Padre acude a las siete de la noche a mi habitación, de la cual no he salido en las últimas horas, él avisa que ha surgido una emergencia y debe irse con prisa.
—Ahora que sé lo de Hela, no es necesario que me mientas o uses excusas —respondo sabiendo a donde quiere dirigirse.
—Sí, lo siento. Dejé comida en el microondas.
Asiento, padre desaparece de mi vista y pronto escucho la puerta de la cochera abrirse y la marcha del auto unos minutos después. Debería ingerir alimento, pero lo que menos siento en momentos como este es hambre y aún si llevara bocado a mi boca el enorme nudo en mi garganta me impediría comer. Alzo el celular a la altura de mi vista siendo recibido por la conversación con Loki. Escribo un mensaje y espero que él responda.
“¿Laufey está en casa?”
“No.”
“Odín se fue hace apenas unos minutos, no va a volver hasta mañana en la tarde"
“¿Y eso me afecta en algo? Deberías ser directo desde el comienzo, si no tienes nada interesante por escribir, mejor no lo hagas”
“Tu caja, Loki, le dije a alguien que la devolvería a quien pertenece. Puedo ir yo a tu casa o venir tú, no tengo problema”
“Ven tú, no pienso moverme".
No respondo, dejo mi posición sobre la cama, me coloco la primera casaca que encuentro en el armario, subo el cierre para luego buscar y tomar entre mis manos la caja que me entregó Hela. Hay un extenso suspiro que escapa de mis labios y pronto mis pasos dejan la casa, apenas salgo veo a Loki afuera de la suya esperando por mí. No hay expresión que pueda reconocer en su rostro, nada que me indique que tipo de emoción lo embarga en este momento. Me aproximo, él cierra la puerta a nuestras espaldas y señala las escaleras hacia su habitación.
Él va uno o dos peldaños más adelante y yo cuento los lunares que adornan su nuca, son cuatro porque otro parece perderse debajo de la camiseta negra que lleva puesta donde me imagino que existen más de ellos escondidos por la prenda. Detiene sus pasos y de forma abrupta por estar perdido en mis pensamientos, realizo lo mismo, abre la habitación junto con un gesto para ser el primero en ingresar.
Quedo de pie por más que él repite que puedo sentarme si deseo, pero mis anhelos van mucho más allá de eso, quería abrazarlo, besar cada centímetro de su rostro, su frente, encima de sus ojos cerrados, los pómulos sonrojados, el puente de su nariz, sus mejillas y por último sus labios. Quería contar su lunares y trazar cada uno con mis dedos, decirle lo mucho que lo quiero en medio de caricias, sin embargo, aquello parecía una idea muy lejana, una fantasía que me gustaba conservar aún sabiendo las circunstancias y causa de nuestro distanciamiento.
—Loki… —comienzo a hablar originando que volteé a verme. El nudo en mi garganta no desaparece, me esfuerzo por pronunciar palabra a pesar del inconveniente—. Esto es tuyo —extiendo la caja que él toma entre sus manos, apenas rozando la mía en el proceso. Lleva el objeto hasta el escritorio donde veo una caja más pequeña forrada de verde y dorado mientras él inspecciona la nueva. Procuro ser discreto y acorto los pocos pasos que me permitirán ver el contenido, veo el cuaderno personalizado que le regalé en su décimo cumpleaños, el libro que le compré junto con la nota adhesiva con un rayo en ella, el papel con el que vino envuelto el girasol que hice llegar por medio de Jane y junto a este, los boletos de la primera y única vez que fuimos al cine. Me pregunto entonces si los objetos están todos juntos para ser llevados a la basura o mantenerse guardados en un sitio que Loki pronto olvidará.
—¿Por qué —No continúa su frase. Sostiene una fotografía de él junto a su madre—. Casi no recordaba como era —El susurro apenas es escuchado, quizá lo dijo solo para él y por lo mismo, no digo comentario alguno. Sus manos tiemblan conforme indaga más dentro de la caja que hasta hace unos minutos era un misterioso para él. No abre ninguna de las cartas que lleva su nombre, en su lugar bota cada fotografía con enojo, rompe algunas donde sale Laufey y Farbauti hasta que se detiene en el último de los recuerdos—. Esto —Me esta viendo y ganado por la curiosidad diferencio a detalle lo que sostiene llevándome una sorpresa—, ¿acaso no somos tú y yo?
La fotografía en sí, ha sido tomado en el patio de mi casa, creo que Loki y yo tenemos tres o cuatro años, hay manchas de pastel en nuestros rostros junto a radiantes sonrisas y estoy sosteniendo su mano.
Elevo la mirada para encontrarme de lleno con los iris esmeralda que guardan confusión.
—¿Se supone que éramos amigos?
—No lo sé —respondo con sinceridad. Loki eleva una ceja en mi dirección como si no creyera mis palabras —. Te digo la verdad, si hubiera sabido de la existencia de esa fotografía, te lo habría dicho apenas llegué. Estoy tan sorprendido como tú.
—No importa mucho ahora, ¿no crees? Igual no tuvimos contacto alguno durante años y lo que sucede a esa edad —mueve la foto aún en su diestra—, casi nadie lo recuerda —concluye dejándolo dentro del cartón y no en el suelo como hizo con las otras. Lo observo dudar durante segundos hasta que toma el conjunto de cartas, lee en voz alta el nombre del destino puesto en cada una de ellas, todas para él, no abre ninguna de ellas hasta que llega a la última—. Este es de tu madre dirigida hacia la mía.
—Loki.
—¿Ahora qué?, ¿vas a decirme que no lo lea?
—No, nada de eso. Si está en esa caja debe ser por algo, no voy a involucrarme, solo quería pedirte disculpas por ocultarte la existencia de una hermana, sé que hice mal y que merezco que te alejes, no sabía como hablar de un tema tan delicado como ese, cada vez que buscaba las palabras adecuadas no podía encontrarlas y si lo hacía no era capaz de decirlas, era como si algo lo impidiera siempre y no es ninguna excusa porque debí confesarlo de todas maneras, sin embargo, aún si no puedes creerme después de eso, quiero decir que no sabía que tu madre está viva cuando tú hasta creías que no. Porque de haberlo sabido, lo diría. No podría ocultar algo como eso sabiendo lo mucho que te dolió saber que ella no regresaba por ti. Lo siento mucho por todo lo que sucedió a partir de mi silencio, quiero que seas feliz, no importa si no es conmigo.
—¿De qué hablas? —Frunce el ceño por la confusión—. ¿Tú viste… —Él no continúa, no es necesario por el sonrojo en sus mejillas sé que ha comprendido a que me refiero.
—Sí, no importa, Loki. Stark no es mala persona hasta pienso que hacen bonita pareja, parece que se comprenden bien.
—¿No importa? —Distingo enojo en el tono de su voz. La carta es colocada encima del escritorio para luego acercarse tanto a mí que siento su respiración contra mi rostro y a pesar de adoptar una actitud que da a entender que sabe manejar la situación y lo que está haciendo, el leve color rosado continúa en sus mejillas y hasta sus pómulos—. ¿Sabes que fue lo que me dijo él? —Niego con rapidez, Loki continúa—. Dijo que estabas viendo por la ventana junto con Sigyn, luego me besó y fingió irse avergonzado.
—¿Por qué haría eso? —cuestiono, veo sus labios y mis iris retornan a los suyos color esmeralda en cuestión de segundos.
—No lo sé —Loki se separa unos cuantos pasos, encoge sus hombros y el sonrojo en sus mejillas disminuye—. Es Stark, le gusta realizar algo y no decir la razón.
Permanezco callado recordando la frase de Sigyn dichas horas atrás.
"Hablé con Tony hace una semana, terminó con su pareja, ¿lo sabías? Dijo que era lo mejor debido a que presentaba ciertas confusiones respecto a otra persona".
—¿Él no estaba con el capitán Rogers?
—Ya no. No quiso decirme más que eso.
El silencio se instala en las cuatro paredes de la habitación, todavía hay una mínima distancia que nos separa, es tan pequeña que si extiendo mi brazo podría tocar el suyo de forma inmediata y es lo que pienso llevar a cabo cuando su voz me detiene.
—Thor —Suena como antes, con cariño, casi susurrando como si él quisiera que solo yo y nadie más oyera la manera tan especial que tiene de pronunciar mi nombre y la verdad es que me encanta poder apreciar su voz siendo tan suave e íntima—. Sobre lo que dijiste, te disculpé el mismo día que sucedió todo, en el momento no sabía que tú no tenías ni idea sobre lo de mi madre y que como yo, te enteraste después. Frigga me llamó esa misma noche para explicarme ese detalle y pude comprender, aunque no quita el hecho que ocultaste la existencia de nuestra hermana.
—No lo hace.
—No, ya explicaste tus razones y las entiendo.
—¿De verdad?
—Sí, además aquella historia sobre Laufey y Odín ha sido de las cosas más incómodas que me contaron.
—Lo sé —Sin querer, suelto una carcajada que es devuelta por una sonrisa por parte de Loki—. Demasiado extraño.
—Sí —Loki pasea su mirada por la habitación hasta que da con la carta olvidada encima del escritorio—. ¿Thor?
—¿Qué sucede?
—¿Puedes quedarte un rato más? No quiero leer esto solo cuando es evidente que los dos vamos a ser mencionados en el papel.
Asiento y él procede a abrir el sobre, me acerco hasta quedar a su lado derecho tanto que distingo el olor de su colonia.
Farbauti:
Sé que quizá te ha sorprendido ver mi nombre en esta carta, créeme cuando te digo que me ha costado poder escribirla, después de todo han pasado años desde la última vez que nos vimos. No vengo con reproches, insultos o cualquier cosa parecida, solo lo hice porque es el cumpleaños de nuestros hijos y al fin pude conseguir tu dirección para poder enviar esto, o al menos espero poder hacerlo cuando finalice. Quiero que sepas que tu hijo se encuentra bien, Loki se está convirtiendo en un joven muy apuesto y creo que no soy la única capaz de darse cuenta. Thor suele hablar de él a veces, solo conmigo porque con su padre es un asunto prohibido aunque yo diría que más que eso es absurdo. Desde que era un niño que comprendía que sucedía a su alrededor, preguntaba porque él no podía saludar al vecino y mucho menos ser su amigo, se molestaba cada vez que Odín lo llevaba a casa contra su voluntad cada vez que quería cruzar la reja para acercarse a Loki. Y por más que traté de persuadir y hacerle comprender, Odín no entendía, siempre fue demasiado terco con temas que creía eran correctos, no existía nadie que lo hiciera cambiar de opinión, aunque claro, sé que Laufey ha sido el único capaz de lograrlo, pero esa es otra historia que en estos momentos no quiero escribir porque no es un asunto que me involucre.
A veces pienso, quizá demasiado, lo diferente que sería todo si nuestros hijos hubieran sido amigos, lo pienso tanto desde la única celebración donde ambos pudieron estar uno al lado del otro sin algún problema. Ese día Odín estaba fuera de la ciudad y tú no llegabas del trabajo. Me atreví a tocar la puerta de tu antigua casa y preguntarle a Laufey si Loki podía celebrar junto con Thor su cumpleaños número cuatro porque recordaba que en ese tiempo, era solo Odín quien apartaba a su hijo del tuyo, Laufey prefería no decir nada y aquello me sirvió como pequeña esperanza al momento de tocar la puerta y ser recibida por tu esposo con Loki en brazos que miraba con curiosidad todo a su alrededor como cualquier niño de su edad. Laufey suspiró, cerró la puerta detrás suyo después de soltar un "no veo porque no". Loki daba pasos cortos tomado de la mano de su padre hasta que ingresó a nuestra casa donde Thor estaba esperando en el umbral. Fue casi inmediato como ambos se acercaron diciendo sus nombres a modo de presentación. Mencioné que volvía en unos minutos y al aparecer lo hice con un pastel que sitúe sobre la mesa. Ellos no tardaron en llegar emocionados, prendí las velas y solo nosotros cuatro en aquel jardín nos pusimos a cantar en medio de risas y aplausos. Nuestros hijos comieron pastel, en algún momento, Thor manchó el rostro de Loki con crema del postre y él no se quedó atrás. Se veían tan felices que no tardé en buscar la cámara para capturar el momento, Thor tomó la mano de Loki mencionando que no quería que él se vaya justo en el momento que presioné el botón dando a entender que la fotografía fue tomada. Thor no dijo nada más, llevó a Loki consigo por el jardín sin alejarse demasiado de mi vista. Ellos pudieron divertirse unos considerables minutos hasta que llegó la hora de irse. Laufey no quería problemas y mucho menos enfrentarse a Odín, tomó a su hijo en brazos, me agradeció por todo y lo detuve a pasos de irse para hacerle ver que la ocasión podía repetirse, a escondidas claro, la amistad entre Thor y Loki era tan evidente que no teníamos ningún derecho a arrebatarles aquello. Laufey sonrió.
"No veo porque no" y continuó su camino mientras Loki se despedía con su pequeña mano, la misma que Thor sostuvo.
Por supuesto, no volvió a suceder, el mismo día, Thor no pudo con su emoción que terminó confesando. No lo culpo, era solo un niño sin idea del rencor de su padre hacia tu esposo, él solo estaba feliz por tener un amigo.
Lo demás es historia, pronto ya no estabas en la casa de al frente y la prohibición que comenzó Odín terminó por adoptarla Laufey también.
Thor y Loki no tenían la culpa de nada y aún así pagaron las consecuencias.
No tengo nada más por decir, Farbauti, espero te encuentres bien y si tienes un poco de consideración, llames a tu hijo y hables con él.
Te dejo una copia de la fotografía del cuarto cumpleaños de nuestros hijos y déjame decirte que esa expresión de felicidad, la emoción en los ojos de Thor no he vuelto a presenciarla con ninguno de sus posteriores amigos. Existió solo con Loki, el amigo que él tanto quería y que pudo tener por unos minutos.
-Frigga-
No existen palabras, solo silencio.