6

6K 876 65
                                    

— ¿Estás preparado? —le preguntó el Doctor Parks a Duncan, le iban a realizar una tomografía de resonancia magnética para medir si todo estaba en orden.

—Eso creo—suspiró el castaño, no le gustaba estar dentro de ese aparato pero necesitaba hacerlo, era por su bien—. ¿Cuánto tiempo durará?

—Tranquilo que no notarás que estás adentro—expresó sin responder su pregunta, eso preocupó un poco a Duncan pero lo dejó pasar, no podía sentirse nervioso en ese momento sino todo podría salir mal.

— ¿Quieres que llame a Selene? He visto que se han hecho amigos—le dijo él, Duncan sonrió, la verdad es que sí quería que ella estuviera presente.

— ¿Se puede? —el Doctor asintió—. Me gustaría que ella estuviese aquí.

—Iré a llamarla, mientras relájate un poco—comentó para salir rápido de la sala. Duncan aprovechó para acomodarse en la cama, ya había pasado por eso una vez pero fue hace mucho tiempo que no recordaba la sensación exacta de cómo se había sentido.

El Doctor Parks entró junto a Selene minutos más tarde, ella se acercó al castaño y tomó su mano—. ¿Todo en orden? —le preguntó.

—Estoy realmente nervioso—dijo—, no quiero que las cosas salgan mal.

—Todo estará bien cariño, sólo debes relajarte—le dijo y acarició su mano para hacer que éste se tranquilizara pero lo que logró fue que su corazón latiera rápido por el tacto—Linda pijama—le dijo bromeando, Duncan sonrió.

—Te la regalan para hacer esto, mira que eficientes—se rió—No te alejarás de mí, ¿verdad?

—Estaré aquí esperándote—respondió.

Después de unos minutos, Duncan logró relajarse y el Doctor preparó todo para iniciar la resonancia. El doctor le proporcionó a él y a Selene unas orejeras para que así no salieran lastimados por los fuertes sonidos que el resonador realizara y le entregó un pequeño objeto apretable de color gris en forma de globo, Duncan lo miró curioso.

— ¿Para qué es esto?

—Es el botón de pánico, si sientes que estás entrando en pánico y no puedes seguir con la resonancia, apriétalo y te sacaremos—informó, Duncan asintió y le dio un vistazo al botón—. Bien, necesito que no te muevas para nada ya que así podrán salir las imágenes en orden y relájate. Todo estará bien.

Duncan se acostó en la camilla y el Doctor empezó con la resonancia. La camilla empezó a elevarse hasta llegar a la altura necesaria para así introducir a Duncan al centro del resonador dando por iniciado el examen.

El Doctor Parks pasó al otro lado del vidrio en donde podría monitorear las ondas y comunicarse con el chico de una manera factible—. ¿Te quedarás con él? —le preguntó a Selene, ella asintió y se acercó al castaño tomando su mano.

—Estoy aquí, Duncan—le dijo—, tú sólo relájate.

Empezó a escuchar los fuertes sonidos del resonador, parecía como si una alarma de banco hubiese sido activada, el ruido no le estaba gustando pero tenía que aguantar, tenía que hacerlo porque necesitaba poder seguir.

El Doctor le hablaba a través de los auriculares preguntándole si todo se encontraba en orden, él sólo respondía con monosílabos pero su mente se iba a otro lado cuando pensaba en Selene y en que ella estaba tomando su mano. Eso le gustaba, le gustaba tenerla a su lado en ese momento, quizás no se conocían de muchos meses pero la sentía como un gran apoyo; después de todo ese era su trabajo ¿no?

Al terminar, el Doctor le realizó un examen rápido, le tomó la presión arterial, los latidos cardiacos e incluso el nivel de glucosa en la sangre, todo se encontraba en orden, eso era una buena señal.

Salió junto a Selene hasta el pasillo del Hospital—. Gracias—le dijo—, gracias por estar a mi lado.

—Siempre estaré por si me necesitas—respondió y se acercó a él para besar su mejilla—, ¿cómo te sientes?

«Mucho mejor por el beso» pensó—. Estoy bien, pensé que eso duraría toda la vida, pasé como tres horas allí adentro.

—Fueron sólo cuarenta y cinco minutos, no seas exagerado—se rió—. Ya es tarde, necesitas descansar, te acompañaré hasta tu habitación.

—Normalmente es el chico que acompaña a la chica—dijo el castaño, Selene se encogió de hombros.

—Hay que cambiar la historia de vez en cuando.

Él se rió y juntos caminaron hasta su habitación, Selene se despidió de él y se marchó a atender a otro paciente, en cambio Duncan se quedó hasta tarde viendo algún documental en NatGeo y de vez en cuando pensaba un poco en su linda amiga y en lo mucho que le había gustado que ella estuviese con él ese día.


Positivamente NoWhere stories live. Discover now