19. Cuando unos se van otros se vienen

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Feliz, feliz tarde de gays enamorados ✨

¿Recuerdan que les hacía preguntas random al principio de los capítulos? Son porque soy chismosa, la verdad (*risitas*) y porque es un paso a conocernos😌.

¿Qué superpoder les gustaría tener?

Preparen sus corazones porque nuestro cachorrito de confianza viene con todo...

Preparen sus corazones porque nuestro cachorrito de confianza viene con todo

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꒷🌹꒷

Capítulo 19

"Cuando unos se van otros se vienen"

IZAN

Incluso él creyó en esa ilusa idea de que todo se había arreglado entre ellos. Como si Samael no fuera la persona más voluble que él conocía, y como si este no tuviera siempre algo más que añadir.

Se habían recompuesto la ropa, el primero en abandonar el salón, por supuesto, fue el enano gruñón que minutos antes sonreía contra sus labios después de morderlos.

Una clase de castigo que bien podía acostumbrarse a recibir.

Cuando salió al pasillo no había rastro de Samael. Se había ido, dejándolo con más dudas que al principio.

La noche aún no terminaba, pese a que pasaron un buen rato encerrados; el sonido de la música de la fiesta continuaba. En sus planes no estaba regresar, podía apostar a que Samael no lo haría, sería demasiado predecible.

Al final, sus piernas lo guiaron por el mismo camino de antes. Las imágenes de él casi arrastrando al pequeño Samael por el brazo lo hicieron sonreír; pocas personas podían presumir de actuar con osadía frente al mimado heredero y haber sobrevivido después.

Ese presentimiento de que la noche aun no terminaba, fue confirmado por la figura que se acercó a él unos minutos después. Decidió ir directo hacia el pasillo que daba al salón de la fiesta, iría a su habitación y dormiría hasta que al día siguiente tuviera que regresar a casa.

Le habría gustado pretender que no vio a Zeth caminar directo hacia él, acelerar el paso e ignorarlo, pero la imagen de las manos de ese extraño chico sobre Samael lo mantuvo en su lugar. Con una ceja ligeramente enarcada y la mandíbula tensa.

— ¿Todo bien, Izan? —preguntó la persona a su lado.

Debió continuar su camino, ¿por qué se había detenido? No tenía nada que decirle.

—De acuerdo, sin preámbulos —añadió después de que él no respondió. La sonrisa lánguida en el rostro de ese chico hacía que la sangre le hirviera.

—No creo que tengamos nada de qué hablar —espetó él. Su intención era dar el paso que necesitaba para irse, pero Zeth lo sujetó del brazo.

Solo pudo bajar la mirada hacia el lugar por el que era apresado. Con ayuda de su mano libre se liberó apartando la de Zeth con un toque para nada delicado.

Sangre puraWhere stories live. Discover now