"Buenas noches, Joaquín, amor.
Primero que nada, discúlpame por escribir a esta hora pero después de meses atormentándome solo es que he decidido hablarlo. Perdóname también por todas las veces en que te mentí al decirte que yo estaba bien y que no pasaba nada.
Sé que entre los dos planeamos confirmar mañana nuestra relación y pensé en que todo saldría de maravilla, era como un sueño.
Pero tal parece que solo era eso, un sueño.
Hace meses que me veo envuelto en un problema, pensé que podría arreglarlo solo, pero perdí el control de todo, la solución se me escapó de las manos.
Desde hace un tiempo mi padre se ha encargado de buscar a una chica que "ayudara" a alejar el concepto de homosexual que los medios y la demás gente tienen sobre mí.
No quise contarte antes porque pensé que era solo mi problema, sin pensar que desde hace siete meses todas las decisiones que tomara también te afectarían desde algún punto.
Quiero dejar en claro que nunca he querido lastimarte, aunque ahora eso esté haciendo.
Es una larga historia, pero una parte de mí piensa que esto aún tiene solución, que aún podemos ser felices juntos, la otra, la realista sabe que ya todo está perdido. Pero no quiero perderte, eres una persona que vale muchísimo para mí y de verdad me dolería que ya no estuvieras conmigo.
Nos vemos en unas horas para, si me dejas, explicarte todo.
Pase lo que pase quiero que sepas que yo te amo de una manera que nunca pensé amar a alguien; sé que eres todo lo que necesito pero hay cosas que no estuvieron en mis manos y no pude resolver.
Te ama, Emilio.
EMILIO
Ese fue el mensaje que le escribí a Joaquín la noche en que me presentaron a Seidy.
Después de enviarlo y antes de dormir me tomé el tiempo de leer el contrato. A pesar de que tenía varias cláusulas la que más se destacó para mí fue la que contenía la vigencia del mismo. Cuatro meses.
Cuatro estúpidos meses donde me veía obligado a tener una relación con alguien de quien solo sabía su nombre, donde estaba obligado a ser alguien que no era. Que no soy.
Lo peor es que ya no quedaba nada más que hacer, las firmas de mi padre y Seidy ya estaban ahí; en todo caso de romperlo sabía que sólo era una copia sin validez.
Al despertar al otro día, el 23, revisé si Joaco ya había leído mi mensaje, pero no fue así, las palomitas aún no estaba pintadas de azul.
Dejé de pensar un poco en eso, ya habría tiempo para hablar con él. Me dispuse a realizar mi rutina mañanera, no es que fuera la gran cosa pero igual debía hacerla.
Después de tomar mis cosas entré a la regadera para darme un baño, mientras lo hacía sentí el impulso de cantar la canción que hace meses había dedicado a Joaquín. Quizá era la última vez que lo hacía, porque si me separaban de él ese día, no me quedarían ganas de cantarla después.
Después de todo, sé que Si al final tengo tu amor es una canción que solo cantaría para él, para Joaquín Bondoni. En el momento en que la escribí solo era por decir algo romántico en una melodía pero desde que él llegó le había dado sentido a todos y cada uno de los versos impregnados ahí.
Al salir de la ducha tomé las primeras prendas que encontré, después de todo no saldría hasta en la noche. Por unos segundos me pasó por la cabeza la idea de ir corriendo a hablar con Joaco pero tenía que hacer unos ajustes acerca de mi fiesta de cumpleaños que sería pronto.
JOAQUÍN
Al salir del baño, después de asearme y colocarme la ropa que había elegido me di un tiempo para revisar mi teléfono, pensé entrar a mis redes pero me llevé una sorpresa al notar en las notificaciones el mensaje que Emilio había escrito para mí la noche anterior. Normalmente me escribía deseándome buen día, pero esa vez el mensaje era largo así que opté por abrirlo y leerlo.
¿Tenía problemas y no me lo dijo?
¿Qué es lo que no pudo resolver?
¿Una chica que ayudara a qué?
¿Nunca quiso lastimarme?
¿No quería perderme?
El mensaje me dejó con una infinidad de preguntas. Preguntas que me fue imposible hacerlas por ese medio, solo respondí con un "Hablamos luego". El resto de la mañana me mantuve ocupado con mi madre revisando el resultado de mi calendario para el 2020 y ajustando los últimos detalles.
Al fin se llegó la hora de dirigirme al concierto. Estaba emocionado, pero también estaba preocupado por el mensaje que había leído unas horas antes. Ya no sabía qué sentir, tenía todos mis sentimientos y emociones revueltas.
Llegué al lugar y me encaminé al camerino. Emilio ya estaba ahí pero me asustó la manera en que lo vi, sentado en una esquina, con las rodillas flexionadas y los brazos alrededor de ellas, tenía la cabeza agachado pero lo escuché sollozar.
- ¿Qué pasó? - cerré la puerta tras de mí y corrí a abrazarlo. Para nuestra suerte, su padre estaba afuera ajustando detalles, de hecho no se dio cuenta cuando llegué, de haber sido así no habría dejado que entrara solo con Emilio.
- Todo está perdido - habló aún entre sollozos.
- Emilio, necesito que me cuentes todo - tomé asiento en el piso junto a él y coloqué mi mano sobre su rodilla en señal de apoyo.
Emilio empezó a hablar, hacía pausas para tomar aire pero me contó todo, yo lo escuché con mucha atención. Me resumió todo lo que había pasado en todos esos meses, por lo que había pasado y a lo que estaba obligado a hacer.
Puedo jurar que nunca antes había visto a mi novio así, tan roto, tan arrepentido y sintiéndose tan culpable.
Se notaba que en verdad le dolía no haber podido resolverlo. Al principio me molesté un poco por el hecho de que me ocultó mucha información en mucho tiempo pero sabía que así no íbamos a solucionar nada, entonces lo apoyé. Me encargué de intentar hacerle ver nada de eso había sido su culpa.
- Salgamos ahora mismo y confirmemos nosotros primero - hablé yo mientras intentaba abrazarlo desde las posiciones que teníamos en el suelo.
- No se puede Joaquín, mira - sacó su teléfono y me mostró en pantalla la historia que su madre había publicado en Instagram. Era una foto de ella, Romina y la que al parecer era la chica del contrato que hasta ese momento desconocía su nombre. - Además está en el contrato, no puedo fallar en algo o mi padre tendrá consecuencias -
Al oír esas palabras, unas cuantas lágrimas que había retenido por algunos minutos comenzaron a salir. Lloré con él; y no solo era agua saliendo de mis ojos, eran nuestros planes tirados a la basura por un absurdo contrato, era nuestra valentía, eran las posibilidades que teníamos de gritarle al mundo entero lo mucho que nos amábamos.
Estábamos conscientes de que llorando no solucionaríamos nada, pero tampoco pudimos evitarlo. El hecho de que te separen de la persona que más amas duele hasta lo más profundo de ti y era una situación que en ese entonces aún no sabíamos cómo afrontar.
- ¿Entonces es el final? - me puse de pie para seguir con la conversación, intenté dejar de llorar para poder hablar bien.
- No quiero que lo sea, no quiero que te alejes de mí - suspiró y se levantó de donde estaba - Pero entenderé si quieres terminar conmigo después de esto - comenzó a caminar dando vueltas por toda la habitación.
- Yo tampoco quiero alejarme de ti... Pero no sé si seguir así sea sano, no sé cuánto daño nos hará, no sé si pueda soportar verte con ella - me recargué de espaldas en la barra debajo de los espejos.
- Lo peor es que tengo que lucir feliz a su lado - corrió hacia mí para tomarme de las manos - Yo solo puedo ser feliz contigo. Solo te amo a ti. Hace meses que no puedo ver a otra persona como te veo a ti - había dejado de llorar pero su voz seguía escuchándose quebrada.
Yo estaba con la mirada perdida en el suelo, suspiré y sorbí por la nariz.
Todo lo que habíamos planeado se derrumbó ante nuestros ojos. Todos los planes que teníamos juntos se fueron por el caño. El amor no era suficiente para seguir juntos, quizá nunca lo fue.
- Tranquilo, supongo que tenemos que pensar las cosas - lo miré a los ojos - Pensar si hay alguna posibilidad de que sigamos juntos -
- Es que no puedo estar tranquilo - alzó la voz, tomó una botella de loción y la lanzó contra el piso. Supuse era su manera de desquitar su frustración - ¿Sabes lo que se siente que siempre traten de obligarte a hacer cosas que no te gustan solo por ser menor de edad? -
- No me ha pasado pero trato de entenderte. Tus problemas son los míos desde hace tiempo -
- Perdón amor, no quise gritarte - se giró dándome la espalda - Es solo que estoy frustrado, enojado, triste y no sé cómo canalizar todo esto -
- Te entiendo, y créeme que yo también me siento muy mal pero... - escuchamos cómo alguien tocaba la puerta del camerino para luego abrirla e indicarnos debíamos darnos prisa porque el concierto estaba por comenzar.
Me daba gusto que un par de personas del equipo de Emilio, Francisco y Jhonatan, sabían de nuestra relación y nos apoyaban, siempre nos cubrieron de los ojos de Juan Osorio. Pero en ese momento ellos tampoco pudieron hacer nada para ayudarnos a salvar nuestra relación.
Dejamos el tema por un lado después de asentir a las indicaciones de Francisco y nos apresuramos a cambiarnos y arreglarnos el cabello.
