Joker I: Una batalla peculiar (Segunda Parte)

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Al fin es jueves y, al igual que Maddie le llevaba los jazmines ensangrentados a Gelsey los jueves, era el destino que publicara el último capi xD.

El Joker está triste por cierto porque los capis de Gelsey tienen más comentarios que el suyo!! Así que hacedle feliz!!

Para quienes ya me conozcais sabés que siempre me guardo una carta bajo la manga para sorprenderos en el último capi muahahah.

¡Que lo disfrutéis!

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PALACIO DE LOS ESPEJOS. CALABOZOS. 1:40 AM

Madelaine empezaba a pensar que la bruja que se le había aparecido la noche anterior advirtiéndola de que el horóscopo estaba en su contra esa semana, tenía su razón, porque ¿cuáles eran las probabilidades de que un guardia resucitara para arrebatarle el medallón que tanto le había costado conseguir para perderse después en un laberinto? El Joker no volvía y eso la preocupaba teniendo en cuenta el malhallado estado en que se encontraba su misterioso camarada.

—Creo que voy a ir a buscarle —anunció colocándose bien las alas del sombrero.

—¿Tú sola? —se opuso Joshua.

—La magia feérica no parece afectarme, así que no le temo a este laberinto.

Sus oídos volvieron a estremecerse ante un repentino dolor. Todo el lugar temblaba y las puertas se abrieron para dar paso a un Gelsey con más cara de malvado que nunca. Venía acompañado, como no, de la elfa oscura que portaba una espada bastante imponente que la dotaba de un aire muy amenazador. Los ojos de Gelsey fueron a depositarse directamente en Madelaine.

—Cuánto tiempo sin vernos, ¿eh? Seguro que ya me extrañabas.

Madelaine no comprendía cómo había hecho para superar el fragor de la batalla que los rebeldes iban ganando gracias a las armas imbuidas en la Magia del Corazón del Bosque que ella había creado. Iba a responderle un «no, puto», pero la ironía siempre resultaba mejor.

—Sí, no sabes cuánto, cariño. Casi me corto las venas escuchando una canción depresiva. ¿Acaso no ves mi cara de desolación? —dijo efectuando ademanes melodramáticos.

Escuchó la risa de Gelsey, mas ésta poco a poco se oía más lejana. ¡¿Qué mierda estaba pasando?!

Joshua también se cubría los oídos con las manos hasta que notó algo viscoso resbalando: sangre.

—Es él el que está haciendo esto —comprendió.

Gelsey analizaba la situación. Se había dado cuenta de que algo no iba del todo bien en la humana.

—¿No me digas que he dañado tus oídos?

Se acercó a ella. Joshua trató de detenerle, no lo suficientemente rápido, pues Enora se lo impidió. La hoja reluciente destelló.

Gelsey llegó ante la humana, obligándola a incorporarse para poder susurrarla al oído:

—Ahora ya no podrás oír cómo digo tu nombre entre jadeos.

Gelsey todavía guardaba la esperanza de que Madelaine se pasara a su bando y se le entregara. Como Maddie simplemente temblaba de rabia, se retiró, dándola la espalda. No quería volver a envenenarse con la maldición de la humana, además le irritaba que llevase aquel sombrero. Unas raíces mágicas brotaron de debajo del suelo, resquebrajándolo, y se enroscaron en torno al cuerpo de la humana de cabellos rubizos.

Madelaine seguía luchando por librarse del efecto de los ultrasonidos del silfo. Juraría que le había susurrado algo como «Ahora diré el nombre de Enora entre jadeos» ¡¡Como si le importara lo que decía mientras le hacía el amor a su puta!! Las raíces la oprimían dificultándole la respiración, pero era la ausencia de sonido lo que más le asustaba. Quedarse sorda no entraba dentro de sus planes.

Léiriú I: La rebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora