Jungkook hace parte de los "Eternos", una legión secreta de seres con habilidades especiales. En medio de una misión conocerá a Taehyung, un joven y brillante estudiante que no sabe nada del mundo sobrenatural que lo rodea, pero terminará involucrad...
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Después de que Eunwoo terminara de narrar los acontecimientos que dieron lugar a su huida, ambos se mantuvieron en silencio por un largo rato. Jungkook no era capaz de emitir palabra alguna, su mente divagaba entre sus sentimientos y toda la información que intentaba procesar. Había tantas cosas que empezaban a tener sentido para él, y otras que lo hacían sentir perdido y a la deriva.
Eunwoo recorrió con su mirada el rostro de Jungkook, intentaba descifrar lo que podía estar pensando. Hubo un momento en la vida de ambos donde podían comprenderse sin necesitar palabras, se leían como a un libro abierto y entendían mejor que nadie los sentimientos del otro. Sin embargo, parecía haber transcurrido una eternidad desde que eso ocurrió.
Por más que lo intentara, debía aceptar que él ya no era más su compañero.
—Eunwoo.
Jungkook rompió finalmente el silencio, los ojos de ambos se encontraron durante unos breves segundos, y aunque no pudieran descubrir las profundidades del otro, entendían lo que necesitaban en ese preciso instante. Eunwoo se acercó para rodear con sus brazos el cuerpo contrario, y él correspondió de la misma forma pasándolos por su cintura.
Aquel abrazo se sentía como una cálida caricia en un día de invierno, Eunwoo podía sentir como toda su angustia se disipaba y las partes de su alma que creyó rotas al perderlo, volvían a unirse. Por su parte, Jungkook encontraba alivio al saber que él estaba vivo, no podía culparlo por haberse ido luego de conocer la historia, lo entendía y una parte de su corazón celebraba el volver a tenerlo cerca.
—Perdóname, Jungkook, yo no quise dejarte... —susurró suavemente, muy cerca de su oído.
—Lo sé, tranquilo. —Jungkook lo sujetó con mucha más fuerza y descansó su rostro en el hombro de Eunwoo. — Estás vivo y eso es lo que me importa ahora.
Mantuvieron el abrazo por unos largos instantes, Jungkook no sabía cuánto necesitó de Eunwoo hasta ese momento. Su partida lo dejó devastado, y tenerlo nuevamente a su lado se sentía como ser liberado de una prisión en la que él mismo se encerró para sellar su dolor.
Deseó poder encontrar el mismo alivio por la muerte de Namjoon, pero sabía que la única forma de redimirse por su amigo sería lograr justicia con la legión.
—Eunwoo. —Jungkook se separó lentamente. Ahora que su mente adquiría claridad, debía retomar el rumbo de sus acciones. — ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Dónde está Taehyung? —la repentina calma que había adquirido fue hecha trizas al recordar los eventos de la noche anterior.
—Min se enteró de que La Corte había encontrado tu ubicación, en cuanto pudimos, llegamos a su cabaña en Suiza. El plan era rescatarte a ti y a Taehyung. —Eunwoo hizo una pausa, temiendo la reacción de Jungkook al decir lo siguiente— Sin embargo, fue muy tarde... Pudimos encontrarte a ti y sanar tus heridas, pero no resultó de la misma forma con él...
