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—Doctor—dijo Duncan mientras el Doctor Parks le hacía una serie de pruebas para medir su capacidad cardiaca. El Doctor le preguntó qué sucedía y éste sólo suspiró—. ¿Cuánto tiempo me queda de vida?

El Doctor Parks dejó de hacer lo que estaba haciendo y lo miró fijamente.

—Tú vas a vivir, ¿comprendes?

—Sé que quiere que me lo crea pero los dos sabemos que pocas son las probabilidades de que consiga un donante—respondió el castaño—. Sólo quiero que me diga si podré estar unos meses más.

El Doctor Parks se paró de la silla y buscó algo en su computadora para mostrarle al chico.

— ¿Ves esto que está aquí? —le enseñó una fotografía en 3D de un corazón, él asintió—. Éste es un corazón sano—le mostró otra fotografía—. ¿Ves este? —era una imagen de un corazón un poco más agrandado—. Éste es tu corazón; por esta pequeña diferencia es que tienes irregularidades con el ritmo cardiaco que fueron las que te trajeron aquí en primer lugar. Queremos descartar una posible cardiomiopatía pero por los momentos no hemos encontrado una causa.

Duncan asintió comprendiendo un poco lo que él le estaba diciendo. Según lo que estaba entendiendo era que no debía preocuparse tanto por ello pero algo muy dentro de él le decía que sí debía hacerlo.

—En caso de que sí lo tuvieses, es una enfermedad tratable con ciertas restricciones pero la muerte no es una consecuencia inmediata, así que deja de preocuparte tanto por lo que puede pasar y vive lo que está pasando—ordenó el Doctor—. Además, todos aquí hemos notado que le has puesto el ojo a Selene—sonrió.

—Su hijo le dijo ¿no es así?

—Quizás, Alan es un poco de cupido según dicen. Yo aposté con su mamá hace varios años a que eso iba a suceder y me gané cincuenta dólares—se rió—, pero me he salido del tema. ¿Por qué no la invitas a salir? O bueno, a salir dentro de la clínica. Puedo hacer que acomoden una habitación como si fuera un restaurante.

—Ella no va a aceptar.

— ¿Por qué las personas siempre dan por hecho cosas que ni siquiera han pasado? —se preguntó a sí mismo—. No sabes lo que va a responder si no se lo dices.

—Está Matías y él es mejor que yo—suspiró—. Está en la universidad, es guapo y puede prometerle un futuro. Yo seguramente no puedo prometer ni tres meses.

—Te he dicho ya que se puede tratar lo que tienes—respondió irritado por el pesimismo de Duncan—. ¿Y quién dice que él es mejor? No estás en una competencia, no compitas nunca contra alguien para ganarte a la chica porque la chica no es un premio y tú no eres un jugador.

—Pero...

—No estudié diez años de mi vida para que no escuches lo que digo—interrumpió, Duncan asintió sabiendo que él tenía razón con respecto a Selene.

Quizás Matías era mayor, guapo, con una increíble personalidad y sabía tocar la guitarra seguramente pero él tenía la confianza para saber que a pesar de lo muy bueno que puede ser una persona, en el amor uno no escoge de quién enamorarse y si tal vez el universo conspiraba a su favor, Selene podía enamorarse de él. Eso deseaba.

— ¿Y qué le debo decir? ¿Cómo la invito a salir? —le preguntó al Doctor, éste frunció el ceño ante la pregunta del castaño pero luego negó con su cabeza en señal de desaprobación.

—Se directo—dijo sin complicaciones—. Sólo le dices que quieres ir alguna parte de la clínica y que quieres ir con ella. Y por favor le dices que es una cita porque las mujeres pueden hacerse mil películas en la cabeza, pero nunca aciertan en lo que el hombre piensa realmente, así que especifica lo que quieres que ella sepa.

— ¿Y si me da miedo? —preguntó—. No solía ser yo el que invitaba a salir, ella siempre me lo decían a mí primero. Creo que nunca he invitado a salir a una chica, al menos en plan de interés amoroso.

—Pues siempre hay una primera vez—respondió—. Ahora es momento de que regreses a tu habitación. Por la hora, Selene debe estar esperando en la sala de espera, así que agárrese esos pantalones y vaya a invitarla a salir.

—Doctor Parks, usted no comprende lo complicado que puede llegar a ser para un chico introvertido invitar a salir a una chica extrovertida. O invitar a salir a alguien en general, no es lo mío, soy de pocos amigos...

El Doctor Parks prefirió hacerle caso omiso a todo lo que le estaba diciendo el chico y sólo lo tomó del brazo para llevarlo hasta la sala de espera donde en efecto estaba Selene sentada jugando con su celular mientras lo esperaba. Caminó hasta quedarse frente a ella y soltó el brazo de Duncan.

— Te lo dejo Selene, cuídalo y llévalo hasta su habitación—la chica asintió y él le echó una mirada a Duncan—. Puedes decirle a ella todo lo que me estabas diciendo a mí—dijo y le dio una palmada en la espalda pata luego irse y entrar en su oficina.

Selene se levantó y quedó frente a Duncan.

—Entonces, ¿de qué cosas de la vida te estabas quejando con el Doctor Parks? —Duncan sonrió. Lo que más le gustaba de Selene, era la manera tan fácil que ella tenía de hacerlo feliz.

— ¿Por qué crees que me estaba quejando de la vida? Puede que le estuviera contando sobre las grandiosas cosas que hecho.

—Seguramente, para luego quejarte de la vida otra vez—respondió y entrelazó sus brazos—. Ay Duncan, hablas como si no te conociera ya. He pasado el tiempo suficiente como para saber que te estabas lamentando por algo, pero cariño, las cosas siempre pueden ser mejor de lo que parecen. Sólo debes ser positivo.

—Positivamente sé que dices estas cosas sólo para hacerme creer que las cosas tienen solución.

—Y lo tienen.

—Cuando te gusta una chica, Selene, ya nada lo tiene.


N/A: Y COMENZAMOS EL MARATÓN!! Subiré dos capítulos más en la tarde, espero que les guste!

Positivamente NoWhere stories live. Discover now