10.Rosalie II: El primer beso

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"Hay algo oscuro y extraño contaminando el corazón de Gelsey que no estaba la primera vez que le conocí. Algo terrible le ha pasado desde entonces, pero no le he dicho nada, prefiero hacerme la tonta al respecto y tener esperanza, la poca que me queda. Llegará un día en que Idril y él se necesitarían. Se van a necesitar, pues yo ya estoy demasiado débil, pero confío en que la luz de Idril le curará, así como Gelsey impedirá que Idril caiga al camino oscuro de esa terrible profecía."

Diario de Ellette.

PALACIO DE LOS ESPEJOS. ENTRADA PRINCIPAL. 22:30

 La lluvia de flechas se abalanzó sobre Grisel y Joshua. La Líder de los Rebeldes fue muy rápida y consiguió completar el hechizo a tiempo. Siseos en la oscuridad y un aumento repentino de la temperatura. Una esfera de fuego les rodeó, quemando las saetas que volaban directas hacia ellos. Eso la dejó fatigada de golpe, mientras contemplaba los restos chamuscados.

—Más magia... —masculló.

«Magia que Helena detectará».

Joshua seguía pendiente de los guardias, que tras ver que su fracaso, se habían decidido a intervenir cuerpo a cuerpo. El hechicero desenfundó los restos de su espada y los encaró.

—¿Qué le ha pasado? —le preguntó Grisel al recaer en la quebrada hoja.

—No me lo recuerdes. Ese payaso me está hartando.

Fueron ellos dos solos contra tres guardias. Sus armaduras reflejaban los hechizos mágicos, por lo que Grisel creó un charco de arenas movedizas a sus pies que provocó que se hundieran, desesperados, mientras Joshua los remataba. Al acabar, los dos estaban cubiertos de sudor y el aire nocturno olía acerado.

—Hazlos desaparecer —ordenó la líder.

—¿¿¿Qué??? ¿No puedes convertirlos en cenizas tú sola?

—He gastado dos hechizos muy poderosos seguidos, no quiero desperdiciar más magia, pero antes...

Cinco minutos más tarde Grisel se había ataviado con la armadura de uno de los guardias, Joshua se había rehusado.

—Al final sí que te gusta vestir como ellos, ¿eh?

Joshua había empleado un conjuro para cambiar sus desastrosas pintas por un elegante traje de gala azul oscuro.

—Dime que el pelo me ha vuelto a su color habitual...

—Sigue tan azul como el de uno de esos frikis inadaptados..., pero bueno, vas a infiltrarte en una fiesta de hadas, no destacarás tanto.

Joshua frunció el ceño.

—¿Y ahora qué? ¿Entramos de una vez? Antes de que se den cuenta de que nos hemos cargado a los guardias de la entrada principal —inquirió bruscamente ante la decepción de su pelo.

Iban a dar un paso hacia delante, cuando Grisel escuchó una inconfundible voz:

Por aquí, Princesa. Conozco un pasadizo secreto, no nos detectarán...

—Es el principito —adivinó Joshua.

—¿¿Qué está haciendo aquí fuera si la fiesta ya ha empezado??

Ambos se volvieron a esconder tras su arbusto. Idril caminaba junto a una joven de piel marmórea y ojos dorados que refulgían como antorchas. El negro de su vestido se fundía con la oscuridad.

—¿Qué diantre lleva puesto y qué se ha hecho en el pelo? —rebufó Grisel, irritada sin saber por qué.

No puedo esperar más, acérquese ya, por favor —habló la joven.

Léiriú I: La rebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora