea un poco más voluptuosa y los animales que consigue cargar adoran estar ahí recostados.

—Y poco o nada podemos hacer sí no estás legalmente con nosotros. Deberías considerar mantener tu seguridad con un contrato firmar y así dejarnos todo a los demás. —Alastor se empeña en que sea una integrante formal. De ese modo, tendrá salvaguarda si decide quedarse y por X o Y motivo Valentino cruza camino.

—Cuando recién casamos nos... Él me dijo que todo iría bien. "No habrá problema, yo me haré cargo de todo" —Arremeda. Toma asiento para empezar a desprender la vestimenta—. Yo creí que por estar unidos era distinto. Que el contrato era un papel inútil... Hasta que hizo ver a mi marca mínimo de pagar—Alastor abre los ojos. Preguntándose qué edad tenía Angel en ese momento para ser tan ilusa y al mismo tiempo, como Valentino puede llegar a ser así de aprovechado. Por no decir que su forma de formular oraciones sigue pareciéndole muy rara—. Una que yo no llenaba porque no dejaba pasar a tantos. Porque me dolía y... Al final como compensación iba con algún socio suyo. Estar con él, su esposa, los guarda espaldas. Lo que fuese y así pagar la deuda que resta.

Alastor la ve levantarse sin el vestido para ir a tomar su ropa.

—Sin embargo, estaba él cuidando de mí. Si intentaban pasar de algún modo fuera de regla, él los tiraba—Niega con la cabeza. Eso no suena a ayuda ninguna—. Los mataba—Alastor se irgue—. En la habitación. En otras los llevaba a casa; a mitad de la calle llena—relata con deje divertido—. Por eso no me dejara salir o que al hacerlo nadie pudiera mirarme... También porque notarían brazos.

—Alguien tuvo que notarlo.

—Dudo que sepas, pero los hombres están dispuestos a cegarse y estar con un monstruo solo por verlo bello. Puede ser obvio, pero si la belleza está ahí, ignorano di proposito la loro scioccante realtà para jugar de ella voluntad. Sin importar quebrar.

Chasquea la lengua.

—No me van a proteger de eso. No se puede.

—Me ofendes, my dear.