Al comenzar a escuchar la cuenta regresiva me dispuse a salir corriendo de ahí, sabía que Emilio abría el concierto solo pero quería estar preparado para cuando llegase mi momento. Antes de poder abrir la puera, mi novio me haló del brazo impidiéndome avanzar. Colocó las palmas de sus manos en mis mejillas y me besó.
Ahí, en medio de esas cuatro paredes color gris fue que nuestros labios se unieron. Por última vez.
Sabíamos que después de ese día iba a ser imposible vermos. Por eso le correspondí el beso.
Nos besamos sin importar nada; por unos segundos nos alejamos de la realidad, nos alejamos de los problemas que teníamos. Sus besos siempre causaron eso en mí. Siempre me llevaban a un mundo de fantasía donde solo existíamos él y yo.
Dicen que las acciones hablan más que las palabras y para mí, en ese beso me gritó que me amaba solo a mí y yo le dije lo mismo.
Ya habíamos pasado por muchos obstáculos y esperábamos que uno más no nos derrumbara.
Cuando terminó la cuenta regresiva Emilio empezó a cantar, decidió abrir el concierto cantando Juegos de amor. Yo me quedé detrás del escenario admirándolo. Se veía tan irreal, tan feliz, tan guapo.
Su ropa como siempre tan bonita, sus rizos que ya estaban un poco largos bailaban con él al ritmo de la música.
Supongo que nadie imaginó que minutos antes estaba llorando en mis brazos. Y tampoco, nadie pensó que él estaba triste por lo que debía hacer con la chica debido a las órdenes de su padre.
Después de un par de canciones, Emilio les hizo saber a todos los presentes que tenía una sorpresa preparada. Desde donde yo estaba pude escuchar que alguien gritó "la confirmación de Emiliaco", yo también hubiera querido que fuera eso, ambos hubiésemos querido que todo fuera como lo ensayamos hace unas semanas en su cuarto. Pero no, la sorpresa a la que mi novio se refería era que había invitado a Yahir a la presentación.
EMILIO
La canción de mi invitado no podía tener mejor destinatario que Joaquín, cuando él llegó a mi vida cambio todo, me regresó la ilusión y por él es que había vuelto a creer en el amor; o más bien, había empezado a creer.
Después de la separación de mis padres había creído que todas las parejas terminaban así, pero estaba seguro que nuestro caso sería diferente, yo me veía envejeciendo con Joaquín a mi lado.
Pocos minutos después se llegó el turno de cantar Si al final tengo tu amor, no era solo una canción más de la noche, era SU canción, de nadie más. La mayoría de los versos dejé que el público cantara, estaba seguro de que si yo lo hacía me soltaría a llorar frente a ellos.
Después de unos minutos, decidí dedicar unas palabras a todos los presentes, así que empecé a hablar y me acercaron un banquito para que pudiera sentarme. En medio de mi discurso se me quebró la voz, no podía seguir así como si nada pasara, quería llorar.
Lo necesitaba para poder continuar.
Unas palabras después mi padre pasó al escenario y me hicieron entrega de mi disco de oro. Debo decir que eso y escuchar corear mis canciones por muchísima gente fueron lo único bueno del día, mis fans y Joaco eran lo más importante que tenía en ese entonces.
Cuando todas las personas que subieron con mi padre se despidieron, era el turno de mi novio de pasar a cantar conmigo. Lo presenté y las cientas de voces reunidas ahí, elevaron gritos y aplausos por él, sin duda se merecía eso y más.
Joaquín ya se encontraba en el escenario, sus ojos aún estaban cristalizados pero al menos desde esa distancia el público no podría notarlo. Le di un abrazo y susurré un "tú puedes, te amo" en su oído.
Después de eso lo dejé solo para que pudiese cantar su canción y disfrutar a los presentes tanto como yo, era solo su canción así que también debía de ser su momento de brillar como la estrella que es.
Me dediqué a admirarlo desde un costado del escenario, definitivamente era lo más hermoso del planeta, me hacía sentir un sinfín de mariposas dentro, después de siete meses me parecía lindo que aún causáramos esas sensaciones en el otro.
Durante mis minutos de apreciación a su persona me pasó por la cabeza la idea de correr hacía él, abrazarlo y huir.
Escapar de todo y de todos.
Huir de la realidad que estaba golpeándonos en la cara.
Escabullirnos por donde pudiéramos y salir tan pronto como pudiéramos de ahí. No volver a saber nada y empezar una nueva vida juntos en otro lado.
Eclipsarnos como una bomba en el tiempo.
Pero no teníamos a dónde ir. Además a los problemas no se les huye, se les afronta.
★★★★★★★
Holaaa, no había podido actualizar, pero ya está aquí :) Espero que lo disfruten.
El próximo capítulo se sube el sábado.
💟