Delilah Jolet- 1 (Harry Potter & Draco Malfoy)

21

-Lamento llegar tarde- Delilah, cerró la puerta rápidamente y soltó su mochila en el piso.

El profesor Snape la miró con desaprobación, pero no dijo nada, siguió cortando la raíz que tenía en su mesa. Delilah se paró justo al lado de él, y este se movió con notoria incomodidad.

-Sus ingredientes están en la mesa de enfrente, vaya y prepárala en ese lado- Snape siguió preparando su poción sin mostrar interés, esperando que la chica se alejará de él.

Delilah no tomo ni un segundo en demorarse y se posicionó detrás de su mesa, inspeccionando los materiales en ella, intentando descifrar que era lo que iban a preparar.

-¿Tienes alguna idea de lo que vamos a confeccionar?- fue llamada desde el otro lado, el profesor ni se molestó en observarla.

-Piel de sapo, mandrágora, sangre de tarántula y... - se acercó a oler lo que contenía el último recipiente, pero se arrepintió al instante - Sí, definitivamente es aliento de dragón- tosió por unos segundos antes de recuperarse.

- No contestó lo que pregunté- contestó Snape con dureza

-¿Poción de retracción?- dijo Delilah dubitativa, Snape tensó sus labios en una línea y Delilah sintió como se le acalambraba la garganta

Snape limpio la cuchara de madera que previamente estaba usando, se dio la vuelta y saco un libro que estaba en el librero detrás de él, lo abrió en una página y lo puso fuertemente en la mesa de Delilah

-Poción de flama señorita Jolet, ponga más atención- le pidió

Delilah sintió como la cara se le enrojecía de la vergüenza, odiaba decepcionar sus profesores, la hacía sentir inútil.

-Lo lamento profesor, creí que había revisado bien los ingredientes, prometo aplicarme más, no quiero decepcionarlo- empezó a disculparse pero fue interrumpida.

-No crea que esto es un tipo de trato especial Jolet, si usted tiene estas clases privadas es porque Dumbledore lo ordenó, no quiere que usted se atrase, así que si quiere impresionar a alguien, no es a mí- contestó de forma helada.

Delilah siguió su lección en silencio, en parte, por temor a volver a decir algo erróneo, pero también porque la actitud de Snape contra ella era tan versátil, un día podía firmarle su permiso, darle cumplidos y consejos, y al otro, la humillaba en clase y la reprendía por su desempeño. Delilah sufría con el rechazó de él, pociones era su materia favorita e incluso había llegado a pensar a dedicarse a ello cuando creciera y si no tenía una buena relación con su maestro de pociones, jamás lograría ascender en esa rama.

-Listo- suspiró Delilah en cuanto termino de arreglar su mesa, volteó para buscar la aprobación de Snape, pero este ni siquiera le estaba prestando atención- Gracias profesor, me voy a retirar- dijo en voz alta para poder ser escuchada

-Soy duro con usted- contesto Snape antes de que ella se fuera- Porque Dumbledore cree que usted está atrasada con su clase, cuando la verdad es que su conocimiento es superior a los de todos sus compañeros- se dio la vuelta para observarla- Manténgalo de esa forma- y sin más siguió trabajando

Delilah sonrió con entusiasmo, como si fuera una niña pequeña y le acabaran de dar una estrella dorada y sin más, salió del aula.

Snape espero hasta que estuviera fuera del salón y soltó un suspiro de cansancio, desde la conversación que tuvo con McGonagall, confirmo que sabía quien era ella, sabía quienes eran sus padres y sabía lo que eso significaba en esos tiempos.