***Narradora***
Algo dentro de ella se había quebrado, estaba en un shock al que no podía salir. Los gritos de las personas corriendo o de sus guardias luchando, nada de eso le hacía quitar su mirada del cuerpo sin vida de la persona a quien amaba.
Los sollozos comenzaron a emerger por parte del rubio a su lado, el que se supone sería el futuro esposo de la princesa Anna, y padre de su hijo que ahora junto a su madre están muertos.
Ella estaba en shock, no importaba los alrededores ni quien le estuviese hablando, no apartaba sus ojos de los de su hermana que se encontraban abiertos, perdidos. Su rostro pareciera estar mirando concentrada al cielo con sus labios cerrados, pero cuando Kristoff la tomó en sus brazos, aquella mirada estaba más que vacía y sin vida.
La mano pálida de su guardián se posicionó sobre su hombro, ella giró el rostro pero fue cegado del peliblanco por la imagen del príncipe Hans a las espaldas de Jack.
-Por favor, piensa en los siguientes actos y.....
La ronca voz del peliblanco no surgía ni un solo efecto a la atención de la reina, ella comenzaba a fulminar con la mirada al príncipe pelinaranja detrás de +el.
Jack se giró de perfil para ver los motivos de aquella tormenta que emergía de ella, angustiado le devolvió la mirada.
-Elsa......
Un grito de dolor e ira emergieron de su boca y garganta tensada, en ese segundo de dolor y grito, de ella emergió el crujido y el golpe de una fría y azulada brisa y un suelo escarchado.
Quienes la rodeaban consiguieron perder equilibrio y tambalear cuando aquella azulada brisa se extendió, a excepción de Jack, quien no perdió el equilibrio y sólo giró el rostro para evitar el golpe.
Miró algo caer a su lado, por lo que lo tomó entre su puño.
-Vete – Le dijo entre dientes Jack al pelinaranja poniéndose de pie ahora.
-Pero quiero ayud.....
-Has traído caos y dolor a mi reino- Habló la firme voz de la reina, de pie y a sus espaldas en el suelo con Kristoff llorando contra el perfil de Anna -No te bastó con mentir y fingir, ahora tú y tu gente se ha atrevido a atacarlo.
Jackson miró de perfil a Hans, quien miraba confundido aquellas últimas palabras de la reina.
-Yo no lo hice.
-¡Deja de mentir!
Y una brisa más emanó con más fuerza, congelando más el suelo y los escombros del castillo, y esta vez, consiguió que guardias y el príncipe cayeran por un costado, y a Jack sólo dar unos pasos atrás con sus prendas y cabellos siendo agitados.
-Acuso al príncipe Hans y a su reino de las Islas del Sur a traición y quedando....
-Elsa, no lo hagas... -Jack intentó acercarse, pero una fuerza dentro de él, algo que no ha experimentado jamás, ese algo no le permitía avanzar.
-Quedando condenados a muerte.
Hans se puso en pie con los guardias de Arendelle y del Sur mezclados, mirando confundidos tales palabras a excepción de los que pertenecían a Arendelle.
-Sin prisioneros.
Fueron las últimas palabras que dio para que sus guardias intentaran asesinarlo, pero entonces una guerra se desató entre los guardias del Sur y los de Arendelle.
-¡Elsa! ¡Escúchame! -Jack intentaba ir hacia a ella, pero más fuerza se posicionaba en él.
La reina desesperada de aquellas debilidades de peleas, levantó una mano en dirección a los guardias del Sur, para ir atravesando a cada uno de ellos con una gran espina de hielo, quedando prisioneros del hielo que atravesó sus cuerpos.
El príncipe Hans corrió en dirección contraria, los guardias irían tras él pero Elsa les detuvo.
-Me encargaré de él.
Con una mano apuntando en su dirección ya lo tenía, pero una bestia gigante y negra emanó del suelo. Con polvo grisáceo y ojos ámbar.
Rugía igual que el sonido de niños gritando, ocasionando miedo a los presentes, a excepción de ella.
Levantó su mano para atravesar a la pesadilla que sólo funcionó como distracción para que Jackson se colocara frente a ella por fin, gracias a una pesadilla que lo empujó con la suficiente fuerza para salir del campo de contención que había aprisionado a Jack.
-Muévete -Le ordenó la reina.
Jack le miraba con el ceño fruncido y una desafiante mirada.
-No te permitiré asesinar a más personas.
-¿Quieres morir con ellas entonces? -Cuestionó con frialdad y desamor.
Provocando en Jack una punzada de dolor en su pecho, no dejaba de fruncir su ceño.
-Al fin y al cabo, sería como me dijiste -Habló Elsa con el mentón en alto – Te haría el favor de extinguirte y no volverme a ver, fuimos un error.
-No te les acercarás a los aldeanos del Sur ni a su príncipe -Jack le amenazó ignorando las palabras de ella.
