Por otro lado, cada vez que salíamos, Emilio contaba alguna anécdota con su amiga de la cual yo solo sabía el nombre y el timbre de su voz por la pequeña conversación establecida con ella el día del homenaje a Juan. No sabía aún lo que ella significó en su vida pero me hacía feliz que él haya encontrado a alguien con quien pudiera caminar a la par y estuviera ahí para sufrir sus tristezas y celebrar sus alegrías. Dejo admitir que al principio sentí un poco de celos por cómo hablaba de ella pero solo eran amigos y eso me dio tranquilidad.

Por su parte, mi madre y hermana estaban contentas por mí, porque siempre que lo veía llegaba a casa con una sonrisa. Renata, incluso hacía chistes respecto a que terminaríamos juntos de nuevo porque aún sentíamos algo por el otro y a pesar que no habíamos hablado de eso, yo estaba seguro de lo que sentía por él, conforme las salidas pasaban yo caí en cuenta de todas las razones por las que le seguía teniendo demasiado cariño; la pregunta era ¿Él también sentiría algo? ¿Recordaría nuestra promesa?

[...]

«Serás el primero en saber cuando eso pase, amigo»

— ¡Ew! Tampoco es que me interese conocer todas tus intimidades, Niko —me encontraba en una llamada con mi mejor amigo y él no quiso perder el tiempo hablándome sobre cómo iba su relación con Olivia aunque justo ahora, quería contarme sobre su intimidad.

«Ah, pero yo sí tuve que escucharte cuando pasó con Emilio, ¿verdad?» reí casi a carcajadas recordando ese momento.

— Sí, sí te voy a escuchar también... Pero por cierto, hoy voy a salir con él, bueno, con él y con su amiga. ¿Ya te dije que quizá haya posibilidades de que regresemos? —

«¡Dios! ¿En serio? ¡Qué gran noticia, no me lo esperaba» habló sarcástico, pero no logré descifrar si era porque lo que le dije era algo obvio o porque a él no le agradaba tanto la idea.

— Niko, no tienes que ocultarlo, sé que no te emociona —

«¿Qué? No, amigo, claro que me emociona y me alegra por ti. Acepto que soy de la idea de cuando una relación no funcionó antes, no va a funcionar después y que cuando algo terminó es para siempre pero Boni, tú eres mi única excepción, antes no funcionó pero no fue culpa suya, ahora las cosas pueden ser diferentes»

— Estoy seguro que sí —sonreí y suspiré pensando en lo feliz que me haría darnos una segunda oportunidad— Bueno, te dejo porque iré a buscar qué ponerme.

«Claro, que te vaya muy bien. Te quiero»

Había acordado con Emilio para vernos en el centro comercial, sería después de que él comprara con su amiga, todo lo necesario para la cena que era en dos días. También estaba planeado que ella y yo nos conociéramos ya que él nos presentaría.

Me tomé el tiempo necesario para elegir entre mi ropa lo que usaría, el día estaba muy frío así que opté por un pantalón de mezclilla y un abrigo largo en color negro con detalles rojos.

Era hora, estaba aproximadamente a dos minutos del lugar donde nos encontraríamos, logré verlo de lejos y a su amiga también, pero ella estaba en una llamada, se veía algo frustrada, segundos después la vi despedirse de Emilio y marcharse sin que quedaran posibilidades de saludarnos.

— ¿Pasó algo? —había llegado ya con Emilio y en lugar de saludar salió a flote mi yo entrometido.

— Nada malo, o eso espero, no me dijo nada —se puso de pie y me estrechó su mano— Hola, buen día.

— Hola —

— Bueno, empecemos, sí quería que se conocieran pero supongo será hasta el día de la cena. Y ya que Adari se fue podrías acompañarme a comprar un regalo para ella —

After [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora