maratón 1/3
JOAQUÍN
¡Dios! Solo había sido un sueño. Abrí los ojos aún algo agitado por las sensaciones, no miento, fueron bastantes y no sabía realmente qué debería estar sintiendo por todo lo sucedido en mis pensamientos. Emilio no podía solo aparecerse en mis sueños y pretender que todo estará bien al despertar.
Me mantuve alrededor de media hora con la espalda apoyada en el respaldo de mi cama pensando una y otra vez, recordando detalle por detalle lo ocurrido en mis sueños, meditando y buscando una razón lógica para que después de tanto tiempo siguiera soñando con él. Antes pasaba, tenía sentido porque estábamos juntos pero, ahora ¿Por qué?
Al igual, pienso que antes de ese sueño no había sentido esas ganas enormes de que él estuviera ahí conmigo. Es decir, existen muchos momentos en los que pensaba de más en él, pero fue ese simple sueño — de escasos 10 minutos pero que se sintieron como horas— el que me hizo recordar todo lo que habíamos pasado y en parte, me hizo arrepentirme de haber terminado con él ese diciembre 18. Me repetí varias veces que la distancia entre nosotros era culpa mía por no permanecer a su lado cuando me necesitaba, lo peor era pensar que ya no había remedio.
¿Aún existía esa promesa? No lo sé. ¿Debería intentarlo? Tampoco lo sé. Quizá sí... o quizá no. De lo que estoy seguro es que sí antes no veía razones para seguir manteniendo en mente ese “No me resignaré a un después sin ti”, después de ese sueño hice una lista mental con más de diez de ellas.
No quería quedarme sin intentarlo, tampoco resignarme a estar sin él lo que me restaba de la vida. Pero también sé que no debo vivir de recuerdos o en el pasado, tenía que salir adelante; era un nuevo dilema: intentar buscarlo o definitivamente olvidar todo, ¿cómo? No lo sé, pero algo debía hacer.
Antes ya había imaginado un sinfín de cosas bonitas para hacer después, en el futuro y si de algo tengo certeza es de que todas ellas las imaginé con él de mi mano. Quizá me estaba haciendo muchas ilusiones, pero juro que me era imposible, esa mañana mi mente estaba trabajando sola. Y no lo sé, quizá solo soñé con él porque recién había pasado su cumpleaños y mis redes sociales estaban llenas de fotos suyas, tal vez se quedaron en mi memoria y explotaron en ese sueño.
Hay una frase que todo el mundo dice, habla sobre que el tiempo lo cura todo el la vida, pero no siempre es así, a veces no basta con que pase el tiempo, al menos en mi caso me seguía encontrando en todos lados a quien debía olvidar desde hace bastante, le llamé por su nombre a y chico, lo soñé en un concierto. Pensaba en que si hubiera una manera de regresar al día en que nos conocimos lo haría, así podríamos hacer las cosas bien desde el inicio, o podríamos simplemente no hablarnos en ese foro. Pero todo sería diferente.
Aunque... dicen que si conoces a la persona perfecta en el momento no indicado, la vida vuelve a unirlos y esperaba ese fuera nuestro caso.
Hasta antes de ese día me había preguntado si era cierto el hilo rojo no se rompía pero después pensé en que la verdadera pregunta siempre fue: ¿Él era el mío? Porque antes jamás lo había pensado tanto como cuando lancé un TE AMO al aire y él ya no estaba para responderme con un YO TE AMO MÁS.
Terminé de pensar acerca de mi sueño y decidí levantarme de la cama para desayunar e intentar llevar mi día como si nada hubiera pasado; pero no pude, Emilio seguía paseándose por los rincones de mi mente durante casi todo el día. Pensé en que si lo hablaba con alguien me sería más fácil cargar con eso, quizá no es la gran cosa solar con alguien, lo sé, pero era importante para mí. Hablarlo con mi hermana no era opción y mi madre había salido desde la primera hora de la mañana, entonces me decidí por llamar a quien sabía me escucharía sin juzgar: Niko, mi aún mejor amigo.
Habían pasado ya algunos meses que, debido a la carga de trabajo de ambos no podíamos salir a algún lado juntos, pero en esa semana tuvimos vacaciones, al menos yo, de los conciertos porque se venía una obra de invierno y decidí concentrar toda mi atención en eso. Niko, por su parte se había dedicado por completo a la actuación, cada vez había más productores que lo llamaban para telenovelas y me contó que pronto quizá iniciaría a trabajar en una película.
— ¿Tienes libre hoy? — solo esperé a que atendiera la llamada para hablar.
«Ah, sí, hola amigo, buenos días para ti también»
— Perdón — suspiré.
«Uy, conozco ese suspiro... ¿Qué pasó?»
— Pasa por mí y comemos juntos —
«Bien, 3:30, nos vemos»
Más tarde, Niko tocó el timbre de mi casa, durante el camino acordamos ir a su restaurante favorito, no recuerdo el nombre pero la comida era deliciosa, hacía bastante que no iba por allá. Tomé asiento y pronto mi amigo lo hizo en la silla frente a mí, fue en ese momento que no pude contenerlo más y mis palabras salieron sin precio aviso.
— Soñé con él — el mesero se acercó impidiendo que mi amigo responda pero una vez tomó nuestra orden, él prosiguió a hablar. Sé que a pesar del tiempo que pase sin verlo no afecta en nada a nuestra amistad o a la conexión que tenemos porque él supo inmediatamente de quién hablaba solo por el tono de voz que usé.
— Ay, Joaquín Joaquín —suspiró— ¿Quieres contarme?
