「Capítulo 44❃」

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Una presión asfixiante se instaló en su pecho, su boca se abría en busca de aire, pero por más que lo intentara, no conseguía respirar. Se movió inquieto, tanteando con sus manos el terreno donde se encontraba, sintió la humedad de la hierba e intentó aferrarse a esta para mover su cuerpo, sin lograrlo. Escuchó gritos de otras personas, al principio muy cercanos y perfectamente audibles, hasta que se movían lejos de él, desvaneciéndose.

Tenía miedo, sus pulmones ardían por la falta de oxígeno, quería pedir ayuda, pero de su boca no salían más que gritos ahogados. Intentó observar algo, pero sus ojos no podían abrirse, al menos no hasta que fue consciente de que se trataba de un sueño. Esa mínima reacción de su consciencia fue suficiente para lograr respirar y salir del trance que inmovilizaba todo su cuerpo.

Cuando sus ojos se abrieron, la imagen frente a él no fue la de la cama que compartía con Jungkook. Angustiado, se incorporó rápidamente y observó todo cuanto pudo a su alrededor, sin embargo, no había más que kilómetros de bosque en la dirección que sea que mirara. Se puso de pie, notando que sus pies estaban completamente descalzos y su ropa no eran más que harapos sucios.

Caminó un par de metros, desorientado. Gritó el nombre de Jungkook todo lo que su garganta le permitió, pero no parecía que él estuviera ahí, de hecho, no parecía que nadie más que él se encontrara en ese extraño bosque. Eligió una dirección al azar y continuó andando, lo hizo por un largo rato, pero todo lo que podía ver eran árboles y hierba, ninguna casa, ninguna persona u animal. No había absolutamente nada.

Sus pies dolían y su cuerpo se sentía agotado, ya no quería continuar por lo que se dejó caer frustrado nuevamente en la hierba. No lo entendía. ¿Por qué estaba en ese lugar? ¿Acaso aún continuaba dormido? Si era así, sólo tendría que esperar a que Jungkook lo despertara, escaparía de la pesadilla y todo estaría bien. 

Se recostó observando el cielo, estaba nublado, apenas era perceptible la luz del sol, haciendo que todo luciera sin brillo ni colores.

Intentó despertar en repetidas ocasiones, mordió su labio, pellizco la piel de su brazo, incluso llegó a darse una fuerte cachetada, pero nada servía, y luego de un rato dejó de hacerlo al sentir como su rostro había quedado adolorido. Tal vez exageró un poco con la fuerza.

—¡Espera! —gritó Taehyung para sí mismo— Si estoy dormido no se supone que deba dolerme, es la regla básica de los sueños.

Se sintió aún más angustiado que antes, no era posible que le doliera los golpes que se dio, eso iba en contra de todas las leyes oníricas. No puedes leer en un sueño. No puedes sentir dolor por algo que te hagas en un sueño. No puedes distinguir la hora o correr como lo harías normalmente. No puedes ver tu reflejo...

—¡Demonios! ¿Por qué entonces esa maldita cachetada dolió tanto? —volvió a murmurar para él mismo mientras buscaba a tientas una respuesta a lo que sucedía, la cual, provino de una segunda presencia.

—Creo que ya lo has descubierto, Taehyung. Lo dijiste hace unos instantes, no estás soñando.

Taehyung se levantó de inmediato al percibir aquella voz grave que logró estremecerlo por completo. Sonaba profunda y extrañamente familiar, lo que lo aterró de inmediato. Buscó con su mirada a la persona que habló, y encontró a alguien en medio de las sombras de los arboles que lo observaba con firmeza. Quiso acercarse a la figura, pero su cuerpo dejó de responder.

—¿Q-quién eres? —preguntó Taehyung con un hilo de voz que era apenas audible. Por alguna razón, ahora estaba asustado.

—Pensé que lo primero que preguntarías es cómo salir de este lugar. —aunque no podía ver más que una figura hecha de sombras, Taehyung distinguió unos ojos brillantes en medio de la oscuridad que lo escudriñaban sin perder detalle.

Eterno | KookV♡Where stories live. Discover now