Capítulo 36 .NO QUIERES QUE TE RECUERDE POR QUÉ ME LLAMAS MELOCOTONCITO

10.5K 903 476
                                    

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.


Mi teléfono comenzó a sonar a poco antes de las siete de la mañana y apresuradamente atendí.

Bonjour Bombón- Buenos días bombón, no sé qué hora es allá, pero estoy muy seguro de que te desperté.

—No importa. Me encanta despertarme con tus buenos días. ¿Vas camino a encontrarte con Hayden?.

—Así es. Estoy tan ansioso que desperté una hora antes de lo planeado, pero descansé lo suficiente. ¿Y tú?.

—Bueno también dormí muy bien en realidad. Estaba agotada cuando por fin me acosté—dudé en contarle todo lo que hablé con Gabriel porque recordé sus palabras, podría arruinarle el viaje, la experiencia y la entrevista a Rámses. Le contaría de regreso—, de seguro no podrás hablar durante las rondas, pero ¿me escribirás cuando puedas?.

—Eso ni siquiera se pregunta bombón. Pensaré en ti en todo momento.

—Bien, y asegúrate de decir que tienes novia a todas las aspirantes a doctoras que se te acerquen.

Rámses rio y su sonrisa me calentó el cuerpo de alegría.

—Lo haré.

—¿No me dirás que haga lo mismo?.

—Que va, antes de llamarte a ti hablé con Gabriel. Ya tiene mis instrucciones al respecto.

No sé si eso haya sido una buena idea.

—Te extraño tanto—dije estirándome en la cama y haciendo un ruidito extraño.

—Si eso fue un gemido doy media vuelta de inmediato al aeropuerto.

—Me estaba estirando—le aclaré riéndome—, pero si esa imagen te sirve para que pases el día...

—Oh Amelia, tengo muchas imágenes tuyas y sonidos que me ayudaran a pasar la vida entera.



Colgamos cuando llegó al hospital donde se encontraría con Hayden, sabía que le iría excelente y traté de darle confianza. Aunque no lo dijese su ansiedad era en parte nervios.

Los golpes en la puerta evitaron que volviese a dormirme, me envolví en unas de las batas que daba el hotel y abrí la puerta para conseguir a un muy activo, despierto y con exceso de energía Gabriel.

—Vístete Beleza, tenemos poco tiempo para disfrutar el día.

—¿De qué hablas? ¿A dónde iremos?.

—A la playa por supuesto, no pretenderás que estemos en Los Ángeles y no vayamos a Santa Mónica.

Animada corrí a la maleta y saqué la ropa que Pacita esperanzadoramente me guardó, luego fui a cambiarme al baño mientras Gabriel se tumbaba en mi cama a navegar en su teléfono.

No Juzgues La PortadaOnde histórias criam vida. Descubra agora