Nunca se termina de dejar atrás el pasado

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Viendo que él no va a dejar de acercarse, Meena empieza a caminar rápido hacia atrás, frenando únicamente cuando su espalda choca de golpe contra la pared del final de la sala. Se siente tan dividida, por una parte, es Saerys, el de siempre, el mismo que le sonrió ayer y bailó con ella en el escenario de la taberna pero, por otro lado es un exterminador de seres sobrenaturales, como ella. Podría entrar en su mente y saber que piensa. No sería difícil, no después de haber estado tantas veces ahí pero, desde la última experiencia pensar en entrar en esa mente le provoca una serie de escalofríos que nada tienen que ver con los que sentía hasta ayer cuando él le sonreía.

- Mi llegada a la isla forma parte de mi pasado ahora ¿no crees? ¿piensas que prefiero irme a continuar con la vida que llevaba antes? – le pregunta en tono conciliador, al mismo tiempo que avanza al ver que ella ha retrocedido hasta el final de la sala.

- No sé cómo era tu vida, ni como eras, solo conozco al Saerys de estos meses... ¿de verdad crees que nada de tu pasado te afecta? ¿que dejarlo todo es tan fácil? ¿Qué todo se va a solucionar por pura buena voluntad? – inquiere la pequeña, levantando más y más la voz con cada una de las preguntas, liberando parte de la rabia e impotencia de esta extraña situación. – nunca se termina de dejar atrás el pasado Saerys, a tu edad ya deberías saber ese tipo de cosas...

- Ahora lo sé todo – murmura lentamente, con la mirada fija en los ojos de Meena – sé lo que pensaba por aquel entonces, el motivo por el que seguía haciéndolo a pesar de todo. También son pocos los que quedan de mi raza y debo protegerles. Era lo único que podía pensar en ese momento, lo único por lo que vivía, el motivo por el que me convertí en brujo... - explica suplicante de entendimiento mientras elimina el último metro de distancia entre ellos, quedando cara a cara cuando ella le responde.

- ¿Acaso ese motivo también desapareció? ¿Ya no importan?

El brujo alza las manos, posicionándolas en la pared una a cada lado de la cabeza de Meena, inclinándose ligeramente para disminuir la diferencia de altura que hay entre ellos.

- Al contrario – le responde – hora que he vivido de una forma completamente diferente a como lo he hecho desde mi nacimiento, quiero liberarlos y para ello necesito saber quién me envió aquí. Quiero alejarme de ese pasado. Llámalo empezar de nuevo o como quieras.... Ahora te necesito a ti – afirma bajando ligeramente la cabeza, buscando comprensión en los rasgos de la elemental o al menos haber hecho resurgir la llama de los sentimientos que ambos han ido creando, pero, los sentimientos que ha avivado con esas palabras son otros.

Meena, al escuchar la necesidad de Saerys de saber por quién está en la isla, no puede más que hervir de la rabia más intrínseca que su corazón, si es que tuviese uno físico, es capaz de albergar. ¿Cómo osa decir eso, cuando ella misma le oyó decir el motivo por el que estaba en la isla? La rabia la corroe por dentro por un momento, olvidándose de mantener la forma humanoide que ya considera una segunda piel y, aprovechando el percance, se desliza por entre las piernas del tiefling hasta quedar tras la espalda de este, donde recupera su forma humana.

- Está muy claro quién te envió y para qué y eso – se gira hacia él pese a que esté de espaldas – es algo que no voy a poder permitirte nunca.

- Si voy a volver, será solo para darles una nueva vida...a los que queden – dice mientras se gira con lentitud, asimilando el hecho de que ella ya no está entre sus brazos - no hay nada como familia o tesoros por los que ansíe regresar a lo que era antes, ni siquiera el poder.

Meena mantiene baja la mirada, sin levantar cabeza, intentando entender las variadas y contradictorias emociones que provocan esas palabras y, sobre todo el tenerle tan cerca.

Saerys se acerca a ella con pesados pasos, casi flojos, como si no quisiera asustarla de alguna forma. Se detiene apenas a unos centímetros de distancia y posa sus manos sobre sus pequeños hombros.

- Cuando vine aquí, deseaba recordar para tener un lugar a donde ir. Veía a todos actuar con esa forma tan calmada que me asqueaba, no fui capaz de entablar vínculos con nadie... hasta que hablé contigo por primera vez – acompaña sus palabras llevando sus manos hacia las mejillas de Meena, intentando que sus ojos se encuentren – desde entonces, mi pasado dejó de importar.

- Lo haces ver tan simple – murmura de manera casi inaudible mientras se estremece ligeramente y alza levemente el rostro, aun incapaz de mirarle a los ojos.

- Tú me cambiaste, me hiciste vivir...fuiste tú quien lo hizo parecer sencillo. No fue la isla, no fue Ixchel... tú y nadie más- acaricia sus mejillas inclinándose hacia ella para besarla

Meena cierra los ojos y lanza un suave suspiro al sentir sus caricias. Saerys esboza una sonrisa al escucharla, un instante antes de inclinarse completamente para probar esos labios que lleva tanto tiempo deseando. Al contrario de lo que podría haber pensado, la joven no se aparta, sino que le corresponde y levanta los brazos, rodeándole el cuello.

Animado ante esa respuesta lleva sus manos a la cintura de Meena para descansarlas ahí, presionando posesivamente para unir más sus cuerpos, moviendo los labios desesperadamente con intención de profundizar más el gesto. Meena se pega completamente a él, poniéndose de puntillas para estar ligeramente más alta, respondiendo con la misma intensidad al beso. Todas las voces de su cabeza desaparecen, nada más importa, nada más que ellos, juntos, ya se preocupará de todo eso en otro momento. 

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⏰ Last updated: Jul 29, 2019 ⏰

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