-¿Y quién me detendrá? ¿Tú? Un espíritu solo y sin amor en esta tierra al que ni los niños ya quieren ver, ni ellos ni nadie de tu especie te ama.
-Puede que no -Habló con un leve temblor en la mano que sostenía su cayado con caireles – Y gracias a eso no tengo nada que perder.....
La reina levantó su mano para rodear a Jack en un aura azulada y cargarlo en los aires, impulsó su mano hacia atrás para lanzarlo lejos de su reino.
Unas grandes pesadillas de diez metros se levantaron de los escombros para atacar a la reina, pues aquellas pesadillas eran las fieles al peliblanco.
La reina les detuvo con su otra mano con un gran impulso frío y un crujido de hielo.
-¡Llévense el cuerpo de mi hermana y fuera de aquí! -Ordenó Elsa apra evitar que su gente saliera lastimada -Protejan a mi reino, maten a todos los aldeanos del Sur y tráiganme vivo a su príncipe Hans.
Una pesadilla en el aire, consiguió atrapar a Jack entre sus garras con la forma de un dragón negro y grande-
-Gracias -Murmuró Jack.
Se soltó de sus garras y salió volando en dirección al reino.
No tenía más opción que enfrentar a Elsa.
El príncipe Hans subió con la gran cantidad posible de sus guardias y pueblo a unos caballos que corrían en dirección a sus barcos, pero Elsa fue veloz.
Levantó ambas manos con un impulso de fuerza para hacer emerger picos de 10 25 metros que atravesaron los barcos, para así no darles oportunidad de escapar.
-¡A los bosques! ¡Síganme!
Elsa quería continuar congelando todo a su paso, pero las pesadillas continuaban intentando atacarla.
-¡Elsa!
Jackson cayó con fuerza frente a ella, apuntándole con su cayado a la defensa con cada mano aferrando a este.
-¡Vete de reino! ¡Fuera de mi vida!
De los cielos emergían nubes gigantescas, el viento era agresivo y la neblina comenzaba a espesarse.
-Perdóname, pero sólo así podre tranquilizarte.....
De su cayado los brillos azulados se tornaron color ámbar, Jackson juró no volver a usar aquellos dones que Pitch le regresó de aquel juramento que había roto.
No los usó hasta ese momento.
Iba a lanzarle una flecha de hielo de polvo grisáceo y ámbar, pero un eco se lo negó.
-¡Frost!
Una gran mano se levantó a lo más alto del castillo, sorprendiendo a la reina, más que una figura se trataba de una sombra que consiguió atrapar a Jackson.
No por fuera, sino desde adentro. A sus miedos, sus traumas y sus dolores.
-¡No! ¡Pitch! ¡Fuera de mi cabeza!
Elsa le miró con extrañeza, le veía adolorido encogiéndose en el suelo. La pregunta emergió en ella.
¿Debería ayudarlo?
Su dolor y odio por Hans fue más grande, que sólo decidió borrar su angustiada expresión por una de seriedad y dejarlo atrás.
La figura de Pitch apareció en la sombra negra que los rodeada, se arrodilló de una pierna para poner una mano en el tembloroso hombro del peliblanco.
-Son sólo pruebas que ella debe enfrentar, no te cruces en su camino......ni en el mío.
Una daga formada por ese hombre oscuro, lo atravesó de las costillas con un grito acompañado del peliblanco. Y por último, la daga le acarició la mejilla a Jackson.
Apretaba sus ojos con fuerza, sintiendo cómo todo dentro de él se tensaba-
-¡Jack! ¡Jack Frost!
Una mano le pescó de su gorrillo para sacarlo de la sombra que lo atemorizaba. Fue arrastrado hasta una pila de escombros.
No quería abrir sus ojos, ya no más.
-¡Jackson!
Su rostro fue palpado por leves golpes que le hicieron abrir levemente sus ojos azulados.
En su borrosa visión ubicó a Conejo, quien le inspeccionaba el rostro.
-Vamos ¡Reacciona!
Pero no lo hacía, miraba con inseguridad a Conejo, estaba en shock.
El espíritu miró a sus alrededores sintiendo lástima por no poder hacer nada, este asunto ya estaba perdido.
-Vámonos....
Jackson perdió su mirada en cuanto Conejo le ayudó a ponerse en pie con torpeza, estaba sangrando por un costado y su mejilla estaba inflamada.
La reina no sólo ordenó los asesinatos, sino que creó más guardias de hielo con fines de asesinar a Hans.
Tenía que emerger su verdadera fuerza de ella, se volvería La Reina de las Nieves y no existiría nada ni nadie quien la hiciera cambiar de parecer, y si lo intentaran, sería peor.
Pitch ganó con ella y ella ganaría miedo del príncipe asesino y los testigos de quién era ahora.