El lunes llegó y Harry finalmente fue dado de alta, pasar esos días sólo en la enfermería lo habían afectado más de lo que esperaba, por supuesto que seguía recibiendo visitas, pero Delilah no había vuelto a ir desde aquella noche.
Harry se arrepentía inmensamente.
Había arruinado su amistad por un sentimiento que ni siquiera sabía que tenía, ni siquiera pudo decirle que estaba confundido y lo estaba descifrando, que aún no sabía lo que sentía por ella.
Harry había pasado años sin hablar con Delilah, cuando él estaba en Hogwarts y ella fue enviada al internado en Francia; sin embargo, el hecho de que los dos estuvieran ahí le mortificaba, no estaban separados, nada les impedí a hablarse, simplemente no lo hacían.
Para empeorar las cosas, a Draco celebraba la derrota de Gryffindor imitando la expresión de Potter al caer, se la paso burlándose de él durante toda la mañana, él lo hacía con intención de mostrar que todo estaba bien con él, nadie sabía lo que Delilah le había dicho y no quería que la gente se diera cuenta de que se sentía mal.
Fue hasta que Delilah entró al aula que los comentarios de Draco se detuvieron, no porque estuviera aparentando, sino porque verla le causaba una tristeza que debía ocultar; Harry también guardo silencio y se limitó a observarla.
Delilah no fijo su vista en ninguno de los dos, ella hablaba con Susan, Justin y Hannah como si nada hubiera pasado.
La clase continuo con un aire tenso, todos sabían que algo raro pasaba entre esos tres, ya que ahora ninguno ni siquiera cruzaban miradas, y aunque todos se morían de la curiosidad, nadie se atrevía a preguntar.
Hermione y Ron tenían una vaga idea de lo que había pasado, puesto que ambos conocían a Harry perfectamente como para darse cuenta de los sentimientos de su amigo por Delilah, suponían que las cosas no habían salido bien o que ella no le correspondían, razón por la cual ya no se hablaban.
Pansy, Crabbe y Goyle sabían que Draco estaba interesado en la chica de Hufflepuff, si era romántico o platónico era otro asunto en el que no iban a investigar, no era como que hablaran de sentimientos entre ellos, a la única que le causaba que la sangre le ardiera era a Pansy, que no soportaba la idea de ellos dos juntos. Todos asumían que Draco se había cansado de ella o la había insultado y por ello ya no se hablaban.
Hannah, Justin y Susan no tenían ni la menor idea de lo que pasaba, apenas llevaban unos meses conociendo a Delilah, la adoraban y eso era cierto, pero no la conocían del todo, no sabían su historia con Harry o de su vida muggle en general, por lo cual fue una sorpresa para los tres cuando Delilah dejo de hablarle a esos chicos, ellos estaban tan seguros de que terminaría con alguno de ellos, pero ahora, parecía como si no los conociera.
-Delilah- dijo Justin con delicadeza- ¿Está todo bien?- le pregunto preocupado
-¿Mm?-dijo Delilah confundida
Se encontraban en el gran comedor, habían terminado sus clases y decidieron que era buena hora para ir a comer antes de que Delilah tuviera que empezar sus clases extra.
-Es que, desde hace unos días te notamos un poco desanimada y queremos saber si todo está bien- continuo, Susan
-Oh sí- aseguró ella- Sólo estoy un poco cansada y aún me duele un poco el brazo, y, tengo una migraña- señalo, aún tenía puesto el cabestrillo que le habían puesto en la enfermería, lo cual era una pena, ya que apenas estaba curando su brazo cuando volvió a lastimárselo.
-Lamento que te duela-dijo Hannah con una mueca- Pero...-no sabía si continuar- Queríamos preguntarte sobre algo más- dijo dudosa
-Seguro, pregunten lo que quieran- les sonrió cansada
Los tres se miraron entre ellos.
-¿Estás enojada con Draco?-empezó Justin
-¿Estás enojado con Harry?- pregunto Susan inmediatamente
-¿Por qué te enojaste con Draco?-le siguió Hannah
-¿Por qué te enojaste con Harry?-
-¿Aún te gusta Draco?-
-¿Aún te gusta Harry?-
-¿Quién te gusta?- preguntaron los tres
-¡Basta!-levantó la voz Delilah, sorprendiendo a los tres
Varias personas los observaron pero a ella no le importo.
-Basta- dijo bajando la voz-¿Podemos no hablar de eso?-les pidió.
Los tres de ellos se voltearon a ver con vergüenza, era obvio que Delilah estaba fastidiada de ese tema.
-Estoy harta de que lo único que le interese a la gente de mí sea todo menos yo-se quejó- Si no es mi dinero, mis padrastros, como me veo, ahora los chicos con los que hablo- los miro- Estoy harta de que lo más importante de mí se hayan convertido dos chicos- los miró
Se pasó las manos por el rostro intentando calmarse, lo último que deseaba era volver a romperse y perder más gente.
-No quiero hablar de ellos, por favor- les pidió de nuevo, ahora triste.
Justin, Susan y Hannah asintieron con la cabeza, en verdad estaban arrepentidos, era cierto que querían saber lo que pasaba entre ellos, pero Delilah tenía razón, no era un tema que debieron haber tocado y debieron haber tomado en consideración sus sentimientos.
Delilah respiro por unos segundos, intentando relajarse, pero era más que obvio que necesitaba un descanso, un poco de aire libre.
-Debo irme-indico levantándose- Mi clase de pociones ya va a empezar y no quiero llegar tarde- tomo su bolsa y la colgó en su hombro- Nos vemos luego chicos- les sonrió
Ellos le desearon suerte, aún sabiendo que su clase no empezaba hasta dentro de un ahora, pero sabían que ella quería estar sola.
-Somos unos amigos terribles-dijo Susan recargando su cabeza en la mesa
Justin se acercó y le cubrió los hombros con un brazo y con el otro acaricio su espalda
-Genial, ahora me quede con ustedes tortolos- se quejó Hannah
-Siempre has estado con nosotros ¿De qué te quejas?- Justin defendió a su novia.
-Susan tiene razón, estamos siendo muy malos amigos con Delilah- dijo Hannah metiéndose un pedazo de pan en la boca
Susan soltó un suspiro casi de llanto, lamentándose por como habían tratado a Delilah, Justin la abrazo aún más.
-Ya no la tortures- Justin le lanzó un papel a Hannah- Susy, yo sé que no hemos sido los mejores y debemos cambiar eso, Delilah es nuestra amiga y merece más de lo que le estamos dando- dijo estando de acuerdo con ellas
Delilah caminaba rápidamente, sin saber exactamente donde se dirigía, quería un poco de aire fresco, no se encontraba bien desde la noche en que había arruinado las cosas con Draco y Harry. Su hombro chocó una vez más con alguien y se volteó para disculparse.
-Lo lamento, me está pasando eso seguido, no fue mi intención aseguró apenada
-Oh, Delilah, no te preocupes- le sonrió, pero su sonrisa se esfumó al ver el estado de la chica- ¿Te encuentras bien?- le pregunto preocupado
-Sí- mintió ella, casi en comando.
-Yo creo que no- rio él- Vamos, hablemos un poco, quiero saber como está mi golpeadora favorita- le sonrió Cedric
-Entonces, ¿Me estás diciendo que estás así porque no sabes lo que sientes por dos chicos?- volvió a preguntar Cedric
Cedric la había llevado a las afueras del castillo, al campo de Quiddicth, no estaba siendo usado así que Cedric le lanzaba Quaffles y Delilah las atrapaba con un brazo con facilidad y las lanzaba de regreso.
-Sí- confirmo regresando la pelota
Cedric rio
-Delilah ¿Cuántos años tienes?- pregunto observando la pelota en sus manos
-13- contesto ella
-13- repitió Cedric- No soy tu papá ni nada, pero ¿No estás demasiado joven para que tu mayor preocupación sean dos chicos?- le pregunto- Tú misma dices que estás harta de que eso es lo que más le importa a la gente de ti, pues ponle un fin a eso, dile a ambos chicos como te sientes- le aconsejo
-Pero es que no sé que siento- Delilah se sentó en el pasto derrotada
Cedric la observó con ternura y se sentó a su lado.
-Delilah ¿Y crees que alguien en verdad lo sabe del todo?- le preguntó con una sonrisa- Nadie sabe nada y eso es exactamente lo que les tiene que decir- la observó- Mira ¿Te ves siendo novia de Draco?- le pregunto
-No- susurro Delilah
-¿Te ves siendo novia de Harry?- le pregunto Cedric
-Tampoco- contesto
-Pues ahí está tu respuesta- le sonrió- Si no quieres tener nada con ninguno de ellos está perfectamente bien, Delilah- espero a que ella lo observara para seguir hablando- Eres muy joven, nadie espera que sepas que es lo que quieras. Si le importas a esos chicos, ellos seguirán ahí y jugarán el juego largo si en verdad quieren estar contigo- le aseguro- Lo importante aquí es que no dejes de dos chicos te arruinan tu estancia aquí- la alentó
-Estás en una etapa difícil, demasiados cambios y hormonas- se burló, pensando en cuando él tenía esa edad- Más, entrar a la magia, a la escuela, no puedo imaginarme lo complicado que puede ser y, por lo que parece- le sonrió- Lo estás haciendo muy bien- le aseguró
Delilah se sentía tan aliviada, eso era exactamente lo que necesitaba escuchar, todos siempre le preguntaban que chico iba a escoger, nunca nadie le había recordado que no debía porque escoger a uno.
Cedric tenía razón, aunque ella sintiera cosas por los dos, no estaba lista para una relación y aún no estaba lista para ponerle nombre a esos sentimientos. Ella quería disfrutar de la compañía de los dos sin tener que estar anclada a tomar una decisión, cuando el momento llegara, ella obviamente tomaría esa decisión, pero aún no era el momento.
Sin embargo, ella sabía que eso no era lo único que le agobiaba ahí en Hogwarts; sin embargo, no estaba lista para revelarle eso a Cedric, ella lo idolatraba, el capitán del equipo de Quidditch, Cedric Diggory era valiente, tenaz, trabajador y se esforzaba por lo que quería, él era la viva imagen que la idea que los temas tenían de Hufflepuff de ser los tontos e inútiles era errónea.
Cedric pudo darse cuanta que había algo más que le pesaba, sin embargo, no quería presionarla, sabía que ella era una persona sensible, por más que Delilah intentara mostrarse intacta y en balance, Cedric podía notar que tenía algo que la agobiaba y no la dejaba estar en paz, pero también sabía que ella hablaría de ello cuando estuviera lista.
-Gracias Cedric, en serio necesitaba hablar con alguien sobre esto- le agradeció, se levantó mucho más motivado de lo que llego pero entonces recordó algo- Lamento haberme lastimado por cierto, Madame Pompfrey dice que no podre jugar hasta después de las vacaciones- hizo una mueca
-No te disculpes por haberte lastimado- la corrigió- Lo que hiciste fue muy valiente, estoy orgullos de ti- le sonrió- Y no pasa nada, sólo tendremos un partido más antes de las vacaciones, podemos esperarte- le sonrió con alegría
Delilah lo observó con una mezcla de asombro y agradecimiento, aquella vez fue tal vez la primera vez que alguien le había dicho eso a ella: "Estoy orgulloso de ti"
Cedric la acompaño hasta el aula de pociones, ya que Delilah debía empezar su clase extra.
Delilah llego 10 minutos temprano pero aun así Snape ya había empezado para cuando ella entró al aula, si bien era cierto que Delilah creía que Snape era un gran profesor, no evitaba tenerle un poco de miedo.
-Ya sabe que hacer, sus instrucciones están en su mesa- dijo el profesor sin voltear a verla una vez.
Así eran en la mayoría las clases, él le dejaba instrucciones ya escritas, ella debía seguirlas mientras él en otra mesa hacía la misma poción, al final de la clase comparaban las pociones y la de Delilah debía acercarse lo más que pudiera a la de él, solo una vez Delilah había logrado que quedara a la perfección. Delilah preferiría hablar con él, ya que esta era su materia favorita y tenía tantas preguntas que hacerle, sin embargo, ella sabía que él no era del tipo de maestros que le gustara conversar.
Sin embargo, ese día Delilah estaba dedicada a volver a obtener una poción digna de reconocimiento, se esforzó arduamente, siguiendo las instrucciones a la perfección y para cuando el profesor se acercó a inspeccionarla, no recibió una mueca como solía hacerlo, sino que el profesor asintió con su cabeza.
-Felicidades, Jolet, supero su fracaso de la clase pasada- la "felicito"- Supongo que estará feliz de saber que creo que ya no necesita estas clases extra, es mucho más avanzada que muchos de los alumnos de su grado- le confeso- Le comunicaré a Dumbledore que ya no tiene por qué presentarse a estas horas- y sin más se volteó para seguir trabajando en su poción.
Delilah sintió como caían sus hombros, eso no era lo que quería lograr, quería sorprenderlo y así tener la oportunidad de hablar con él sobre pociones y estudios, sin embargo, ahora ya no tenía la única oportunidad que tenía para hablar con él de eso. Delilah saco una hoja del gabinete de la mesa y rápidamente la echo a la poción, esta inmediatamente empezó a burbujear sin control.
-¡Oh no, lo siento, no sé qué paso!- empezó a excusarse Delilah
Snape se acercó rápidamente apartándola de la poción para protegerla, la poción que ahora chorreaba incontrolablemente, de su túnica saco un tubo con un polvo y se lo lanzo al caldero, este dejo de hacer movimiento y la poción se calmó.
-Que decepción- dijo Snape volteándola a ver- ¿Me puede explicar por qué siente la necesidad de arruinar su poción con hoja de mandrágora Srta. Jolet?- le pregunto molesto
Delilah intento explicar su situación pero no creyó que fuera a ser descubierta.
-Le pido que se limite a hacer lo que se le pidió y no improvise con cosas así, ahora salga de mi aula- la reprendió
Delilah tomo su mochila apresuradamente y se dispuso a salir por la puerta, pero antes de irse se volteó con valor.
-No me quite estas clases- le pidió.
Snape la volteo a ver como si estuviera loca
-Sé que no le agrado mucho y ha de ser cansado para usted tener que trabajar más horas por una simple alumna, pero pociones es lo que más me gusta aquí y es el único momento en donde siento que tengo el control. Sé que no quiere hablar conmigo pero en serio me interesa esta clase y el estudio que tiene en pociones, me gustaría que en algún futuro me ayude a mejorar mis habilidades en la materia porque me gustaría dedicarme a ellas, así que por favor, sé que puedo ser un desastre y puedo llegar a hartarlo, pero no le diga a Dumbledore que no necesito estas clases- termino su ensayo apresurado y rápido
Snape la observó perplejo, todos odiaban su clase, todos lo odiaban a él ¿Por qué ella no? Sabía que estaba mal, que entre menos contacto con ella tuviera, sería más fácil para él ignorar su situación, no quería involucrarse en lo que sea que Dumbledore tenía planeado para ella.
-Srta. Jolet yo no estoy aquí para conceder deseos, usted ya no necesita estas clases extra, estas son asesorías que ya no debe tomar y no necesita y no se le seguirán dando- contesto Snape serio-
Delilah perdió todo el valor que había recolectado, y con la cabeza gacha se dio la vuelta.
-Ya no tomara clases extra porque no las necesita- repitió el profesor- A partir de ahora será mi asistente- añadió- Me ayudara a preparar las clases y a ordenar el salón y el cuarto donde se encuentran los ingredientes, ayudara a recolectarlos, embotellarlos, medirlos, nombrarlos...- Snape empezó a nombrar todas las tareas extras que ahora debía hacer pero Delilah dejo de escucharlo.
Volvió a entrar al salón y se acercó a él con una sonrisa
-¿Lo puedo abrazar?- pregunto con los brazos abiertos
Snape la miro con esa preocupación de nuevo, "Esta niña está loca" pensó
-¿Qué?- pregunto confundido
-¿Que si lo puedo abrazar?- repitió
-No- contesto Snape con frialdad
-Entendible, espacio personal- acepto Delilah con una sonrisa, regresó sus brazos a ella- Espero que sepa lo mucho que significa esto para mi profesor- le sonrió una vez y se fue del salón casi corriendo de la emoción
Snape observo como se iba aún sin entender absolutamente nada de ella.