40. Costumbres que no se olvidan

14.9K 1.5K 1.4K
                                    

꒷🌹꒷

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

꒷🌹꒷

Capítulo 40

"Costumbres que no se olvidan"

SAMAEL

Lo poco que sabía de Riza era que no era alguien que se quedara callada, al menos cuando no estaba de acuerdo con algo. La curiosidad que sentía por conocer a la hermana mayor de Izan se esfumó en cuanto la vio subir a la tarima y escuchó su voz en los altavoces.

Iba a ser su cuñada menos favorita.

Nik y Chase estaban bien, pero esa chica que se había aprovechado de los sentimientos de Izan para que éste engañara a sus amigos y su novio, y los llevara a la fiesta, no le caía en gracia, y solo se restaría puntos si lo que estaba a punto de hacer era exactamente lo que él haría si tuviera al menos media botella de whisky en el sistema.

Estaban a punto de desenmascarar a su madre en frente de todo el mundo, y para dentro de una hora, el país entero estaría pidiendo la cabeza de la presidenta.

El momento en el que la verdad fuera descubierta no iba a tardarse mucho en llegar, sobre todo, después de que Wanda se aliara con Riza en contra de su propio padre y su tía preferida, esa con la que se sentaba a chismorrear sobre él.

La peliblanca se mantuvo tras bambalinas, pero él no perdería de vista ese sedoso, aunque también fastidioso cabello, Wanda esperaba a Riza tras las cortinas de seda que su abuela escogió para decorar su fiesta.

Mierda, su abuela iba a infartarse en cuanto supiera que su hijo mayor se estaba cogiendo a la esposa de su hijo menor. Él mismo sentía que se le estaba bajando la presión.

Las opciones que tenía eran tan sencillas de elegir, como eran difíciles de ejecutar y todas terminaban en catástrofe. No había manera de detener lo que Riza Allen llegó a desenterrar.

La cereza del pastel fue ver a los Allen entrar por uno de los laterales, la pareja se asomó sin saber lo que ocurría. Y por la entrada principal, los Zebell hicieron su propia aparición. Sin embargo, ninguno de ellos pareció sorprenderse al ver a la castaña sobre la tarima. Riza era el ángel vengador que expondría los trapos al sol de la sociedad.

—Si no hay interrupciones —se escuchó a Riza decir.

Él sintió un agarre en el brazo, Izan estaba a su otro lado. Se trataba de Gideon.

—Sam —pronunció su amigo—. Será mejor que no estemos aquí. Es problema de ellos.

Miró al rubio sin comprender, por supuesto que lo que sea que dijera Riza tenía que ver con ellos, con Izan. Y lo que tenía que ver con Izan era también problema suyo.

—Ve con él, será mejor que no estés presente —se adelantó a decir Izan, aun le sujetaba la mano, la acercó a sus labios y dejó un beso en sus nudillos—. En cuanto ella revele la verdad todos estarán desesperados por la premisa...

Sangre puraWhere stories live. Discover now