Salgo del baño secándome el cabello y tomo el móvil contestando a mi agente.
-Shinobu ¿qué pasa?
-Hay cambio de planes para mañana.- Dice con un tono de voz más serio del habitual.
-¿Cambio?¿Que cambio?
-Mañana rodarás todo el día con Zangetsu.- En cuanto me dice eso, siento como todo el cuerpo se me estremece.
-¿Cómo que todo el día? Aun quedan escenas que rodar sin...
-Al parecer el director dice que quiere avanzar en vuestras escenas y teniendo en cuenta que vamos a comenzar con las primeras intensas, quiere tener tiempo por si hubiera que repetir escenas hasta que quede como él quiere.
-Joder... yo creía que aun faltaba algo de tiempo para eso.
-Ya hemos hablado de esto. Las escenas de sexo o de desnudos, solo serán fingidas y aunque estes desnudo en plató, no se te verá todo en la serie.
-Ya pero todos los que están allí me verán... ese hombre me verá y...
-Es un profesional, Senbon. Supongo que a él le gustará tan poco como a ti tener que desnudarse o rodar escenas de este tipo. Recuerda que él siempre fue un actor de acción y también de interpretaciones fuertes e intensas, no un mero símbolo sexual.
Pues no será porque no tiene sexappeal... mi propio pensamiento me sorprende tanto que enrojezco.
-Puedes hacerlo. Eres un gran profesional. Solo demuéstralo.
-Está bien. Puedo hacerlo.- Repito tan solo para intentar convencerme y desechar los nervios que acaban de atacar a mi estomago.
-Nos veremos a las siete. Te aviso cuando esté en tu puerta.
-Gracias, Shinobu.
Cuando cuelgo, me dejo caer en mi sillón sintiendo que mi corazón es inacapaz de relentizarse. Tan solo de imaginar lo que ocurrirá mañana me hace temblar y no sé si es de temor o emoción. Oh, maldita sea. ¿Por qué tuvo que afectarme tanto aquel beso? Tan solo de recordarlo... siento como mi cuerpo se calienta. Y eso no fue nada para lo que nos queda por rodar. Mas besos, escenas de tensión sexual, escenas de liarnos hasta el borde sin llegar a acostarnos... no lo soportaré. Hizo que me corriera tan solo con un beso. ¿Qué hará conmigo estando desnudos y tocándome mas directamente?
-Esto no puede salir bien...- susurro hundiéndome entre los cojines...
***Renji***
Salgo del despacho de mi supervisor y suspiro tras la bronca monumental que acaba de echarme. Menos mal que le he vendido que me encontré en mitad de un accidente y que, como medico, no pude evitar pararme a ayudar. Hace unos meses, él mismo se encontró mal y le aconsejé que fuera a hacerse unas pruebas por lo que parecía ser un tipo de alergia y acerté. Gracias a eso parece que me ha pasado la mano, pero joder...
Me siento en mi cubículo y suspiro mientras saco un trozo de jersey de mi profesor. Joder, cuando se fue, no pude evitar quedarme con un trozo de su ropa rota. Este aroma me tiene loco. Sé que no es mas que un perfume que usa, pero es como si fuera el mejor aroma que haya olido en mi vida. Dulce, excitante... y tan excitante. Llevo duro desde que estuve cerca de él con tan poca ropa, aunque en cuanto pienso lo que pudo haberle sucedido solo porque algunos idiotas creían que era mejor hacerse cargo ellos mismos.
-Imbeciles.- Susurro sintiéndome un poco mal. Hoy mismo, hablábamos de ver como podríamos chantajearlo y demás, y esta noche, casi lo matan de una paliza.
Realmente, puede que seamos animales, después de todo.
***Soujun***
-Eso es todo, Soujun. Puedes marcharte a casa.- Me dice Yamamoto mostrándose un poco cansado.
-Usted también debería.
-Sí, lo sé, pero quiero dejar ciertas cosas atadas para la semana que viene.
-Está bien.- Digo saliendo de su despacho y despidiéndome de su secretaria.
En cuanto llego a mi piso, enciendo las luces y me preparo un baño. Saco algunas cosas del congelador y las meto en el microondas para comer en cuanto salga del baño. Me quedo mirando la vista de la gran cristalera cuando paso cerca y recuerdo la expresión de cuando Grimmjow me trajo y vio mi piso. Esa admiración era autentica.
Desde que volviera a coincidir con él, he estado algo inquieto. He soñado con el pasado y con él. Odio esta sensacion. Yo creía haber dejado atrás todo lo que no necesitaba para sobrevivir en este mundo, pero desde que él volvió a mi vida, con esa mirada intensa, con su socarronería y descaro, y con esa forma de besar...
Me meto en la bañera e intento relajarme sintiendo como al agua caliente, adormece mi piel. Paso mis manos por mi cuerpo bajo el agua, acariciando mis labios, a la vez que recuerdo como nos besamos. Su sabor, su textura, su aliento acariciando mi piel cuando luchábamos por tomar aire. Bajo por mi cuello llegando a uno de mis pezones.
-Ah...- jadeo sintiendo como desearía que sus manos, me acariciaran así.
Los recuerdos de aquella única vez en la que estuvimos juntos me asaltan. Su juventud, su inexperiencia, sus sentimientos descontrolados y a flor de piel. Él era todo lo que yo no podía ser. Era libre. Era joven e inocente. Era alguien con el futuro que quisiera. Y era lo único que no podía desear.
-Ah...- Dejo escapar varios gemidos a la vez que bajo mi otra mano hasta mi sexo y comienzo a masturbarme.
Mi mano sube y baja por mi polla, mientras con la otra pellizco el pezón haciendo que suaves corrientes eléctricas me recorran. Poco a poco, bajo mi otra mano y la dirijo hasta mi entrada. No me detengo en juegos previos antes de meterme dos dedos que me lanza a la vorágine de placer hasta hacerme gritar al correrme.
Abro los ojos sorprendido por la intensidad de mi orgasmo, así como la alteración de todo mi ser. Aun no me siento satisfecho y mi polla, sigue un poco dura a pesar de haberme corrido de forma realmente intensa. Salgo de la bañera para meterme bajo el chorro de agua fría que inmediatamente me hace jadear por el contraste. Aun así, veo como mi polla no se reblandece y cuando llevo mi mano a mi ano, la viscosidad que encuentro ahí me hace apretar los dientes.
-No puede ser. Yo, no debería entrar en celo.
Tomo mis pastillas diariamente, me hago los controles rutinarios, pero es cierto que desde un tiempo hacia acá, tengo más calores y deseos sexuales.
Salgo tras ponerme el pijama, y voy directo a la cocina para tomarme un par de pastillas. A los pocos minutos, noto como mi cuerpo comienza a relajarse y mi temperatura vuelve a la normalidad. No quiero pensar que lo que me dijo mi medico en la ultima visita que le hice sea cierto. No quiero tener que pasar un celo ahora. Hace tres años de mi ultimo celo y lo pasé realmente mal, ya que no puedo fiarme de nadie para que me acompañe en esas horas infernales. Cualquiera podría aprovecharse y marcarme o preñarme. Así que siempre me he ocupado yo solo de esos momentos, pero después de tres años, si me pongo en celo...
-Será realmente malo.
***Grimmjow***
Jadeo apretando los dientes cuando la ultima embestida de Robert me hace llegar a un orgasmo casi forzado. Joder, la primera vez que lo hicimos, no me excite demasiado y fue algo más suave en cuanto a su forma de follar, pero las siguientes, ha sido tan crudo, agresivo y fuerte, que no ha dejado de golpear mi próstata hasta hacerme llegar varias veces.
Respiro agitado sobre las sabanas, sintiendo como se me pegan a la piel por el semen que he echado en mis corridas. Joder, mira que no quería disfrutarlo porque soy activo y disfruto siéndolo, pero este tio me ha forzado a sentir placer a pesar de todas las circunstancias y eso, solo me hace sentir peor aun.