Basto con que Niko guardara silencio para que yo comenzara a relatar todo lo que había sucedido, tal parecía sí fue muy importante porque no olvidé ni un solo detalle. Y hasta la fecha puedo contarlo una y otra vez sin olvidarme incluso, de lo más mínimo, como el color de su ropa, el tipo de flor que llevaba y su color, o las palabras que intercambiamos, todo sigue intacto en mi memoria. Y sé que seguirá así por más tiempo porque aunque mi después esté escrito sin Emilio, sé que una parte de mí, seguirá guardando una parte de él, y la mayoría de nuestros recuerdos juntos, incluidos los que pasan solo en mi cabeza.
— ¿Y cómo te sientes? —había terminado de contar mi sueño y pronto mi amigo se apresuró a hablar.
— En realidad no lo sé. Digo, me frustra un poco pensar en que yo sigo sin superarlo y no sé si él piense aunque sea un poco en mí —
— Pero... — guardó silencio esperando yo continuara.
— Pero por otro lado, me siento bien. Recuerdo una vez mi psicóloga dijo que hay ocasiones en que soñamos cosas que si bien quisimos que pasaran en el pasado no necesariamente las queremos en el futuro —
— ¿Realmente querías eso en el pasado? —recargó sus codos sobre la mesa mientras su mirada estaba fija en la mía.
— Quizá sí — bajé la mirada.
— ¿Y ahora? —
— Ahora no estoy seguro, al parecer él está con alguien más hace bastante tiempo y no sé, se ve feliz —
— ¿Hablas de la chica lacia y ojos pequeños? —asentí— Emilio ya se cansó de repetir en cada entrevista que solo son amigos.
— Sí, ante cámaras nosotros también éramos amigos, ¿no recuerdas? —
— Es diferente —
— ¿Por qué?... Bueno y si no es ella ¿qué me dices de la que recién subió una foto y sus fans de volvieron locas? —
— De ella sí no se nada, pero quizá también son solo amigos —
— Lo conozco, cuando son sus amigos los etiqueta de una manera diferente a cuando sus intereses son otros —
— Pero quién dice que sigue haciendo lo mismo, te recuerdo que ya pasaron más de tres años —
— Tienes razón pero... El punto es que él se ve feliz y yo también debo serlo —
— Vas a ser feliz, amigo. Te he repetido que no necesitas una pareja para estar bien —
— Soy feliz. En verdad lo soy, amo mi vida, mi música, mis obras, todo. Pero a veces sí lo extraño aunque quizá solo sea porque no he encontrado a alguien que se le parezca —
— ¿Lo quieres a él o a alguien que se parezca a él?—
— Da igual, no creo que regrese... En fin, ¿quieres que vayamos al cine? —
— ¿Seguro que ya no quieres hablar de eso? —
— Seguro, quería contarte mi sueño y salir con mi mejor amigo solamente. Hace bastante que no tenemos una salida juntos y lo último que supe de ti fue que estabas conociendo a esta chica, ¿cómo se llama? —pensé— Ah sí, Olivia.
Recordaba que un par de meses atrás mi amigo conoció a esa chica en una grabación, era extra pero se empezó a llevar muy bien con Niko y al parecer las intenciones de ambos estaban en sintonía. A lo que yo sabía, ella era de piel blanca, cabello quebrado, ojos claros, muy delgada y una muy bonita sonrisa; tenía la misma edad que mi amigo y el estar en la misma etapa de la vida que tu pareja muchas veces tiene un buen resultado porque sus planes a corto o largo plazo, al igual que sus gustos, son parecidos.
Terminando con nuestra comida nos dirigimos al cine, la verdad no teníamos claro qué veríamos pero ya ansiaba por pasar otro momento con mi mejor amigo como en los viejos tiempos, hemos crecido y sí, puede que cada quien tomó su camino en esta carretera llamada vida pero la amistad y el cariño que nos tenemos aún se conserva. Muchas personas pueden decir que los amigos de la infancia o de la adolescencia son solo de esas etapas y al final ya no estarán pero sé que nuestro caso es diferente, pase el tiempo que pase, sean cual sean nuestros planes estoy seguro de que siempre puedo volver a él. Después de todo, una amistad no se trata de que las personas sean inseparables, sino de que puedan separarse por la razón que sea pero sin que nada cambie.
Unas tres horas más tarde, ya había terminado la película que elegimos, estaba de estreno y por lo mismo, la sala llena. Saliendo de ahí, me dirigí a comprar un par de paletas de hielo, recuerdo que cuando éramos niños y nos tocaba grabar juntos, al salir mi madre siempre nos compraba una, él siempre elegía de limón y yo de chocolate. Fue muy amena nuestra tarde, de verdad me hacía falta un descanso y una salida con mi entrañable amigo.
Lo que respecta a mi caso, Niko y yo concluimos en que debía pensar con claridad lo que quisiera hacer, buscarlo era una opción y resignarme a que nuestra promesa quedó en el pasado era otra. Necesitaba analizar todas las consecuencias que atraería escoger una u otra para así poder tomar la decisión correcta, ya que la primera no solo me incluía a mí. Iba a pensarlo, porque de verdad estaba en un dilema al que no le veía la salida, solo esperaba que cuando mi decisión ya estuviera tomada no fuera demasiado tarde y él ya se hubiera olvidado completamente de mí.
★★★★★★★
Esta es la foto que Emilio subió con Adari, la foto de la que habla Joaquín:
Sin más, disfruten nuevamente de este pequeño maratón.
Gracias por leer, les amo.
💟