12.Gelsey II: Tres mujeres

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N.d.A: Aquí estoy con un nuevo capi, cada vez me quedan más frikis aisss. Estoy muy contenta porque ya tengo más de 100000 leturas *__* (aunque en comparación de otras historias con menos lecturas tengo pocos comentarios u.u) 

Aclaro por si acaso aún alguien no lo ha notado, los sucesos no están exactamente en orden cronológico al estar contados desde diferentes PoVs por lo que muchas veces avanzo con un personaje pero después tengo que volver hacia atrás para contar lo que estaban haciendo los demás al mismo tiempo, al final quedará todo completamente hilado.

Que disfrutéis del capi^^

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"Querido diario, ¿recuerdas lo contenta que estaba ayer porque al fin íbamos a visitar Perverlandia? Empiezo a creer que existen fuerzas mayores que impiden que sea feliz al menos por un día. Al final llovió tanto que perdimos el barco que nos llevaría a la otra orilla. Ya ves, tampoco pude montar en un barco, con la ilusión que me hacía... Killian también está tan desanimado como yo, por lo que me ha propuesto irnos de juerga a alguna taberna para compensar. He estado tentada de aceptar, pero después he recordado que siempre que Dereth me ve con él, luego paga las consecuencias algún inocente, así que supongo que dibujaré o algo por el estilo para mantener mi mente ocupada. No quiero dormirme tan pronto, las pesadillas son cada vez peor."

Diario de Ellette

 SALÓN PRINCIPAL. 22:45 (5 MINUTOS ANTES DE QUE SE DESATARA EL CAOS).

Joshua siguió las indicaciones que le había dado esa arpía de Helena, avanzando a tientas por el túnel del pasadizo secreto que conducía directamente hacia el Gran Salón. Por algún desconocido motivo, le vino a la mente el recuerdo de una conversación con Maddie en las alcantarillas de Puerto Nácar y la necesidad de hacerse con una varita mágica para iluminarle el camino. Para poder avanzar con más agilidad, había transformado lo que quedaba de su pobre espada en una pulsera, así no llamaría la atención tampoco entre los invitados. Cuando tanteó una pared, supo que había llegado al final del recorrido y buscó el saliente que tenía que presionar con cuidado. Estaba más duro de lo que había esperado, pero al final entreabrió un poco la puerta, para asegurarse de que nadie le observaba, y se atrevió a salir. La puerta se trataba de un cuadro de un estanque con patos, Joshua pensó que tenían un gusto ridículo hasta para la decoración.

No tardó en comprobar que los rebeldes habían logrado infiltrarse en la fiesta y disfrutaban de la comida de lujo y de la música mientras aguardaban la llegada de su líder. Recordó a Grisel imbuida en la armadura de aquel guardia y pensó que no debería  tardar mucho en aparecer. También vio al Joker bailando con una mujer muy atractiva, pero de aura peligrosa. Estaba molesto con él por todo lo que le había hecho, pero no le iba dar el placer a esa reina, además era amigo de Maddie y Adrián y, aunque formaban un trío que le hartaba, suponía que estaban igualmente en contra de la monarquía. Decidió que dejaría al Joker ligando para centrarse él en la rebelión, ya se vengaría más tarde, cuando se le acercó su maestro.

—¡Joshua, al fin te encuentro! No te había reconocido con ese color de pelo.

El hechicero bufó al recordar una vez más el desastre del agua de aquella cascada, pero se limitó a encogerse de hombros, mejor que el viejo sabio no supiera donde había estado metido.

El sabio Ali Kazam era un hombre alto para su avanzada edad y, aunque su voz sonaba lánguida y saturada de conocimientos, su aspecto no era tan frágil como sugería. Sus ojos eran pequeños y atentos, de un azul ya bastante empañado tras tantas horas de minuciosa lectura bajo la luz de una simple vela. El anciano fingía estar mal de la vista y le hacía a Joshua leerle muchos documentos, pero Joshua también sabía que eso no era más que puro teatro, le gustaba que sus enemigos en el Consejo le subestimaran. La elegante y pesada túnica color vino oscuro le caía hasta el suelo y le dotaba de un aspecto importante y sereno junto con la abundante, pero bien cuidada, barba albina que inundaba su rostro surcado de arrugas. Era una de las máximas figuras dentro del Consejo de los Hechiceros y llevaba cuidando de él desde que le encontró cuando era pequeño.

Léiriú I: La rebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora