21. Costumbre

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¡Feliz noche gay! ✨

Antes de continuar y de que acompañemos a Izan en su melancolía... ¿Me extrañaron?

Bueno ya, prepárense para leer a un golden retriever enrabiado y saber más sobre Gideon y Blaise.

Bueno ya, prepárense para leer a un golden retriever enrabiado y saber más sobre Gideon y Blaise

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꒷🌹꒷

Capítulo 21

"Costumbre"

IZAN

Sentía cada centímetro de su piel tiritar, el corazón le golpeaba el pecho con fuerza y no podía mantener las manos quietas, por más que intentó mantenerlas entrelazadas sobre su regazo.

Esa mañana el clima no colaboraba, el cielo estaba prácticamente oscuro, lloviznaba y el frío era tal que debió recorrerse hacia el centro del asiento trasero del auto para evitar la temperatura de las ventanillas.

Habría preferido estar dormido y no tener que fingir que lo estaba. Porque sintió el peso de Samael cuando se levantó de la cama, escuchó los pasos de la persona de metro sesenta y se obligó a cerrar los ojos con fuerza y a retener la respiración mientras el rostro de ese chico, tan hermoso como cruel, se acercaba al suyo.

Sintió ese beso contra sus labios cerrados como el beso de un verdugo antes de cortarle a un sentenciado la cabeza.

Samael procuró no hacer ruido. No lo despertó y tampoco le respondió durante la noche cuando él le preguntó si se iría o no.

Al final, solo el sonido de la puerta al ser cerrada fue lo que obtuvo.

¿Pensaría Samael en lo que él sentiría al despertar y encontrarse solo en la habitación?

Si fue o no así, él no se enteró.

Tomó su teléfono y comprobó que Samael desapareció, como si nunca hubieran sido cercanos. Si es que lo fueron realmente.

Salió de la casa de los Blackhill y un auto lo esperaba con la puerta abierta. El conductor lo saludó con una media sonrisa y la única explicación de que tenía órdenes de llevarlo a un lugar antes de a su casa.

Por un instante creyó que se trataba de Samael, que el impulsivo príncipe rebelde había decidido desobedecer a su familia y le tendía la mano para que lo siguiera a saber a qué lugar.

Una carretera estrecha, un matutino paseo en auto por el centro de la ciudad, de nuevo una carretera estrecha y luego una entrada bordeada por árboles perfectamente alineados y podados en forma de pinos.

Las gárgolas en el techo de ese edificio en forma de castillo antiguo, los adornos en cada balcón y los rosales blancos en la fachada de la casa le dieron un indicio del lugar en el que se encontraba.

Samael alguna vez le dijo que la casa en la que pasaba sus fines de semana no era más que la casa de juegos que sus padres le dieron para mantenerlo entretenido. Pero ese no era el hogar principal de los Blackhill, y él debió suponerlo.

Sangre puraWhere stories live. Discover now