28. JOEL y volver a ser Goliat.

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Saboreó la pulsación de sus latidos acelerándose en el cuerpo.

Yuri llegó junto a él y cayó de rodillas. Juntó las manos imitándole. Mirándole entornando los ojos brillantes de travesuras corrigió su postura para copiarle mejor. En sus oídos llevaba sus auriculares, se quitó el del oído izquierdo y lo guardó antes de preguntarle:

—¿A quién le rezas con tantas ganas, pajarito? —Sus ojos escrutaban las piedras frente a ellos— ¿Al padre, al hijo, o al espíritu santo?

—A la madre.

—¿A qué advocación mariana estaba dedicada esta iglesia?

—La Virgen de la Soledad —respondió Joel escuetamente, su voz sonaba ahogada por un nudo invisible, ese que le acompañaba desde que Nolan se entregó y le dejó...

—Soledad. ¿Así te sientes? —No contestó. Yuri miró alrededor como si viera el mundo por primera vez— Ahora está abandonada, buen nombre. Realmente estamos solos.

Parecía pensativo. Le miró por el rabillo del ojo de nuevo, apretó los labios de lado para aguantar una sonrisita pícara e inocente al mismo tiempo; y Joel cerró los ojos para no ponerse a temblar al notar lo que eso le provocó.

—¿Muller y...?

—Se han quedado dormidos en el coche—le dijo él simplemente.

—Ah, vale.

—¿Te molesto?

—No. No. Gracias por traerme aquí. Ha sido u-un.... —Carraspeó— ha sido un detalle. Gracias.

—De nada. Normalmente soy mucho más profesional, lo juro —Miró su reloj alzando una ceja al ver la hora—. Tú deberías estar ya con el abogado. Y yo debería estar acompañando al psicólogo a un sitio. Pero aquí estamos, en la puta sierra. Espero que Lucas no se enfade por el retraso.

—¿P-pero por qué m-me has traído?

Yuri bufó abultando sus mejillas como un chiquillo y miró el cielo sobre ellos, como si le fastidiase el motivo. Realmente parecía irritado de haber cedido.

—Por un momento has parecido tan... decepcionado...

Le miró como quien mira a una mascota a la que se le empieza a coger cariño a sabiendas de que al final se deberá deshacer de ella. Joel se estremeció, se estaba clavando las uñas en las manos entrelazadas en el aire. Las desató relajando la posición.

Para alguien como Joel, que estaba compuesto de mentiras, se le hacía insólita la forma de hablar de Yuri, que jamás mentía. Todas sus palabras estaban sacadas de la forja cálida de las entrañas, tan sincero, tan completamente abierto... que asustaba.

—A veces uno necesita lo que necesita para estar bien —Añadió Yuri—. Supongo que es duro cuando lo que a uno le hace falta no es lo mismo que a la mayoría, porque si no lo entienden... nadie cree que sea... tan importante, ¿verdad? —Se rascó distraídamente la oreja formulando su reflexión—. Pero sigue siendo importante, ¿no?

—Gracias. De verdad.

Intentó quitarle importancia con una mueca.

—¿Te sientes mejor ahora?

Joel sonrió. De hecho, se sentía mucho más tranquilo.

—Sí.

—¿Puedo verte rezar? —le preguntó girándose bruscamente hacia él, tan brusco que Joel se sobresaltó— ¿Qué? ¿Qué pasa?

—N-ada —¿Pero por qué sentía que las palabras no le funcionaban cuando hablaba con Yuri, por el amor al cielo? ¿Es que toda su sangre estaba condensada entre sus piernas y se le estaba secando el celebro?— Me... Me sorprende.

IF IT HADN'T BEEN FOR LOVEWhere stories live. Discover now