Forelsket |Thorki|

By Just_DustNBones

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Forelsket: Euforia propia de la primera vez que uno se enamora. More

Introducción
00. Loki
01. Loki
02. Thor
03. Loki
04. Thor
05. Loki
06. Thor
08. Thor
09. Loki
10. Thor
11. Loki
12. Thor
13. Loki
14. Loki
15. Loki
16. Loki
17. Loki
18. Loki
19. Loki
20. Thor
21. Thor
22. Thor
23. Thor
24. Thor
25. Loki
26. Thor
27. Loki
28. Thor
29. Thor
30. Thor
31. Loki
32. Loki
33. Thor
34. Loki
35. Thor
36. Loki
37. Loki
38. Loki
39. Thor
40. Thor

07. Loki

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By Just_DustNBones

Contrario a lo que pensaba, papá no me ha visto con Thor o sospecha que entre nosotros está naciendo una amistad. Él conduce por el camino que lleva a casa, la radio está encendida y sus facciones son relajadas. Ha intentado iniciar una plática, pero debido a los monosílabos y falta de interés que doy como respuestas, se ha dado por vencido optando por concentrarse en la autopista. Su amplia sonrisa me lleva a cuestionar lo que está planeando y no es hasta llegar a casa, ingresar y ver a la invitada sentada en el sofá de la sala que lo entiendo. Han pasado años desde la última vez que conversé con ella, unos siete para ser exactos. Papá carraspea para darnos a entender que sigue ahí, su sonrisa no se ha borrado y hasta cierto punto, me genera escalofríos.

—Muchas gracias por recibirme, señor Laufey —menciona la joven con un poco de timidez y sonrojo en las mejillas.

—Los voy a dejar solos para que puedan conversar —responde papá dejando el lugar. Sube las escaleras a un ritmo rápido y escucho la puerta de su habitación cerrarse.

Un suspiro escapa de mis labios, lanzo mi mochila hacia el sofá y mis brazos se cruzan a la altura de mi torso.

—Loki…

—Sigyn.

—Ha pasado mucho, ¿no crees?

—¿Por qué estás aquí?

—Siento no haber asistido a tu décimo cumpleaños y luego desaparecer. Sé que de nada vale explicar mis razones cuando han pasado siete años, pero aún así quiero que las escuches y con suerte, podrás entenderlas.

—Adelante. Te escucho.

Sigyn juega con un mechón de cabello rubio, este se enrieda entre los dedos de su diestra, segundos después, libera el cabello que se mezcla con los demás rizos que caen sobre sus hombros. Sus palmas se mueven inquietas hasta capturar el cierre de su chaqueta. Todo en  ella es una perfecta definición del nerviosismo. Cuando suspira cierra sus párpados y la escucho contar hasta tres en un murmullo. Observo sus movimientos y como soy recibido por el azul intenso de su mirada al termino del conteo.

—No quise irme, pero debes comprender que era un asunto que escapaba de mis manos. Le rogé a papá no cambiarnos de ciudad, no obstante, él no escuchó el pedido de una niña de diez años. Las maletas estaban hechas y nos iríamos el mismo día de tu cumpleaños. Lo único que él me dio fue tiempo para despedirme. No lo hice, no pude venir y decirte adiós porque temía que fuera la última vez. No quería que... —se detiene en medio de la explicación. Sus mejillas han vuelto a colorearse de rosado—. Para mí despedirme era de forma definitiva, significaba que no volveríamos a encontrarnos y en mi mente, creí que lo mejor era irse sin decir nada. Lo siento, Loki. Han pasado siete años y la verdad es que jamás imaginé ser recibida con los brazos abiertos porque no es tu estilo, ¿no es así? Nunca lo fue, era yo quien plasmaba besos en tus pálidas mejillas y te abrazaba como si fueras un oso de peluche.—Agacha la cabeza viendo sus zapatos blancos como lo más interesante del universo.

Quiero creer que los sollozos son producto de mi imaginación, pero ellos están ahí taladrando mis oídos y quebrando mi corazón en diminutos pedazos.

—Pequeña Sigyn —comienzo haciendo alusión a la forma en que solía llamarla por ser menor por algunos meses—. ¿No te dije una vez que si quieres llorar mis brazos te recibirían gustosos? —agrego extendiendo las extremidades a mis lados y recibiendo el peso extra que por poco me hace caer. Recupero el equilibrio y envuelvo mis brazos alrededor del cuerpo de Sigyn que incrementa su llanto incapaz de creer lo que sucede. Lágrimas empapan mi camisa blanca del uniforme. Al separarse, ella se disculpa por el desastre—. ¿Te sientes mejor?

—Sí, gracias —responde. Utiliza el dorso de su mano para limpiar el rastro de lágrimas en su rostro. Me sonríe como en los viejos tiempos cuando nuestra amistad era inseparable. Con un simple gesto puede llevarme al pasado—. No quiero seguir molestando, lo mejor será irme.

—¿Ahora vives en la ciudad?

—Sí. Papá ha aceptado que aquí está su hogar. Espero no haberme perdido de mucho.

—Sigue siendo igual de aburrido.

—¿Nada ha cambiado?

—Bueno, ahora estás aquí.

Una pequeña carcajada llega hasta mí. Sigyn evita mirarme más de lo debido casi como si ocultara algo por la manera en que muerde su labio para evitar que las palabras escapen.

—¿Podemos volver a ser amigos? —pregunta después de un corto periodo de silencio. Tiene miedo de lo que puedo decir porque ha vuelto ha jugar con un mechón de cabello en espera de una contestación.

—Sí.

—¿De verdad?

—¿Quieres que me arrepienta de mi decisión?

—¡No, no! —Se apresura a responder sin saber que se trata de una broma—. Te extrañé, Loki.

—También yo.

Sigyn da comienzo a un nuevo abrazo que me toma por sorpresa. Poco acostumbrado a una acción tan inesperada, pertenezco rígido hasta que reacciono cuando ella deposita un breve beso cerca de mi pómulo. Su sonrisa ya no lleva los frenos de antes. Es diferente a como la recordaba, sin embargo, su esencia sigue ahí. Sin pensar demasiado en los detalles, me limito a disfrutar el momento.

○●○

Sigyn aumenta el volumen de la televisión en cuanto la pantalla transmite el videoclip de su banda favorita. De pie, con la voz de Axl Rose de fondo, comienza a moverse al ritmo de la canción imitando al cantante casi a la perfección, ella ríe y tomando mi mano me invita a acompañarla. Estoy estático sin saber que hacer hasta que ella baila alrededor mío moviendo sus caderas insitándome a realizar lo mismo. Está cantando a todo pulmón sin importarle si alguien puede escucharla. Me lleva por toda la sala sin parar de danzar hasta que la canción concluye justo en el mismo momento que papá desciende por las escaleras hasta llegar a nosotros. Acudo a su encuentro al escuchar su llamado dejando a Sigyn con su pequeño espectáculo.

—Veo que se están divirtiendo, es bueno recuperar el tiempo perdido —dice elevando las comisuras de sus labios. Con discreción, lleva su mano hasta el bolsillo de mi camisa para depositar un objeto. Guiña un ojo de forma cómplice y no es hasta que obtengo el contenido que entiendo su actitud—. Por si lo necesitas —explica evitando sonreír—. Volveré en unas horas —anuncia llegando hasta la puerta y cerrándola una vez que se va de la casa.

Estoy en mi sitio viendo el empaque plateado que esconde un preservativo. Parpadeo sin poder creer lo que ha sucedido y de no ser por la voz de Sigyn que me libera de mi trance, habría continuado perplejo. Me apresuro en guardar el objeto y retornar a la sala.

—Debo darme una ducha si no te molesta.

—Para nada. Te esperaré aquí. —Ella agarra mi mochila del sofá para lanzarlo en mi dirección.

Atrapo mi pertenencia en el aire, doy media vuelta y subo las escaleras que llevan a mi alcoba donde cierro la puerta y oculto el preservativo en uno de los cajones de la mesita de noche. Insulto a papá a la par que camino hacia el baño con una toalla sobre mis hombros.

○●○

La puerta de mi habitación está abierta por si llega Laufey, no quiero que tenga una idea equivocada de lo que sucede entre Sigyn y yo. La música está a un volumen moderado, son un poco más de las cuatro de la tarde, ambos estamos acostados sobre el colchón después de haberle invitarle el almuerzo. Descansamos mirando el techo, cantando entre susurros y riendo ante una anécdota de nuestro pasado juntos. Cuando se aburre, ella camina hasta el librero viendo lo que hay ahí. Su dedo índice pasa por el lomo de los distintos libros, lee cada uno de los títulos en  voz alta hasta detenerse en el último. Su mirada conecta con la mía y comprendo el porqué. No es un libro lo que está señalando, es el cuaderno que me regaló Thor en mi cumpleaños. Ella consigue el objeto abriendo sus páginas en blanco, quizá esperando leer algo que haya plasmado en ellas. Observa la portada trazando los detalles en relieve y de color dorado.

—¿Quién te regaló esto? —pregunta dándome la espalda.

—Lo compré yo.

—No o habrías escrito en él. Además —dice volteando con el cuaderno abierto de par en par—, hay una nota aquí, Loki.

Voy a su encuentro intrigado por sus palabras. Con mi pertenencia en manos, afirmo lo dicho por Sigyn. Observo la caligrafía desigual pero comprensible que no ha cambiado mucho en siete años.
Todo este tiempo tuve una nota por parte de Thor que jamás vi. Le doy una rápida mirada porque prefiero leerlo con detalle cuando me encuentre a solas. Sigyn se dirige hacia la ventana que tiene las cortinas abiertas. Desde mi posición solo puedo verla a ella.

Sigyn suspira, sube el cierre de su chaqueta, vuelve a mí para despedirse y puedo jurar que logré diferenciar decepción en sus palabras.

—Puedo acompañarte a casa —digo antes que se vaya. Ella niega desde el umbral de la puerta.

—Tienes un asunto pendiente —contesta con un tono extraño de voz. Se va sin darme más tiempo para retenerla.

La música ha llegado a su fin, en medio del silencio procedo a leer la nota que no sabía que existía hasta este momento.

Loki:

Disculpa mi letra torcida y a veces incomprensible. ¡Juro que estoy tratando de mejorarla!
Pero, esto no se trata de mí, he dejado este pequeño escrito en tu regalo con la esperanza que lo encuentres conforme vayas escribiendo en el cuaderno hecho especialmente para ti.

Sé que hablarmos está prohibido por razones que ni tú y yo sabemos. Una rivalidad entre nuestros padres que terminó por involucrarnos a los dos cuando no tenemos ni una idea de lo que está sucediendo.

Mis interrogantes por hallar una digna respuesta fueron hechas desde que era un niño. Estaba curioso por el vecino, pero sin poder acercarme por orden de Odín. Intenté aprovechar algún momento suyo de distracción, pero él siempre descubría mis planes de querer entablar una amistad contigo. Por eso me limité a observarte a través de la vereda que separa nuestras casas. Eras un niño muy solitario hasta que Sigyn llegó a tu vida. Te vi correr por lo extenso de tu jardín tratando de atrapar a tu amiga, reían yendo de un lado a otro, comían sentados en el césped evitando realizar alguna travesura. Yo estaba rodeado de amigos, pero era como si no estuvieran ahí conmigo. Cada vez que te escuchaba reír deseaba haber sido yo el causante de traerte alegría, tiempo después comprendí que sentía celos porque quizá si hubiera desobedecido a padre, pude haber ocupado el lugar de Sigyn. Quería ser yo, lo anhelaba más que el último videojuego del mercado.

Madre me aconsejó que nunca es demasiado tarde y por ese motivo, estoy escribiendo esta nota para hacerte saber que sin importarme un futuro castigo, te ofrezco mi amistad.

No sé cuánto te tomará leer lo que he dejado plasmado o si alguna vez escribirás en las hojas de este cuaderno. Quiero creer que si lo harás y que será más pronto de lo esperado.

¡Casi lo olvido!, ¡feliz cumpleaños, Loki!

-Thor

Elevo la mirada al finalizar. Con un nudo en la garganta camino hasta la ventana para cerrar las cortinas, sin embargo, me detengo al observar a Thor del otro lado. Él ve el cuaderno que todavía llevo en manos, me apresuro a tomar mis lentes desde el escritorio cercano para poder diferenciar sus movimientos con más claridad. Thor intenta sonreír desde la lejanía.

—¿Lo leíste al fin? —pregunta elevando el tono de su voz. Asiento con la cabeza al no poder hablar—. ¿La muchacha era Sigyn, verdad? La vi hace minutos en tu habitación.

Asiento otra vez apretando el cuaderno contra mi torso. Mi mente grita que debo decir algo, pero las palabras no encuentran el mecanismo de salida.

—Es bueno volver a verla —añade y sé que está mintiendo por su forma de haberlo pronunciado.

Thor cierra las cortinas, hay ruido en su habitación proveniente del estéreo que amortiguan mis llamados una vez que consigo encontrar mi voz y eliminar el nudo en mi garganta.

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