Extra 7

4.1K 236 54
                                    

Pego un grito de frustración y levanto los zapatos de Tony, acomodandolos y arrojando sus calcetas a la ropa sucia.

Es que no entiendo porqué tiene que ser tan desordenada, le he dicho una y mil veces que levante sus cosas. Es que no hay manera, como es posible que sea tan tan...

¡Agh!

Todos los días discutíamos siempre por las mismas cosas y aun así ella parece no entender. 

"No dejes los zapatos tirados"

"Lava los trastes después de usarlos"

"¿Por qué dejas los calzones colgados en la ducha?"

La regañaba siempre, día tras día, tratando de moldearla a mi manera pero ella parece no querer cooperar.

Y ha adquirido una nueva manía que detesto.

No puedo estar tranquila haciendo cualquier cosa porque entonces llega Tony y "¡Pumm!" nalgada. Nalgadas fuertes que me dejan el trasero ardiendo.

Justo como por la tarde en la que me encontraba lavando un par de trastes y de repente siento aquel ardor en mi piel, el estallido retumba por toda la cocina.

__ ¡Hija de..! __ La miro molesta sobando la parte afectada con mis manos, ella simplemente se deja caer contra la encimera sonriéndome como una pequeña que ha hecho una travesura.

__ Hola, mi amor.

__ ¿Cuándo vas a dejar de hacer eso? Me duele, Antonella.

__ No puedo evitarlo __ se acerca a mi y siento sus brazos rodearme, une sus caderas a mi cuerpo y susurra en mi oído __ tu culo me llama.

Aunque besa mi mejilla me encargo de codearla un poco demostrando mi enojo con su acción.

__ A mi no me gusta, no vuelvas a hacerlo.

Obviamente no me hizo ni caso.

Ella lo hacía siempre, en cada oportunidad, cada día.

Pero entonces un día mientras me encuentro buscando baterías nuevas para el control de la televisión en uno de los cajones del buro, estoy tan concentrada que no escucho la puerta abrirse, y no noto la presencia de mi esposa hasta que el gran estallido suena retumbando en las paredes.

Fue tan fuerte que mi cuerpo terminó empujandose hacia adelante cerrando de golpe el cajón y aplastando dos de mis dedos provocando que un grito de dolor salga de mi garganta, las esquinas de mis ojos se llenan de lagrimas que amenazan por salir.

Tony se asusta cuando se da cuenta de lo que ha pasado, e intenta ayudarme de alguna manera pero mi mal temperamento se hace presente y la miro de mala manera, impidiéndole que se acerque un solo paso más.

__ No me toques __ lo digo entre dientes para no gritarle, y le doy la espalda tratando de contener el dolor y ardor que estaba sintiendo, es como si mis dedos palpitaran, están rojos y duelen como el demonio __ Duele demasiado.

__ Perdón, perdón, no fue mi intención hacerte daño, mi amor __ ella intenta acercarse de nuevo pero de nuevo basta solo una mirada mía para detenerla.

__ Te he dicho muchas veces que dejes de hacer eso. Que no me gusta, que me duele, ¿no entiendes o qué? __ mi mirada fría se suaviza cuando notó su rostro lleno de culpa y preocupación, se que le he pedido muchas veces que pare, pero tampoco tengo que hablarle tan mal.

__ Lo siento, lo siento tanto.

__ Ya __ la detengo, suspiro tratando de controlar mi mal genio, calmarme y no dejarme llevar por el enojo de mis dedos adoloridos, sus ojos se tornan algo rojos y noto como comienzan a agüarse __ Sólo escucha lo que te digo la próxima vez. No llores, estoy bien, no pasa nada, ¿vale?

Entendido, profesora. TERMINADA. Where stories live. Discover now