Eterno | KookV♡

｢Capítulo 30 ❃｣

El crujir de las hojas bajo sus zapatos le indicó que estaban cerca del lugar. Namjoon caminaba a su lado de forma sigilosa, se mantuvo en silencio durante todo su viaje hasta Brocéliande, y aunque quería atribuir ese comportamiento a que él deseaba mantener absoluta concentración durante la misión, Jungkook sabía que la verdadera razón de su falta de palabras es que se encontraba molesto por haberlo visto besando a Taehyung.

No podía culparlo, Namjoon fue quien tuvo que recoger sus pedazos tras la muerte de Eunwoo, cuidó de él y se opuso a que legión lo enviara demasiado pronto a una nueva misión. Jungkook siempre le agradecería por no haberlo dejado solo y mantenerlo con vida, incluso cuando él solo deseaba encontrar la manera de morir. Pero, siempre tenía aquella sensación de que no podría hacer lo suficiente por Namjoon para compensarle el haber sido un verdadero amigo

Lo hacía sentir culpable por haber permitido que una nueva persona entrara a su corazón, sin embargo, él no lo había planeado de ninguna forma, jamás pensó que conocería a alguien que despertara nuevamente tantas sensaciones en su corazón, fue algo que simplemente sucedió. El problema se encontraba en que Taehyung no sólo era un mortal, sino que tenía una vida a la cual deseaba regresar después de todo esto, y por más que sintiera una conexión con él, sabía que tendría que dejarlo ir.

Esa pequeña relación que se había formado entre ambos durante estas semanas, que no poseía un nombre o descripción alguna pero que le había dado nuevas esperanzas, tenía los días contados. Todo con Taehyung terminaría, y estaba seguro de que eso lo dejaría destruido por completo, Namjoon también lo sabía, y desde luego que, no deseaba ver pasar a Jungkook por el mismo dolor nuevamente. 

Sin embargo, en todo este tiempo a su lado, Namjoon había aprendido que Jungkook era un alma rebelde, y no existía poder en la tierra que lo hiciera cambiar de opinión cuando algo le importaba tanto. Por más que quisiera, no podía evitar que el pelinegro se involucrara en más problemas, y si era su decisión vivir un efímero romance con Taehyung, él no se opondría. Lo único que podría hacer es  estar preparado para cuidar de él en caso de que saliera lastimado. 

Aunque Namjoon jamás hubiera sido un compañero tan cercano para él como Eunwoo, siempre lo quiso como a un hermano menor, ambos habían crecido juntos en la legión, poseían vidas e historias muy similares, por lo que luego de años, había logrado confirmar que sólo se tenían el uno al otro y, a pesar de no aprobar todas las decisiones de Jungkook, nunca lo dejaría solo.

—Jungkook, ya es hora.

Ambos se detuvieron en el punto que Namjoon había marcado como el límite entre Ámsterdam y el bosque de Brocéliande. Este era un lugar muy particular ya que se encontraba salvaguardado por un pequeño grupo de ancianos Eternos que habían cumplido con sus últimas misiones en la legión y tenían permitido gozar de una pequeña libertad antes de que la muerte llegara por ellos. Era una clase de jubilación, y probablemente lo mejor a lo que podía aspirar un Eterno.

Los ancianos decidieron crear un espacio seguro para Eternos. Utilizando sus habilidades lograron camuflar el lugar para que, a partir del límite conocido, sólo pudiesen ingresar seres de la legión. Jungkook nunca visitó Brocéliande, ya que prefería pasar sus días en la casa de Ámsterdam, debido a que, aunque no tuviera contacto directo con mortales jamás, se sentía mucho más cómodo cerca a ellos que entre su propia raza.

Tal vez debía atribuir esa extraña sensación al haber sido criado en Rumania, donde sólo podía relacionarse con otros Eternos. La vida humana siempre le fue negada, y de alguna manera se sentía como ese pequeño sueño que jamás pudo cumplir, pero siempre anheló.

Al pasar el límite, pudieron sentir cómo el ambiente había cambiado por completo, un fresco olor a eucalipto los invadía, y una suave brisa acariciaba sus pieles. Podía entender por qué los ancianos eligieron ese bosque como su hogar para la vejez, era precioso.