«No muchos llamaban la atención del heredero orgulloso y egoísta número uno del mundo, hasta que llegó él y descubrió lo que significaba».
꒷🌹꒷
⁍ Un huérfano con una oportunidad única.
⁍ Un egocéntrico aburrido.
⁍ Un colegio tan prestigioso como eli...
¿Listxs para que Samael nos cuente un poquito sobre su infancia?
Ya he revelado mucho así que no les daré pista sobre lo que están a punto de leer.
Les dejo el aesthetic de Dante, nuestro gato inmortal que se queda a cargo cuando Samael no está...
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Capítulo 28
"Piensa mal y acertarás"
SAMAEL
Sus padres necesitaban un hijo perfecto, un digno heredero que les permitiera continuar con el linaje de los Blackhill; no eran padres amorosos, ni siquiera entre ellos había muestras de afecto.
En público se acercaban, hablaban y tocaban lo necesario. Un roce de manos, una sonrisa o un abrazo cada vez que se encontraban, pero nada era sincero, no había un sentimiento que los uniera.
A su padre le presentaron el día de la fiesta de compromiso a la mujer a la que debía proponerle matrimonio, y resultó ser Mara Zebell, quien al casarse adoptaría el apellido de su esposo.
Ambos fueron criados para obtener un matrimonio beneficioso, y un matrimonio con un Blackhill era de lo más ventajoso. Sin embargo, involucrarse en una familia cuyas leyes son ajenas a las de la sociedad, en la que se hace lo que las tradiciones de generaciones anteriores dicen, sin importar que ante la vista de los demás sea poco convencional, lo que para los Blackhill es correcto no se discute.
Ni siquiera el hijo mayor de los Blackhill, Viktor, consiguió lo que Alexei, el menor, sí. Una esposa cuya ambición igualaba la suya, y con la que planeó desde el primer día de casados el futuro del único hijo suyo que vería la luz.
Cuando él nació en la casa de sus abuelos no hubo nadie que no se mantuviera expectante. Por supuesto que había exigencias que Mara y Alexei tenían que cumplir; si el que estaba por nacer era una niña, entonces se esperaría al siguiente nieto.
No hubo necesidad de esperar al siguiente nieto, del único parto que Mara Blackhill tendría resultó él, un sano y hermoso recién nacido que al primer mes reveló compartir más rasgos de los Blackhill que los que incluso su padre poseía.
Para su familia nada importaba más que la sangre, casaron a su padre con quien estuvo a la altura y ellos a su vez buscaron procrear al heredero del linaje de cientos de generaciones Blackhill.
Él recibió educación directa de sus abuelos durante los primeros seis años de vida. Ya tocaba el piano, leía, escribía y pintaba cuando fue entregado a sus padres.
Recordaba con claridad el día que su madre fue a buscarlo, incluso sin haberla visto un solo día antes, sabía lo que pasaría, cómo se abriría la puerta del auto, él daría un adiós a sus abuelos y se sentaría en el asiento trasero del vehículo hasta llegar a la casa que estuvo destinada para que el hijo de los Blackhill la habitara hasta su mayoría de edad.
