Hoy hay mercado

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Otro día más, se reúnen los que todavía permanecen despierto en la cocina. Saerys, Arius y Yin charlan entre ellos, desayunando, mientras Nekoel los observa en la distancia cuando Meena entra a la habitación con una sonrisa de oreja a oreja y salta a abrazar a la neko.

̶ Hoy es día de mercado Reki – exclama emocionada.

̶ Buenos días pequeña, veo que hoy te has levantado con el pie correcto – responde Nekoel ante la alegría de Meena.

̶ Eso sería si me despertase con pies – le contesta sacándole la lengua, para girarse al grupo y preguntar – ¿Y vosotros vendréis?

̶ ¿Día de mercado? No suena tan mal – responde Saerys mientras toma un trago de café y observa a Meena.

̶ Sí – dice sonriendo y dando pequeños saltos de emoción en el cuerpo – habrá bastante gente, ya hace un mes que no hay mercado.

̶ ¿Y qué venden aquí? – pregunta Arius, curioso.

̶ Pues de todo un poco, desde armas a ropa, comida, canciones si viene algún juglar – responde Nekoel, entretenida viendo la emoción poco contenida de la pequeña – hay objetos interesantes si viene el mercader correcto. Algunos venden aparentes baratijas pero entre ellos pueden ocultarse objetos con propiedades potencialmente interesantes

̶ Ajam... y ¿qué tipo de gente habrá? – pregunta Yin recordando su encuentro con el hombre lobo de la cabaña, algo bastante poco frecuente más allá de la isla.

̶ La gente... la gente es regularmente amable, aunque algunos son muy cuidadosos con sus objetos.

̶ Aunque, poco podrán comprar sin dinero – comenta Meena sonriendo con sarcasmo.

El golpe de realidad parece impactar en el resto al mismo tiempo.

̶ No...no había pensado en eso... – murmura Arius en voz baja.

̶ Bueno, tendremos que hacer algo con eso – responde Nekoel sonriendo, con una idea en mente.

̶ Que trabajen – propone Meena, cruzándose de brazos y sentándose en la encimera de la cocina – aunque en el templo no hay demanda del personal.... Siempre pueden irse.

Nekoel rueda los ojos, entendiendo que a la pequeña elemental todavía le cuesta compartir el que lleva tanto tiempo siendo su hogar con los humanos y suspira antes de proponer:

̶ Podríamos darles algo para comenzar, y ya en el pueblo deberían mirar a ver si alguien necesita ayuda con cualquier tarea para ganar algo de dinero. Considérenlo un préstamo.

̶ Yo no creo que vaya hoy, me gustaría quedarme y seguir practicando la magia – comenta Yin.

̶ Yo... yo tenía pensado practicar con las armas y quedarme con las chicas, la verdad. Si quereis, id vosotros. No tardaremos en hacer una lista con las cosas que hacen falta – responde Arius a su vez, sacándose un papel del bolsillo y empezando a anotar las cosas que habían ido pensando.

̶ Entonces ¿sólo vendrá Saerys? – levanta la ceja Nekoel viendo como el grupo va reduciéndose rápidamente.

El resto asienten, conformes.

̶ Entonces ahora vuelvo – se despide saliendo de la cocina para ir a por algo de dinero para las compras, tanto las del grupo como las del templo.

̶ Bueno, mientras esperamos, Meena, ¿qué tal si nos cuentas un poco más acerca de los habitantes de la isla? – pregunta Saerys.

̶ Bueno, pues están los que vienen aquí a mejorar sus habilidades y se marchan, como Reki, y los que la usamos como refugio y hogar... Hay casi todo tipo de razas, tanto animales como plantas como seres racionales. Algunos de ellos son completamente desconocidos para los que viven en el continente, otros en cambio forman parte de antiguas leyendas de algunos pueblos, como es el caso de Ixchel.

̶ Mhh... el sentido de pertenencia de algunas personas es impresionante, esta isla...su gente... también lo es.

̶ Supongo que es lo que tiene ser un refugio – contesta encogiéndose de hombros – te puedes encontrar de todo.

̶ Pese a haber perdido nuestros recuerdos, no deberíamos haber perdido el sentido de la supervivencia – dice Saerys levantándose y caminando hacia Meena – Algunos incluso están demasiado relajados con la situación.

̶ ­­Sí, pero no todo en la vida es sobrevivir... puede que incluso sin recuerdos sean capaces de disfrutar la vida aquí, mientras deseen quedarse.Y ahora ¿Nos vamos? – dice mientras le agarra de la mano, tirando de Saerys hacia la salida.

̶ Hee, ya veo – contesta este, dejándose llevar por la pequeña, con una ligera sonrisa.

̶ ¿Vienes ya Reki? – pregunta Meena levantando la voz, hacia el interior del templo, mientras sigue guiando a Saerys hacia la salida.

Nekoel, como si atendiese a su llamada, les espera en la puerta principal con una pequeña bolsa tintineante entre sus manos, que le entrega a Saerys. Este inclina la cabeza agradecido, sopesando el peso de la bolsa, viendo que Nekoel lleva otra consigo.

- Ahora vamos – vuelve a insistir Meena, con voz de niña pequeña, tirando de la mano del tiflin alentándole a moverse hacia el camino.

- En este momento se deja ver tu aura más infantil – se ríe Nekoel mientras les sigue por el camino de tierra.

- Soy un infante, lo raro sería lo contrario ¿no? – le responde esta sacándole la lengua.

- A veces eres demasiado precavida para ser niña ... - dice en un murmullo, lo que no impide que los otros dos la oigan.

- Eso son los años – le contesta Meena, antes de volver a mirar a Saerys, quien parece haber caido en la cuena de algo al escuchar esa conversación.

- Meena – pregunta Saerys, sin oponer resistencia a ser tirado por la pequeña -- ¿Aparentas ser más pequeña de lo que realmente eres?

- Mmmh... ¿cuántos me echas? – le contesta girando la cabeza un momento para dedicarle una pícara sonrisa. 

Lo que encierra AdalariWhere stories live. Discover now