-¿me puedes servir más vino por favor querido?
-claro mi angelito
-¿me puedes servir más juguito de uva por favor papito?
-claro mi bebé
-¡GUAU, GUAU!
-Claro que sí Firulais -decía papá Crowley al perrito de Kristell cuando se bajó a darle un pedazo de pavo por debajo de la mesa
Aziraphale rió muy feliz, él se sentía muy dichoso de estar compartiendo ese momento con su familia
En una bonita mesa de madera roja, la recién familia Sheen Tennant estaba sentada, dejando una silla vacía para Idris aunque su hermanita no supiera porqué
Los tres estaban comiendo del delicioso pavo que papá Azira había preparado con tanto amor, y de la ensalada de manzana que papi Crowley se había llevado toda la tarde haciendo, mientras que el valioso aporte de la niña fue la de haber echado las frutas al ponche
Después de la cena, Aziraphale le pidió a su hija que trajera las uvas para empezar a pedir los deseos, pues las 11:52 habían llegado del 31 de diciembre
Cuando el primero de enero llegó, y el reloj del Big Ben del parlamento de Londres comenzó a tocar las doce campanadas, la inefable familia empezó a comerse sus uvas para pedir sus deseos, pero también, la Reina Isabel había ordenado un espectáculo de fuegos artificiales para que los ingleses lo apreciaran, pero no a todos les pareció muy buena idea
Kristell había tenido constantes pesadillas, de hecho, la misma todos los días que tenía que ver con ella y un arma de fuego. Había veces que la hacían llorar e ir corriendo hasta la recámara de sus padres por su consuelo
Los fuegos artificiales comenzaron a estallar en el cielo, y tanto Firulais como la pequeña Kristell tuvieron por primera vez un cuadro de ansiedad y ambos comenzaron a llorar desesperadamente y a temblar descontroladamente, pues el intenso ruido se escuchaba muy cerca de Soho
Kristell se bajó de la mesa para refugiarse abajo pero se golpeó su frente provocándole una herida que ni si quiera le importó. Cuando la niña comenzó con sus convulsiones, ambos padres se bajaron de la mesa hacia ella para tranquilizarla y que dejara de sufrir, incluso tirando sus copas sobre el mantel -PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ -decía Kristell como si se hubiera trabado, estaba realmente confundida. Sus padres estuvieron con ella en todo momento para decirle que nada le pasaría y que estaba a salvo con ellos.
Los fuegos artificiales por fin cesaron y Kristell regresó en sí después de veinte minutos
-le está saliendo sangre, voy por el botiquín
-corre ángel
-¿Qué pasó papi?
-nada princesa, te dieron miedo los fuegos artificiales
-¿Miedo? ¡Yo no le tengo miedo a nada!
-no mi amor, claro que no, tú eres la niña más valiente que conozco
-luces asustado papi
-es que los fuegos artificiales me asustaron a mí, princesa
-ay papi, no te peocupes, yo siempre voy a estar contigo para protegerte papi (se balancea sobre Crowley para abrazarlo y sobarle su espaldita) -ya, ya, ya, todo está bien papi, ya no tengas miedo, chu chu chu
-gracias mi amor, ya me siento mejor
Después de poner un curita sobre la herida de Kristell, la feliz familia retomó su celebración, terminaron su comida y tomaron muchas fotos para el recuerdo con el celular de Crowley
-bueno, quisiera decir algunas palabras
-sí ángel
-bueno, principalmente quiero agradecer a Dios por esta deliciosa comida que puso hoy sobre nuestra mesa, por la salud de mi hermosa familia y por permitirme estar un día más con ustedes. Agradezco tener un esposo tan comprensivo y noble, y a una hija tan pura e inocente... a veces siento que no los merezco
-¿Y firulais?
-oh cierto, y por tener un perrito que cuida de las personas que más amo
-¿Y Chencha?
-y... por tener una becerrita ¡Muy bonita!
-¿Y Adelfo?
-¡Por todos los animalitos! Que hay en esta casa y en este mundo. No cabe duda de que soy muy dichoso de tenerlos a ustedes como familia, y por eso le agradezco todos los días a Dios
-amén ángel -dijo Crowley quien en definitiva, en cualquier otro caso, no hubiera querido o mejor dicho, no hubiera podido decirlo, pero con tal de tener feliz a su pareja e inculcarle el camino del bien a su hija, él era capaz de ir a misa todos los domingos y ser bendecido con la más bendita agua
-amén mi amor
-¿Por qué?
-para que le demuestres a Dios que serás buena niña mi amor
-¿a Dios?
-sí princesa, tienes que ser una buena niña cristiana como tu padre
-¿cristiana? ¿Eso es una religión?
-sí querida, ahora...
-¿Y por qué las demás personas en vez de fingir que serán buenos ante Dios, mejor no lo cumplen con hechos? ¡Hay muchas personas muy malas allá afuera que se dicen ser cristianos!
Dijo Kristell algo molesta y curiosa ante la propuesta de sus padres, dejándolos en shock. Aziraphale porque quería que fuera una niña religiosa como él y Crowley porque en definitiva, quería que fuera una niña de bien para ganarse el Cielo e ir con su papi Azira y conociera a su hermanito Idris, aunque eso le costara jamás volver a verla
-Kristell...
-¡No gacias! No quiero ser cristiana papá, a partir de hoy, mi deligión será... la de ser buena persona, no sólo decirlo con palabras
Definitivamente Crowley no sabía si estar orgulloso o preocupado por el destino de su princesa, después de todo, no la podía obligar a hacer algo que no quería porque se molestaría y tal vez pensara que él era un mal padre, Crowley no quería que su princesa lo viera como un mal padre, ella se había convertido en todo para él, incluso la amaba más de lo que amaba al propio Aziraphale. No cabe duda que no hay amor más intenso y ciego que el del un padre por sus hijos y Crowley y Aziraphale ya lo habían comprobado...