Un final inesperado.
Esto apenas estaba empezando...
Cristian.
Aún nos encontrábamos en el vestidor del equipo de futbol y Sebastián había empezado a hacerme sexo oral, su lengua recorría cada parte de mi miembro: subía, bajaba, lamía, chupaba, simplemente me sentía en el cielo.
- Seb, para ser la primera vez que haces esto, eres muy bueno- dije en medio de pequeños gemidos que salían de mi boca.
- Bueno, supongo que es parecido a comer un cono de helado, sólo que este es caliente- me respondió con una voz seductora.
Continuó con la felación durante unos cuantos minutos, sentía la necesidad de penetrarlo, de hacerlo mío, que nuestros cuerpos y nuestras almas se unieran al son de una melodía apasionada y que hasta lo mas ínfimo de nuestros espíritus se conectaran.
- Seb, quiero hacerlo- me miró fijamente y vi cómo se levantó del suelo y se dirigió hacia su casillero, saco su pantalón y luego su cartera.
- ¿Qué estás buscando? - pregunté un poco confundido- aún no hemos terminado como para que me des mi paga. El sólo río y sacó un par de condones de su billetera.
- Busco el globo Criss, tú sabes, sin globo no hay fiesta.
Eso me provocó mucha risa, Sebastián y su típico humor sacado de onda.
Una vez mas se agachó y lamió mi miembro hasta dejarlo mas duro que una roca, me puso el condón y me pregunto:
- ¿Estás preparado para esto? - no le contesté, solo lo "tiré" al suelo y lo puse en "cuatro" me acerqué a su gran trasero, era blanco como la porcelana, grande, duro y redondo.
- ¡Qué buen culo tienes! – Seb iba a decir algo, pero fue callado de golpe por el placer, ya que empecé a dilatarlo, después de todo era la primera vez que iba a ser penetrado y no quería hacerle mucho daño. O tal vez sí.
- Cristian, ¡estoy muy excitado, mételo ya!- y lo obedecí, introduje suavemente la cabeza de mi pene, lo hice con suavidad y ternura, él se estremeció ante eso, y empezó a soltar pequeños chillidos.
- ¿Estás bien? ¿Quieres que pare?
- No, está bien, me duele un poco pero no importa, solo tendré que acostumbrarme.
Seguí introduciendo mi miembro hasta que estuvo por completo dentro de él, quería hacerlo con amor, con ternura y sensibilidad, pero...
Sebastián.
Me dio como a rata en balde, como cajón que no cierra, como a Gillette en lavamanos, ¡Ese hijo de puta me iba a romper en dos!
- Cristian, son 21 centímetros de carne dentro de mí y me estás embistiendo como toro a torero- le dije entre gemidos en plena carnicería, el sólo río emocionado, parecía un niño jugando su juego favorito con su juguete favorito.
Era doloso, pero me gustaba la idea de que el estuviese dentro de mí. Para mi el sexo siempre ha sido una forma de conectarse a cabalidad con el ser amado, no sólo son sus cuerpos los que se unen, sino también sus almas, sus espíritus y sus mentes. Aunque en ese momento no estaba pensado en eso ya que el estaba prácticamente "rompiéndome el culo"
- Oh Sebastián ¿porque no hice esto desde el primer día en que te vi? es tan rico, tu eres tan rico- me decía al tiempo de que sus embestidas iban acrecentándose. Sacó su miembro de mi y me levanto del piso.
- Intentemos algo- me dijo emocionado.
- A ver- me puso frente a él, cara a cara y tomó mi pierna derecha y luego mi izquierda hasta que quedé totalmente suspendido del suelo y así empezó la "faena" de nuevo.
Cristian.
Era un poco difícil hacerlo en esa posición, lo subía y lo bajaba de mi miembro mientras el parecía estar en otra galaxia, la galaxia del placer. Era un poco complicado ya que, al igual que yo, Sebastián era un hombre alto y fornido, pero las ganas me dieron la fuerza para hacérselo. Quería que nunca olvidara ese momento.
Después de eso hicimos varias posiciones, el tiempo parecía no transcurrir, parecía haberse detenido a observar como hacíamos el amor en todas las posiciones y en todas las partes.
- Seb creo que estoy próximo a correrme- le dije mientras lo embestía contra una pared.
- Hazlo- me dijo un susurro cargado de placer- aceleré mis embestidas, le hice el amor como a nadie se lo había echo en toda mi vida, el placer había poseído hasta la partícula mas pequeña de mi ser y dejé que el liquido blanco y caliente saliera de mi...me sentí en el cielo en ese instante. Lo escuché gemir a él, decir mi nombre con pasión hasta que también pude ver como e vino sobre la pared en la que estaba recargado. Salí de él, me quite el condón cargado de mi semen y me tire en el piso agotado, él se posó a mi lado.
Nos miramos fijamente bajo la pálida luz que entraba por las rendijas del vestidor, vi sus hermosos ojos avellanas, sus pupilas totalmente dilatas y una sonrisa embozó de su rostro, una sonrisa que se convirtió en una carcajada, y luego en un...te amo Cristian.
Seb.
-Yo también te amo a ti Sebastián.
Estuvimos unos segundos recostados en el suelo, las voces de algunas personas aun se escuchaban en el campo de juego, estaba por terminarse el show de clausura y debíamos salir de ahí antes de que alguien nos descubriera. Fuimos a tomarnos una ducha caliente. Ver el cuerpo de Cristian me embelesaba, era tan definido, sus nalgas eran tan perfectas y su miembro dormido aún lograba verse grande. Simplemente me encantaba.
Nos vestimos rápidamente y salimos de nuevo al campo, como si nada hubiese pasado. Al salir todos están celebrando, nuestros amigos nos preguntaron en donde estábamos a lo que Cristian respondió.
- Fuimos por algo de comer a la pizzería de la esquina.
Lo mire y solo sonreí y respalde su versión de los hechos, después de todo si habíamos "comido"
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Al día siguiente se llevaría a cabo el baile de invierno, era el ultimo día del año escolar y estaba muy emocionado. Cristian y yo estábamos en la casa de April esperando a que ella terminara de arreglarse para ir al baile. Los padres de April eran un amor de personas con Cristian y yo, además de mi amiga, ellos eran los únicos que sabían lo que pasaba entre nosotros.
- Debo decir que se ven terriblemente hermosos juntos, es decir ambos son unas bellezas, inteligentes, aplicados, los mejores deportistas en toda la escuela. Ojalá y lleguen algún día a casarse, serian una pareja esplendida- nos dijo Elisabeth, la madre de April.
Al oír eso mi corazón se estremeció...pasar una vida entera con Cristian, nunca había vislumbrado esa posibilidad. Todo lo que estaba viviendo y sintiendo por el era tan nuevo, tan fuera de lo común e imaginarme despertando con el cada mañana, teniendo hijos y hasta un perro con él en algún momento me daba miedo. En ese instante sentí como su mano se posó sobre la mía, lo miré y me di cuenta de que aquellas esmeraldas me miraban fijamente.
- Me sentiría el hombre mas feliz del mundo si eso llegara a pasar- dijo
En ese momento el miedo se fue y supe que el seria mi última parada.
Lo que no sabia era cuan equivocado estaba.
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hola lectores, disculpen haber desaparecido por tanto tiempo, la universidad fue terriblemente pesada este semestre. me pasaron mi y un cosas, entre ellas mi corazón roto en mil millones de pedazos nuevamente (risa sarcástica). fui el mejor proyecto de mi semestre de arquitectura y ya sólo me quedan dos años para graduarme. Ahora que estoy de vacaciones tendré todo mi tiempo para escribirles a ustedes. Hoy subiré el final de esta historia y el inicio de su secuela. estén atentos y gracias por tanto amor.