Léiriú I: La rebelión

13.Elijah II: Enfrentamiento

Me voy de vacaciones y de pronto recibo más comentarios que nunca. Aiss me emociona mucho tener tantos fans nuevos, mil gracias   *_____* Avisé en mi perfil pero lo repito ahora, estoy de viaje y aquí no tengo internet normalmente salvo ocasiones como ahora que me puedo conectar rápidamente así que no tengo tiempo de contestaros como es debido pero a mi regreso de verdad que lo haré!! Los lei por encima y me emocionaron mucho!!

Lo bueno es que si que he podio escribir y tengo nuevo capi y ya tengo listos los siguientes por lo que espero no retrasarme en actualizar sino me pasa como ahora que consigo inernet y WP se me pode de mantenimiento ¬¬ Bueno aqui viene un capi nuevo ^^

Tengo que hacer una mención especial a Jade (@JadeFics) porque este capítulo es prácticamente lo que ella escribió en su día solo que yo le he añadido cosas y lo he arreglado y tal pero vamos, jamás yo haré de Elijah como ella, se te hecha mucho de menos ojalá algún día puedas leer esto!

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"«Eres tan absolutamente complicada que haces que lo demás parezca realmente ordinario.» ¿Cómo debo tomarme esa frase? Él siempre hace algo así, suelta de improvisto, sin avisar, cuando tengo la guardia bajada, algo que me deja sin respiración para que le dé vueltas horas después y es que el muy maldito lo consigue, no puedo dejar de pensar en él. Lo peor es que no sólo las cosas malas me lo recuerdan, allí donde una molécula consigue atrapar un rayo de luz pienso que es una obra de arte sumamente delicada y cuando cierro los ojos veo su rostro, su sonrisa desdeñosa y enigmática... y me pregunto si él también pensaría como yo, si aprobaría dicha pieza de arte..."

Diario de Ellette

PALACIO DE LOS ESPEJOS. JARDINES REALES. 23:00

ELIJAH

Sabía que el hada oscura no era de fiar, el tiempo pasado como prisionero de aquel loco del bosque debía de haber hecho mella en mi resolución y eso explicaba por qué el laureado Capitán Elijah había sido atrapado por unas raíces, engaño de una mujer sumamente sospechosa.

Las espinas se clavaban en mi piel, afortunadamente ésta era resistente y no resultaba tan fácil atravesarla. Estaba frustrado y furioso, lo único que me importaba a esas alturas era salvar a la princesa Rosalie. Ya había tenido bastante con la muerte de Liliana, mi primera esposa, como para tener que lidiar con el dolor de fracasar protegiendo a la Princesa. No era que no confiara en mis hombres de la Guardia Real, pero ellos no habían visto de lo que eran capaces aquellos terroristas, en especial el misterioso tipo disfrazado de Joker, por no mencionar a la humana con una pistola mágica y el dinosaurio rosa de cinco metros con el que había mantenido una feroz pelea. Un escalofrío sacudió mi médula espinal al recordar la criatura de escamas rosadas y amarillas. No podía dejar a Rosalie sola ante tales peligros y menos aún, sola con ese cretino que se hacía llamar a sí mismo Príncipe.

Aún sostenía en mi mano la flor que me había dado el hada de oscuridad. Me quedaba la suficiente sensatez como para saber que se trataría de una trampa más, por lo que me la reservé para cuando realmente no poseyera otra opción. En aquel momento sólo me estaba enfrentando a unas raíces de nada, ya había derrotado a adversarios más feroces, por lo que me concentré reuniendo las fuerzas que me quedaban para transformar parte de mi cuerpo una vez más. Ni aquellas raíces por muy resistentes que fueran pudieron soportar semejante despliegue de fuerza y al final, yo gané, haciéndolas trizas.

Al fin me hallaba libre y esa vez sí que sí, no más impedimentos, salvo que mi ropa a esas alturas había quedado reducida a jirones, la parte superior del uniforme la había perdido meses atrás. No era plan de pasearme entre los invitados de los diferentes reinos semi-desnudo, por lo que opté por colarme por los jardines.