-Ah... sin duda una noche realmente impresionante, Aoi kun.- Dice saliendo de la ducha que hay en la misma habitación. Veo como se viste, mientras intento hacer que mi cuerpo deje de doler. Miro la hora en el reloj de la pared y son cerca de las seis de la mañana. Llevamos aquí metidos más de siete horas sin parar prácticamente. Me ha dejado realmente jodido.
Lo veo vestirse con un traje gris más caro que todo lo que poseo o poseeré en los próximos veinte años y cuando está listo para marcharse, me deja un sobre realmente abultado sobre la mesita de noche.
-Te he dejado una pequeña propina por tu dedicación, Aoi kun. Lamentablemente, tengo que volver a la capital hoy mismo, pero la próxima vez que venga por la ciudad, espero que estés disponible para repetir esto.
En cuanto se marcha, me muevo con cuidado, sintiendo mi culo realmente tocado. Entre lo grande que es y que no ha parado prácticamente entre polvo y polvo... ¿qué coño comen los alfas? Tal vez se tomara una viagra o algo asi antes de venir. Cuento el dinero y sonrío viendo que efectivamente, todo esto ha merecido la pena. Aquí tengo al menos para tres meses del nuevo alquiler.
Me meto en la ducha deseando quitarme el hedor a alfa. El jodido no ha dejado de desprenderlo desde que me vio aparecer, y eso que para un beta como yo, percibirlo ya es un merito. Encima, sé que Renji y Mugetsu son super sensibles en cuanto a los aromas de otros alfas, así que no puedo evitar frotar mi piel hasta dejarla enrojecida con tal de que no sospechen que he estado con uno.
No suele pasar muy a menudo que los alfas me soliciten, pero cuando ocurre, siempre hay que hacer lo mismo. Limpiar bien mi piel, pelo, incluso por dentro de mi dañado agujero. Tras más de media hora bajo el agua salgo y me visto.
Recojo el dinero de la cama y saco la parte proporcional que debo entregar al club. Ellos saben perfectamente lo que me habrá pagado por las horas contratadas, pero no tienen porque saber que me ha dejado propina. Una vez recontado el resultado de la noche sonrio cansado saliendo de la habitación.
-No esta mal. Nada mal para el dolor de culo que tendré que aguantar durante un par de días.
***Byakuya***
-Mmmmm...-
Aprieto los labios a la vez que siento como mi amante lame mi espalda, desde la cintura hasta mi nuca. El escalofrío al sentir el ligero roce de sus dientes en ella, me hace jadear echando la cabeza hacia atrás, sintiendo como mi pelo azota suavemente mi espalda a la vez que sus fuertes manos, acarician los costados de mi cuerpo.
Alzo más mi culo, curvando mi espalda y mordiendo las sabanas contra mi cara. El calor lo envuenve todo. Mi cuerpo está en llamas y mi interior clama por ser saciado plenamente.
-Ah...- Vuelvo a gemir cuando siento como me ha metido un dedo, cosa que me deja insatisfecho, pero me enciende aun más.- Mas... más por favor...- Suplico de manera avergonzada, pero desesperada.
Como única respuesta, un segundo dedo entra en mi haciendo que me corra sonoramente. Sí, este es el placer que quiero, pero aun no es suficiente. Intento girar el rostro para contemplar el rostro de mi amante, pero su mano, empuja mi espalda manteniéndome con el pecho pegado a la cama, a la vez que noto como su increíble y ardiente carne, totalmente endurecida, comienza a rozar mi entrada, dilatada, humeda y totalmente preparada para él.
-Hazlo...- Ordeno de forma suplicante.- Follame...
Grito cuando siento como de una sola estocada se hunde en mi, dejándome la sensacion de la ardiente intrusión, junto con sus pulsaciones. No se ha corrido, pero supongo que tan solo por un gran autocontrol. Puedo sentir sus dedos clavados en mis caderas y su respiración a varios centímetros de mi espalda. La sutil caricia de su largo cabello me eriza la piel, justo cuando comienza a moverse en mi interior lentamente. Torturadoramente lento y profundo.
-Mmmmm... si... ah... ah... más...
Sus caderas comienzan a tomar más velocidad, a la vez que siento como de nuevo lame mi espalda y tortura uno de mis pezones con una de sus manos. Su fuerte aroma fresco y natural lo envuelve todo haciéndome jadear más fuerte.
-Ah... ah...- las fuertes envestidas, no dejan de aumentar, al igual que siento como no deja de profundizar aún más, llegando a esa zona donde solo los alfas pueden llegar. Mi zona omega. Esa zona que tanto he tratado de proteger. Esa zona que me ha marginado tan solo por haber nacido así. Pero que ahora, es la zona que me está haciendo gritar de placer a la vez que siento como la polla de mi amante comienza a hincharse anclándose en lo más profundo de ella.
-¡Si!- Grito a la vez que siento como la respiración de mi amante vuelve a rozar mi nuca.
-Ahora, eres mi esclavo.
El dolor se expande en mi nuca y grito sintiendo como todo mi cuerpo se tensa.
Abro los ojos a la oscuridad que me rodea y jadeo intentando buscar un punto de referencia para orientarme. Enciendo la lamparita y veo la pequeña habitación en la que estoy... solo....
-Mierda...- jadeo sintiendo aun mi cuerpo totalmente húmedo por el sudor, acelerado por el sueño y sobre todo, alterado por las sensaciones tan vividas que he tenido.
Cuando miro mi yukata, veo como me he corrido en él, y más de una vez. El calor de mi cuerpo aun está presente y eso me hace chasquear la lengua. Me levanto, me quito el yukata y me limpio como puedo en el pequeño lavabo que tengo en la habitación. Miro el reloj y veo que es poco antes de la hora a la que suelo levantarme, así que simplemente tomo mis cosas y me dirijo al baño compartido. A esta hora no suele haber nadie, así que puedo bañarme sin que ningun otro hombre me esté molestando.
Ver mi dura erección me hace chasquear la lengua. Mierda. Esto no es normal. Los inyectables deberían seguir teniendo efecto, aunque puede que mi cuerpo se esté acostumbrando a ellos.
Suspiro antes de llevar mi mano a mi polla y comenzar a tomarme para intentar aliviar un poco, la necesidad de mi cuerpo. Abro las piernas, sentado en la banqueta y echo la cabeza hacia atrás intentando pensar en algo que me excite lo suficiente como para terminar con esto lo antes posible. No quiero que algun alfa entre y me encuentre así. Normalmente, los inyectables y las feromonas beta acentuadas, me ayudan a camuflar mi verdadera naturaleza, pero si alguien entrara ahora mismo, no sería capaz de disimular lo que soy en realidad.
-Ah...- Mi gemido escapa suave entre mis labios y vuelvo a ese sueño, tan real y húmedo, abrasador como su cabello. En cuanto el recuerdo de su aroma, a césped recién cortado me invade, me corro gimiendo más sonoramente.
Mis ojos abiertos solo hacen juego con el leve temblor de mis manos llenas de semen. No puede ser. ¿Era él mi amante del sueño?¿Pero por que?
Una vez asesado y vestido, tomo uno de los inyectables y lo clavo en mi muslo sintiendo el alivio rápido de los síntomas. Tal vez la influencia de los alfas que tengo alrededor, esté alterando mi propia química. Tendré que hacer algunos ajustes en los próximos que fabrique.
Lo ultimo que me conviene es ponerme en celo en la universidad, rodeado de todos esos alfas que me odian tanto que no dudarían en follarme entre todos para mi máxima humillación.
No... eso no puede volver a suceder...
***Sen***
Tomo aire y salgo del camerino intentando mentalizarme para las escenas que tenemos que rodar hoy. No tocaban hasta mañana y pasado, pero al director se le ha antojado adelantarlas por si tenemos muchos fallos. Dioses, sé que lo dice por mi, por mi inexperiencia en este sector y porque la ultima escena subidita que tuvimos Zangetsu y yo, tuvimos que repetir varias veces por mi... reticencia...
-Buenos días, Senbonzakura.- Dice el director acercándose con una gran sonrisa.- ¿Listo para el rodaje?
-Si, por supuesto.- Le digo intentando parecer relajado. En cuanto se aleja y Shinobu se me acerca junto con la maquilladora, lo miro taladrándole con la mirada.
-No me mires así. Sabías de que iba la serie y las escenas que habría que rodar. Ademas, este director suele rodar las escenas saltando de un lado a otro y sin embargo ha aceptado hacerlas en orden cronológico para que te sea más sencillo seguir la trama y meterte en el papel.
-Encima tendré que darle las gracias y todo.- Gruño apretando los dientes.
-Senbon... solo tienes que tranquilizarte. Tomatelo como un juego. Algo que no es real y que cuando griten "corten" se terminará y no tendras que volver a hacerlo.
-Ya, a menos que diga que repetimos.
-Entonces centrate e intenta hacerlo bien a la primera.- Yo lo taladro con la mirada mientras él me sonríe dulcemente.
Como se nota que no tiene que ser él quien se bese y se deje toquetear por ese alfa viejo y gigante.
***Zangetsu***
Sonrío mientras repaso el guion. De hoy no se me escapa.
-Si estas pensando en hacer mal a proposito las escenas para repetirlas, mi consejo como tu ajente es que no lo hagas.
Miro de refilón a Ichimaru sintiendo como un ligero escalofrío me recorre la espalda. Si no fuera porque no creo en cosas sobrenaturales, juraría que este maldito hombre me lee la mente.
-¿Quién dice que estaba pensando hacer eso?
-Tu cara de pervertido.- Creo que es la única persona que se atreve a hablarme de esa forma y eso me hace estallar en carcajadas.
-¿Tanto se me nota?
-Bueno, solo para quien te conozca bien, como es mi caso. Además, sé que quieres a ese chico bajo tu cuerpo y parece ser el único omega en todo el planeta dispuesto a ignorar todas tus señales.
-Senbonzakura se ha convertido en mi reto personal.
-Ah... y el hecho de que sea realmente hermoso y que jamás haya tenido una relación lo suficientemente larga como para considerarse de un alfa, no influye ¿verdad?
-Ya he tenido omegas vírgenes. Los he estrenado yo mismo, pero esta atracción... esta necesidad de conseguir a ese chico...
-Verdaderamente te afectó aquella vez que os cruzasteis y ni te miró ¿eh?
-No es que eso sea muy habitual, pero podría ser parte de mi curiosidad.
-Solo no la cagues demasiado obviamente, por favor. Tienes una reputación que mantener.- Dice antes de abandonar mi camerino.
-La única reputación que quiero mantener ahora mismo, es la de gran alfa irresistible para cualquier omega. Sobre todo para este pequeño y delicioso omega.
***Mugetsu***
La mañana avanza aburrida. Ni Renji ni Grimmjow han venido a clases porque ambos trabajaron anoche.
-Buenos días.- En cuanto veo entrar por la puerta a Kuchiki sensei, siento esa sensación familiar de deja vu.
Todo mi cuerpo reacciona con solo ver sus ojos o su cabello negro, y cuando su mirada fría, pero a la vez cargada de tanto que no dice, se clava en mis ojos, siento un escalofrío al instante. Luego, simplemente lo aparto y lo alejo hacia el olvido. Junto con él.
-Comencemos por donde lo dejamos ayer.
Cuando se gira y nos mira directamente, puedo ver como tiene un par de marcas oscuras en el rostro. Arrugo el entrecejo tomando conciencia de que son morados de golpes aunque matizados con algo de maquillaje. No es que sea un experto por experiencia propia, pero aun recuerdo como la madre de Renji intentaba tapar los golpes que le daba su marido antes de que lo detuvieran.
Además no me pasa desapercibido, el corte en el labio que le es imposible disimular. ¿Qué le habrá pasado?¿Será aficionado a algun deporte de contacto o se metería en alguna pelea ayer?
En un momento dado de la clase, puedo ver como los chicos de las ultimas filas que siempre están protestándole, se levantan como de costumbre y, sorprendentemente, ellos también parecen tener algunos moratones.
-Demasiada coincidencia.- Me digo a mi mismo.
***Byakuya***
Venir al trabajo hoy ha sido realmente duro. Me duele la cabeza y también la espalda. Todo eso sin contar como me he levantado hoy, pero no podía simplemente pedirme la baja o el día libre, ya que yo soy la suplencia de una baja. Creía que después de lo de anoche, Shishigawara estaría algo más calmado, pero parece que lo único que ha hecho es aumentar su frustración.
Cuando estoy a punto de contestarle como ya es costumbre, la puerta se abre y veo entrar a Abarai Renji. Parece que ha venido corriendo por como tiene la respiración alterada y en cuanto sus ojos conectan con los mios, siento como algo en mi interior se remueve. Mierda. Lo de ayer debió influenciarme tanto que lo traspolé a mis sueños y eso, solo lo ha empeorado todo porque ahora, en cuanto lo veo o lo huelo, siento como mi cuerpo no reacciona como lo hacía antes.
-Siento llegar tarde.- Dice como única excusa, a lo que simplemente asiento de forma seca y le indico que tome asiento con la mano.
Me había sorprendido no verlo cuando he llegado, pero su vida o las clases a las que decida no asistir no son cosa mia. No obstante, el recuerdo de sus ultimas palabras sobre que tenía que ir al trabajo y que se había retrasado por ayudarme, acuden a mi cabeza haciéndome sentir un poco culpable por su aspecto demacrado.
***Mugetsu***
-Vaya, creí que hoy no vendrías en todo el día.- Digo mirando como Renji casi se desploma en su asiento.
-Ya, bueno. Tenia especial interés en llegar a esta clase.- En cuanto se endereza y me contesta sin mirarme, veo que su atención está totalmente centrada en Kuchiki sensei y por extraño que parezca, su ceño fruncido no me gusta.
-Eres un masoquista ¿lo sabias?- Le digo intentando sonreír para quitarme esta extraña sensacion de mal estar.
-Puede que no sepas cuanto, pero necesitaba saber si estaba... bien.- Dice escamandome aun más.
-¿Sabes algo de eso?- Le digo señalando con la cabeza a nuestro profesor. Es obvio que Renji sabe el porque de ese aspecto. Él asiente y lo miro más serio.
-Ayer de camino al trabajo me di cuenta de que se me había olvidado el cargador del móvil aquí en clase y pasé a por él. Entonces encontré a Shishigawara y algunos amigos dándole una paliza al sensei.- En cuanto me dice eso, siento como si algo en mi interior se encogiera. La simple imagen del profesor, siendo atacado y apaleado no me agrada como tal vez debería. Una cosa es que se parezca demasiado a quien cambio mi vida, y otra cosa es desearle una paliza de muerte.- Intervine y lo ayudé.
-Así que actuaste como todo un héroe.- Digo viendo como desvia su mirada a sus apuntes y sonríe levemente. En mi pecho una extraña sensacion se acentua dolorosamente.
-Actué como un buen ciudadano y medico. Al igual que habrías hecho tu si hubieras estado en mi lugar.
-Ya.- Digo sin estar tan seguro de ello como él.- Espero que al menos, supiera agradecértelo.- Veo como me mira alzando ambas cejas antes de suspirar.
-Al menos no se metio con mi naturaleza alfa.- Sonríe y por un segundo, todo mi cuerpo se estremece.
-¿Algo divertido que quieran compartir con la clase?- La voz de nuestro profesor nos interrumpe haciendo que ambos nos pongamos más serios, pero cuando pienso que va a atacarnos directamente, veo como mira a Renji y, tras suspirar ligeramente, vuelve a sus clases.- Como iba diciendo...
-Vaya... parece que alguien ya no te odia tanto como ayer.- Digo viendo como Renji sonríe ligeramente de nuevo sonrojándose un poco.
-Puede que nos equivocaramos con él.
-Si. Puede que si.- Digo mirando a Kuchiki sensei entrecerrando los ojos.
Puede que sea algo de familia...
***Sen***
Las dos primeras escenas que rodamos no son mucho más difíciles o intenesas que las ultimas que he rodado. Mi personaje, a pesar de que aun sigue secuestrado, ya no es rehén forzoso de su captor, más bien está comenzando a verle sus puntos buenos y a enamorarse.
