37. Sueños que no son sueños

13.2K 1.4K 588
                                    

¡Feliz reencuentro, mi gente bellx!

He vuelto con un capítulo muy especial porque después de mucho tiempo llegó a mí la inspiración y ahora puedo continuar esta historia que tanto amo.

Pongan una rosa 🌹 si han extrañado a Izan, Samael y a mí.

Pongan una rosa 🌹 si han extrañado a Izan, Samael y a mí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

🌹

Capítulo 37

‟Sueños que no son sueños"

IZAN

Alianzas entre personas que no conocía y que tomarían importancia en su vida.

Secretos y verdades descubiertas por quienes menos esperaba.

La sensación de estar dentro de un sueño que no lo abandonaba.

Creía cada palabra que salía de la boca de Samael, y aun así no podía hacerse a la idea de que tenía una familia además de Sanem y Matthew, porque él no sintió curiosidad y no tuvo intención de buscar a sus padres biológicos por el simple hecho de que no los necesitaba.

Estuvo en el orfanato dieciséis años y no hubo persona en el mundo que lo reconociera; ahora que comenzaba a acostumbrarse a que los Zebell eran la familia que siempre quiso, de pronto descubría que ellos mismos lo llevaron a encontrarse con ese pasado que desconocía.

Por más que pensaba en Chase y Nik, le era imposible imaginarlos como sus hermanos, esos chicos habían llegado al país hacía menos de tres meses, ¿cómo podía él pertenecer a los Allen?

Esa familia que transmitía cualquier imagen excepto la de haber abandonado a un recién nacido en un orfanato, ni siquiera lo estaban buscando, él había intercambiado saludos con los padres de Chase y Nik en más de una ocasión.

No solo tenía dos hermanos, sino también una hermana.

¿Debía sentir felicidad o alivio por estar a nada de encontrar la historia del niño que vivió en el orfanato?

Porque él ya no era ese niño, no necesitaba nada de ellos y tampoco sabía que hacer o decir.

La voz de Samael se escuchaba cada vez más lejana. No iba a detenerse, sus piernas se movieron por sí solas, al igual que el resto de su cuerpo. Tenía la mente en blanco y dando vueltas por mil pensamientos al mismo tiempo.

Las manos le temblaban para cuando alcanzó el barandal de las escaleras del edificio de los dormitorios. Samael dejó de seguirlo en algún punto, éste no tenía la culpa de lo que había descubierto.

No sabía a dónde se dirigía, tampoco entendía por qué en lugar de a los dormitorios de chicos, caminaba por el corredor en dirección al área de chicas. Ni por qué fue a detenerse frente al sofá de salón común en el que una peliblanca lo miraba por encima de las páginas del libro que sostenía.

Sangre puraWhere stories live. Discover now