11. La curiosidad mató a Izan

35.3K 2.5K 2.6K
                                    

Primero que nada, feliz noche de secta gay en salsa roja

Prepárense para los gaypanics de Izan y descubrir el secretito oscuro detrás del título de la historia.

¿Recuerdan la pregunta de su color favorito en el capítulo anterior? Ahora quiero saber su número favorito👀👉🏻.

Dejando de lado el chisme, les dejo a solas con el golden retriever, Izan...

Dejando de lado el chisme, les dejo a solas con el golden retriever, Izan

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

꒷🌹꒷

La curiosidad mató a Izan

IZAN

Su padre fue a recogerlo a la casa de los Blackhill un par de horas después de desayunar con Samael. Le parecía increíble estar un sábado con el castaño, y en su casa, la cual tenía una decoración y estilo impresionantes.

La noche anterior se obligó a no mirar los objetos, cuadros y hasta las cortinas, como si se tratara de piezas en un museo.

Pasó la noche con Samael, el chico que un mes antes lo nombró su mascota y mandó a que lo golpearan en varias ocasiones.

Regresó a casa cada fin de semana y sus padres se tomaban de descanso los dos días que él tenía libre, pasaba tiempo con los Zebell, a quienes ya quería como si siempre hubieran estado con él.

La noche anterior no planeaba encontrar a Samael, al menos no a solas. Al principio se negó cuando Sanem le regaló un nuevo traje, no quería asistir a un evento donde todos lo mirarían como lo que era, un fenómeno que no pertenecía a un lugar como ese.

Además, Samael y Nate Morrow estarían ahí, se presentarían juntos. Los vio la semana anterior, pero prefirió ignorar la punzada en el estómago que le provocó la imagen de Samael sonriendo mientras caminaba junto al capitán del equipo de baloncesto.

Nate Morrow le declaró a Izan la guerra desde que por su culpa Samael estuvo a punto de negarse a salir con él. Las elecciones para entrar al equipo serían el lunes siguiente, y el enfrentamiento que tuvo con el capitán era suficiente para saber que él no estaría dentro. Nate no permitiría que Izan se uniera.

Lo último que vio antes de entrar al auto de Matthew, fue a Samael en la puerta despidiendo a su padrino, con un gato negro en los brazos y el pijama blanco que usó para dormir.

—Nunca vi a Samael tan relajado —dijo Matthew sentándose a su lado frente al volante—. Siempre está tenso, a la defensiva, como un...

—Gato —asintió. Ambos sonrieron, Matthew le tomó la mano y la presionó mirándolo a los ojos.

—No sé bien cómo es que ustedes se acercaron —comenzó a decir su padre—. Pero que seas feliz es lo único que me importa.

Las lágrimas amenazaron con salir, pero logró que una sonrisa iluminara su rostro.

Sangre puraWhere stories live. Discover now