Enamorarse.
¿Cómo se sentirá estar enamorado de alguien? Lo cierto es que he visto muchas películas de amor. He leído interminables libros que me han hecho sentir cosas que ni siquiera sé identificar. Pero sentir esas cosas que se muestran en las películas o que se describen en los libros, nunca con nadie en la realidad y el que mi personaje sea un omega que se enamora intensa y locamente de un alfa oscuro, me hace temer no llegar al nivel interpretativo que se requiere.
No quiero quedar como alguien que no es capaz de cumplir con su trabajo. Y mucho menos quiero que la gente adivine que jamás en mi vida, he sentido nada por nadie.
-Senbonzakura ¿listo?
En cuanto la asistente del director me pregunta eso, tomo aire y me dirijo a escena. Cuando llego Zangetsu ya está ahí y la simple imagen de verlo tan solo con unos pantalones de cuero negros ajustados y a medio abrochar, su pecho totalmente desnudo y expuesto y su pelo revuelo y suelto, cayendo sobre sus hombros, me hace jadear.
Mierda. ¿Cómo es posible que a su edad esté así de bueno? Bueno, en realidad Zangetsu no es tan mayor. Solo me saca diez años, pero aun así, es el primer hombre tan mayor que me hace jadear tan solo viéndolo. ¿Pero como no hacerlo? Es puro sexo condensado en un hombre que parece ser consciente de todo su poder y potencial.
-¿Listo?- Me dice de nuevo la ayudante retirándome la bata que cubría mi cuerpo. En cuanto los ojos oscuros de Zangetsu me miran recorriendo mi cuerpo, noto como reacciono. Desvío la mirada sintiendo como mi cuerpo ha comenzado a reaccionar y tan solo llevo un fino yukata, por lo que si me excitara, se notaría al momento.
***Zangetsu***
El aroma de Senbonzakura me golpea en cuanto se acerca. Mmmm delicioso. Siento como la boca se me hace agua tan solo por probar su suave piel y también siento como mis dientes duelen solo por la necesidad de morderlo. No para marcarlo, pero si de forma lasciva que provoque más su excitación, aunque por como está sonrojado y por como su aroma se ha intensificado, sé que lo está. Perfecto, aun tengo la capacidad de excitar a los omegas con tan solo verme.
El director grita acción y me meto en mi personaje sin dificultad. No es que sea un personaje demasiado interesante aunque no me puedo identificar totalmente con él. Un alfa endurecido por la vida y oscuro que se reblandece por el simple hecho de conocer al chico equivocado, o como algunos dirían, el chico destinado a cambiar su destino. So omega destinado, vaya gilipollez. Si el omega destinado existiera, seguramente lo habría encontrado ya, habría acudido a mi en cuanto me hubiera visto ya que soy tan famoso.
-Deberías vestirte.- Le digo siguiendo mi guion. Él alza la vista algo aguada mientras aprieta los labios y siento como mi interior se remueve. Joder, me está poniendo realmente caliente y la necesidad de poseer esos labios que aprieta y se muerde, me hace gruñir por lo bajo, aunque no parece quedar mal, ya que el director no ha dicho de cortar la escena.
-Si lo hago me devolveras a mi familia.- Dice acercándose más a mi, lo que hace que su aroma me golpee con fuerza. Yo lo sostengo por los brazos y lo acerco tanto a mi que puedo sentir su aliento acariciar mis labios.
-Ese era el trato ¿no? Tu me conseguias la pasta y yo te protegía de mis hombres y te devolvía con los tuyos.
-En realidad...- Dice mirándome de manera intermitente, desviando de vez en cuando su mirada.- Aun hay una parte del trato que no he cumplido.
Joder. Su voz ha sonado tan sensual que vuelvo a gruñir haciendo que se aparte un poco, aunque lo sostengo para que no se aparte.- Yo... yo... ah, lo siento, se me ha ido lo que tenía que decir.
Dice mirándome tan confundido como provocativamente inocente.
Ah... Senbonsakura... hoy no te me escapas...