9. Murciélagos en el estómago

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Notita: Prepárense para la manoseada del año.

Déjenme aquí sus fechas de cumpleaños, luego explico para qué👀💕

Ahora sí, les dejo leer...

Ahora sí, les dejo leer

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꒷🌹꒷

Capítulo 9

"Murciélagos en el estómago"

IZAN

La mano de Samael entre sus dedos se sentía fría al tacto. La situación no tenía pies o cabeza. La semana pasada ese mismo chico junto al que caminaba lo nombró su mascota. Le quedó claro que Samael no era ni de cerca una persona amable y considerada que se preocupaba por los demás.

Lo que él quería era encontrar un atisbo de normalidad en Samael, no era posible que alguien se comportara de la nada como ese chico lo hacía. La especie de mafia que Samael creó en el colegio no era normal. ¿Cómo explicar que un chico de dieciséis años era capaz de mandar a golpear a sus compañeros y crear una arena de castigos en un salón subterráneo?

Todo sin ningún remordimiento, sin dimensionar lo que su abuso ocasionaba a los demás. ¿Alguna vez Samael pensó en cómo se sentirían los chicos a los que humillaba, insultaba y amenazaba?

Él se propuso llegar a ese colegio y procurar no meterse en problemas, se lo debía a los Zebell por adoptarlo. Aun no comprendía la razón por la que decidieron acogerlo a él y no a alguien más, corrió con la suerte de pertenecer a una familia que lo trataba como si importara, como si valiera la pena adoptar a un chico que no ha tenido nada, y por lo tanto tampoco esperaba nada.

Pero su intención de pasar desapercibido se vio eclipsada por esa necesidad que tenía de meterse donde no lo llamaban, y encontrar buenas intenciones en personas que evidentemente no las tenían. Samael atrajo su atención y picó en lo más profundo de su curiosidad, y ahora él mismo, sin necesidad de ser amenazado o que el enano se lo pidiera, se encontró interviniendo.

Odiaba muchas cosas en el mundo, pero las injusticias tenían mención honorífica en su lista negra; que Nate sujetara a Samael y no lo soltara aun cuando éste se lo pidió, era un ejemplo de lo que a él no le gustaba del mundo.

Le dio igual que Samael era la encarnación de la maldad y el egoísmo. El nieto heredero de los Blackhill no necesitaba que un huérfano interviniera, casi podía escuchar a Samael insultándolo después, pero no podía ignorar el hecho de que un abusivo posara sus manos en alguien que había dicho que no.

Era verdad que leyó un libro de reglas básicas de etiqueta, pero no recordaba la mayoría de las cosas. Eran demasiadas palabras, comportamientos, cubiertos y saludos qué recordar. No lo había hecho por Samael, ni porque de hecho imaginó que tarde o temprano, éste se daría cuenta de que Nate Morrow era la peor opción para llevar al cumpleaños de su abuela. Leyó el libro por Sanem y Matthew.

Sangre puraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora