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Selene llegó al día siguiente y saludó a las enfermeras que estaban en la sala de emergencias, Zanny se acercó a ella con una dulce sonrisa en su rostro para indicarle que Duncan ya había desayunado ese día y que no necesitaba preocuparse tanto.  Ella ya le había medido la tensión y las pulsaciones y todo estaba en orden.

—¿Cómo te fue con tu chico?—preguntó ella, Selene sonrió recordando lo que había pasado ayer. Había estado toda la tarde con Matías quién la llevó a ver una películas y luego a comer helados en Sunny Ice; era una cita muy común y práctica pero a Selene le había parecido muy linda y adecuada a la situación en la que ambos se encontraban.

A ella le gustaba Matías y a él parecía gustarle ella, y a pesar de los problemas que podían llegar a ellos, su relación parecía prometer en el futuro, pero eso es una historia que será contada otro día.

—Casi nos besamos— sonrió—. Comimos helado, vimos la nueva película de Holly Hollister y me llevó hasta mi casa— suspiró—. Fue genial.  

—Me lo imagino— le dijo ella mostrando su interés.

— Luego te cuento sobre eso, debo ir a ver a Duncan— informó para tomar sus cosas y caminar hasta el área de las habitaciones y buscar la del chico.   

Cuando entró se lo encontró sentado sobre la cama con las piernas cruzadas ordenando un juego de cartas de pocker.

—¿Es idea mía o estás muy aburrido?— le dijo ella, Duncan volteó a verla y sonrió por inercia. Se sentía torpe por hacerlo pero estaba consciente que viniendo de Selene, esa era la única reacción que podía tener.  

A su lado la esperanza de vivir aparecía.

—Te estaba esperando, ayer no viniste— dijo, él tenía la esperanza de que ella no hubiese ido a su cita pero por el brillo que llevaba en los ojos ese día, no podía negarse a lo que había pasado. Sí había ido y sí le había gustado.

 —Tenía la tarde ocupada— dijo—. Salí con Matías ayer— sonrió —, pero no te voy a aburrir con mis cuentos. Dime mejor qué hiciste tú, le pedí a Zanny  que me cubriera espero que la hayas pasado bien con ella.

 —Lo hice pero contigo siempre la pasaré mejor— sonrió tímido, Selene sintió como su corazón empezó a latir más rápido de lo normal, le había parecido muy lindo el comentario de Duncan.

—Eso fue muy tierno, me sonrojas— llevó sus manos a sus mejillas y Duncan rió.

—No me aburres con tus cuentos— dijo—. Puedes decirme si quieres— aunque él ya sabía lo que había hecho esa tarde. Selene se sentó a su lado en la cama y se echó hacia atrás apoyando su cabeza sobre la  almohada.

—Salí con Matías, tuvimos una cita real—confesó— . Ya había salido con él pero en plan de amigos, ésta vez fue algo más serio. Algo más a lo no quiero que seamos sólo amigos. ¿Entiendes?  

— Sí, me pasó una vez con una chica pero no me he atrevido a decírselo. 

— ¿Por qué?

—No tengo oportunidad con ella, ella está muy fuera de mi alcance— suspiró— . incluso si ella me diera una oportunidad, yo moriré pronto y no podría dejarla así.

— Pero al menos lo habrías intentado, las personas se abstienen a muchas cosas debido a la muerte pero todos llegamos a ella en algún momento, ¿por qué no aprovechar el tiempo que sigues vivo y hacer lo que te gusta? ¿No te gustaría decir que lograste tener algo con esa chica y fue lo mejor que te pasó? ¿Por qué perderte de algo tan bonito por el miedo a morir?

—Ella tiene a alguien más—expresó—. Quizás no tengan una relación seria en este momento pero está interesada en otro chico, otro chico que sí le podrá dar ese futuro que se merece.  

 Selene permaneció callada sin saber qué decir al respecto, ¿cómo podría hacerle cambiar de parecer a alguien que era excesivamente terco? Ella sabía que Duncan si se diese la oportunidad de ser feliz con alguien, dejaría a un lado todos esos pensamientos negativos sobre morir y los volvería a más ganas de querer seguir viviendo pero ¿cómo lograba que eso sucediera cuando él no quería que pasase?

A veces nos enfrentamos a situaciones ajenas que nos afectan como si fuesen propias y es debido a la cercanía que tenemos con la otra persona. Sus problemas pueden llegar a inquietarnos tanto que necesitamos hacer algo para solucionarlos y en realidad no podemos hacer nada para que se acaben, sólo esa persona es capaz de terminarlos.

A Selene le sucedía eso con Duncan, no quería que él estuviese mal pero no podía hacer nada para cambiarlo.

— Selene—dijo el castaño luego del momento de silencio que había tenido, la chica lo miró—. Matías tiene mucha suerte de tenerte; eres de esas personas que sólo conoces una vez en la vida.

Positivamente NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora