02
La organización Akatsuki: Información importante.
Narrador omnisciente.
C A P Í T U L O A G R E G A D O.
E D I T A D O
La azabache miró al viejo Kenzo con una sonrisa de victoria y se subió sobre de este luego de hacer una reverencia, frente a ella se encontraba Sasuke mirándola desde la salida de la guarida de Orochimaru. Estaba consciente de que debía de cumplir con la misión que su sensei le había mandado por medio de una nota, en la que se le olvidó mencionar que también su compañero estaba al pendiente de la situación. A Kanade, le costaba demasiado tener que dejar un tiempo indefinido a Sasuke, pasaban tanto tiempo juntos que llegó a olvidar lo que se sentía vivir en soledad.
—Vuelve lo más antes posible —indicó, acariciando la cabeza del gran jefe Águila.
Caminó lentamente hasta detenerse a la rectitud del cuello de la majestuosa ave y miró a la azabache quien se inclinó un poco para juntar sus labios en un sencillo beso que transmitió seguridad a ambos de que pronto volverían a juntarse. El azabache retrocedió unos pasos dejando que Kenzo despegara sin preocuparse de que la fuerte corriente de aire le causara daño y en cuanto Kanade desapareció tras la altura de los arboles, este se dio media vuelta adentrándose de nuevo a la guarida.
Acomodó su collar en el cuello y pudo sentir los ojos de Kenzo – sama, mirándola de reojo. Ella, le había contado acerca del origen de dicho collar causando una burla por parte de este que siempre mencionaba lo afortunada que era al tener a un chico tan apuesto dispuesto a asesinarla.
— ¿Usas el collar por lastima o por algo más? —ella giró los ojos con fastidio y negó con la cabeza.
—Tiene la emblema de mi clan, es por eso que es especial —contestó, siendo sincera con el gran ave y tratando de no ser tan fría.
El silencio incómodo comenzó, causando algo de polémica en el cuerpo de la azabache, odiaba hablar sobre su relación con Sasuke con quien le preguntara, era algo que deseaba mantener en secreto o más bien, algo que solo compartía con quien lo vivía. Era una relación extraña, algo que no deseaban terminar pero, que pensaban en desaparecer cuando todo se ponía difícil y provocaba sentimientos mutuos difíciles de superar.
La azabache, miró en dirección a su collar, recordando todo lo que significaba para ella. Todo lo que había dejado atrás en cuanto decidió abandonar la aldea de Konoha.
Recordó a la única persona que la había amado a pesar de que ella no. Naruto, aún estaba en su cabeza a pesar de todo el tiempo que había transcurrido, lo único que podía imaginarse era que el rubio la odiara después de traicionarlos al desertar. No podía volver con su equipo, aún no estaba lista para ello, pero sabía que tarde o temprano tendría que volver con los suyos y recuperar aquel collar que una vez le devolvió a Naruto.
Extrañadamente, le agradaba compartir momento con Sasuke, le gustaba estar con el a pesar de que ninguno de ellos se sincera, prefería que fuese de esa manera ya que ambos eran de dicha forma. En cierto modo, le desesperaba, pero la mantenía al margen, era una linea de limites completamente diferente que ambos habían marcado para no ser tan vulnerables.
El tiempo comenzó a transcurrir demasiado rápido. Tanto que la noche comenzó a adueñarse del cielo y el gran águila no tuvo más opción que detenerse para descansar, su primer día había sido bastante agitador sobre todo cuando llevaba encima a una chica testaruda de comportamiento engreído. Kanade, no era lo que todo mundo quisiera como una compañera, ya que esta siempre estaba a la defensiva y atacaba al recibir algún consejo o ya sea cualquier sermón.
—Descansaremos, retomaremos nuestro camino al amanecer —anunció, siendo lo más serio posible para que la chica no se negara.
Ambos descansaron, cerrando los ojos con confianza de que nadie los emboscaría y dejaron que la noche pasara rápidamente hasta que sintieron los delicados rayos del amanecer chocar contra sus rostros, fue así como Kanade se levantó y revisó una vez más sus armas en su mochila para asegurarse de que todo estaba bajo control y al mirar por encima de su hombro, vio al gran sabio estirar sus alas con cansancio.
De un solo brinco, se subió a la espalda del águila quien comenzó a volar de nuevo lo más rápido posible, tardarían un poco en llegar a la ubicación planeada ya que su viaje comenzó en los limites, justo en el país de los campos de arroz donde se hallaba oculta la guarida de Orochimaru.
Pasaron por varios lugares que la azabache conocía, uno de ellos eran los limites de Konohagakure en donde solía entrenar la fuerza bruta que el quinto Hokage le enseñó durante su último año en la aldea. Tenían que ir más allá si querían llegar donde se hallaba la guarida y se llevaban acabo las reuniones de los miembros de dicha organización, Kanade tenía que encontrarse con el miembro que servía tanto a Orochimaru como a Bushido – sama.
Kanade, activó su sharingan al sentir el chakra cercano de alguien familiar y le dio una indicación al enorme águila de que descendiera, lo que hizo después de unos segundos en silencio. Se bajó de su espalda y comenzó a caminar para acercarse a un campo donde se había llevado una extraña batalla, habían dos cuerpos muertos y al acercarse a uno de ellos pudo sentir el ligero toque del chakra de Uchiha Itachi.
—Utilizaron estos cuerpos para hacer tiempo, seguramente los miembros de la aldea cayeron en la trampa —se cruzó de brazos y miró a la dirección por donde seguramente se marcharon los de su antigua aldea.
—Tienes razón, estoy seguro de que estuvieron preparándose para esto, después de todo, Akatsuki no se movería sin tener en mente un plan y seguro previeron que los ninjas de Sunagakure irían tras su Kazekage —aseguró.
— ¿Akatsuki? ¿Kazekage? —preguntó confundida, mirando al águila asentir en silencio.
¿Qué era lo que deseaban? ¿Que tenía que ver el Kazekage con ellos? Habían pasado tantas cosas en dos años que se cuestionó la confianza que Bushido – sama sentía hacia ella, ya que él le informaba los movimientos de Konohagakure en secreto de su gran amigo Orochimaru ya que este sería el primero en preguntarle que era lo que ocurría con su antigua aldea.
Bushido – sama, le confió dicha información a gran sabio Kenzo y este, se lo estaba confiando a ella ya que estaban en una misión de recopilación y por lo tanto tenía que estar enterada de lo que ocurría en ese momento con los movimientos de dicha organización.
—Son ninjas renegados de categoría S, por así decirlo son muy poderosos. Orochimaru y Bushido, fueron parte de dicha organización pero solo uno de ellos abandonó su cargo —admitió, refiriéndose al de piel pálida—. Bushido – sama, aún pertenece a la organización para hacer sellos y todo lo que ellos necesiten, él, fue quien capturó al Nibi con su técnica de sonido y mezcla de aire parecido al Shinra tensei —miró al cielo y sonrió levemente—. No sabe porque Akatsuki hace esos movimientos de capturar a las bestias con cola, pero está seguro de que es para algo importante por eso dijo que tenían en mente empezar sus movimientos después de varios años —explicó.
— ¿Por qué no le dicen a Bushido – sama lo que planean?
—Ese tacaño es muy difícil de manejar, un día puede estar en contra de Akatsuki y otro día puede estar apoyándolos. Siempre se refirió a si mismo como una persona libre, ni siquiera le hace caso a su esposa a pesar de que es la Hokage y su superior, ¿por qué crees que lo acepté como mi discipulo? —la azabache se encogió de hombros indiferente—. Porque hace diferentes movimientos para salvarse a si mismo, es avaricioso y ese tipo de personas me agradan. En pocas palabras, es idéntico a ti, puedes traicionar a quien quieras cuando te lo propongas porque no le perteneces a nadie —aseguró, dando justo en el clavo.
—Entiendo... Eso quiere decir que puedo encontrarme con Naruto aunque trate de evitarlo —se levantó para acomodar su porta armas—. Es mejor que continuemos de una vez —se detuvo y miró al águila—. Si Bushido – sama a capturado al Nibi, ¿significa que están haciendo movimientos para capturar a los Jinchuriki?
—Ese chico sigue en tus pensamientos, ¿no es así?—preguntó con cautela.
—Naruto, es un Jinchuriki. Eso quiere decir que van tras él, es normal que piense en él en este tipo de situaciones —admitió, regresando la mirada en dirección a su destino.
El águila asintió con calma y notó como la chica fruncía el ceño dubitativa, como si estuviera uniendo cabos acerca de lo que estaba ocurriendo con la misión de los chicos de su antigua aldea.
— ¿Quién es el Kazekage? Si lo han capturado debe de ser uno de ellos.
—Es el más joven hasta ahora, Subaku no Gaara —una pequeña sonrisa sarcastica apareció en su rostro.
La azabache se subió a la espalda de águila con tranquilidad y acomodó su cuerpo.
—Recuerdo, tiempo atrás, que mencionó que un Jinchuriki no puede vivir una vez que su Bijuu a sido extraído de su cuerpo, ¿eso quiere decir que Gaara podría estar muerto? —levantó la mirada, tratando de adivinar cuanto les faltaba para llegar a la ubicación planeada.
—Si, morirá en cuanto Shukaku sea extraído de su cuerpo —sentenció con seguridad y escuchó una risa por parte de la chica.
—Le duró tan poco el gusto de ser Kazekage. Pobre Gaara... —murmuró, una sonrisa apareció en el rostro del águila al sentir la poca compasión que transmitía.
Kenzo – sama, despegó con fuerza ocasionando una increíble ventisca que sacudió los arboles de su alrededor y apresuró su aleteo tratando de llegar a la ubicación lo más pronto posible. Era claro que ambos estaban entusiasmados por llegar y ver lo que se encontraran frente a ellos, muy en el fondo, Kanade quería saber sobre sus antiguos compañeros de equipo y necesitaba estar segura de si habían madurado, si Sakura fue capaz de fortalecerse y capaz de no quedarse tan solo con los brazos cruzados.
Fueron dos años los que transcurrieron desde que abandonó la aldea para entrenar y por ello, estaba dispuesta a demostrar sus capacidades de combate porque, maduró durante todo el tiempo que estuvo en la guarida con Sasuke, el compañero que había elegido.
Un par de horas fueron las que transcurrieron hasta que Kanade, observó a lo lejos la guarida destruida provocando que desconfiara por completo de la situación. No podía deducir lo que ocurrió dentro de ella, así que comenzó a descender con el enorme águila creando una ráfaga que movió algunas piedras de la demolición.
En cuanto aterrizó, se bajo del águila con tranquilidad y le indicó que desapareciera, al igual de que lo llamaría en cuanto lo creyera necesario. Kenzo – sama, hizo caso a la petición de la chica y desapareció tras una bola de humo que llamó la atención de varias personas que se encontraban a una distancia desfavorable de la guarida.
Todo lucía espantoso, por lo que Kanade interpretó que una batalla había sido llevada acabo en dicho lugar, las marionetas que yacían en el suelo le alertaron que el aliado de su sensei había sido quien se enfrentó contra quien se le puso de frente así que comenzó a buscar señal alguna de este. Pero, detuvo su búsqueda al ver tres cuerpos en el suelo junto a algo parecido a un extraño sello de cierre.
Era lógico que ese sello provocaba que el individuo dejara de moverse, alguien con experiencia lo había conseguido para así poder matarlo con aquel golpe final y si ese cuerpo era el único en dicha situación, significaba que se trataba de la persona que la azabache estaba buscando.
Lo que le faltaba... Encontrar a quien buscaba muerto.
— ¿Cómo pudiste ser vencido? Se supone que eres un ninja renegado de categoría S —se cuestionó con una mueca y se colocó de cuclillas para mirar a dicho sujeto.
Por el estado en el que se encontraba era claro que había muerto, se sorprendió bastante, ¿quien fue capaz de vencer a un renegado de categoría S? Debió ser alguien fuerte como para haber sobrevivido a todos los ataques de las marionetas que lucían poderosas, cada una se mostraba con armas en sus manos y conocía a la perfección dichas técnicas, las marionetas eran difíciles de controlar, ¿el sujeto con el nombre de Sasori fue capaz de mover a las tantas marionetas? Si sus suposiciones eran ciertas, ¿por quién se había dejado vencer?
—No creo que te hayan ganado, fuiste tú quien se dejó vencer, ¿no es así? —preguntó, moviendole la cabeza con una espada para mirar su rostro con una sonrisa de fastidio.
Ya no muy lejos, se encontraba un escuadrón conocido de Konoha que sintió la presencia de alguien poderoso que se detuvo en donde se llevó acabo la batalla contra Sasori y fue así como el ojiperla activó su Byakuugan dispuesto a saber quien era la persona que estaba a la distancia.
Pronto, sus labios se abrieron levemente al ver la figura de alguien que no creyó volver a ver y desactivó rápidamente su Dōjutsu concentrándose solo en la persona a quien volvería a ver después de dos años desde que abandonó la aldea según para entrenar.
— ¿Quien es? —preguntó Lee al ver a su compañero tan sorprendido.
—Uchiha Kanade, es la persona con quien nos encontraremos al llegar al derrumbe —informó.
— ¡¿Kanade – san?! —preguntó asombrado y miró hacia el lugar al que se dirigían.
— ¡Esta por aquí! —gritó Neji, alertando a la azabache ya que su voz hizo eco en el lugar.
El equipo Guy aceleró el paso luego de la indicación de Neji, ni siquiera él podía creer que se trataba de ella, su chakra era poderoso y transmitía peligro. Lee, abrió levemente los labios al ver aquella melena color azabache caer por sus hombros hasta la altura de su cintura, su mirada ónix que hipnotizaba y aquel físico femenino hermoso que sentenciaba a quien la miraba de cerca.
Kanade, rapidamente invocó a Kenzo y este apareció tras una bola de humo, miró en dirección a las personas que se acercaban dándose cuenta de que dos de ellos eran lo suficientemente rápidos como para alcanzarla en cuestión de segundos.
— ¡¿Kanade - san, en verdad eres tú?! —preguntó a pesar de que sabía la respuesta, dando varios brincos tratando de aumentar su velocidad.
— ¡Definitivamente es ella, Lee! ¡Les dije que se trataba de Kanade! —respondió su compañero que miraba directamente a la azabache.
Kanade, se subió de un solo salto al águila y miró en dirección de quienes la seguían llamando desde el suelo, su mirada se oscureció al percatarse de que estos intentaban alcanzarla pero, su expresión en el rostro se tranquilizó al reconocer a las personas de dicho escuadrón, el equipo Guy. Elevó unos cuantos metros a Kenzo y miró una vez más a las personas que había reconocido, fijando su mirada en el chico de cabello largo y lacio que mantenía sus ojos fijos en ella al igual que el resto.
— ¡¿A qué has venido?! —exigió la chica con una mueca de rabia, ya no se trataba de la linda azabache del séptimo escuadrón sino más bien, de una renegada que abandonó Konohagakure.
— ¿Quién venció a Sasori? —preguntó con frialdad, provocando que Lee negara con la cabeza.
¿Por qué Kanade – san preguntaba algo así? ¿Conocía a quien ayudó a capturar a Gaara? ¿Era acaso su aliado?
— ¡¿Por qué te interesa?! —preguntó el Jounin a cargo del escuadrón y la azabache se encogió de hombros.
—Me dispuse a asesinarlo, porque fue quien secuestró a Gaara —mintió, cubriendo la verdadera misión que Orochimaru y Bushido – sama, le ordenaron.
Miró a su derecha al darse cuenta de que Rock Lee ya no se encontraba en su sitio, encontrándose de inmediato con él lanzándole una fuerte patada la cual traspasó su cuerpo con facilidad haciendo que él chico se dirigiera contra una gran pila de rocas. Todos, se sorprendieron de ver como Lee había fallado en su golpe y comenzaron a cuestionarse si en verdad era Kanade la chica que tenían frente a ellos.
— ¿Intentarán otro movimiento como ese o me dirán quién venció a Sasori? —dirigió su mirada al chico que impactó contra la pila de rocas y luego, miró a quienes seguían observándola confundidos.
— ¡Eres aliada de Orochimaru! ¡No podemos confiar en ti! —declaró Lee con tristeza y ella, sonrió con sarcasmo.
—Nunca estuve con Orochimaru, desde que traicioné a Bushido – sama luego de entrenarme, decidí trabajar por cuenta propia y para que puedan confiar un poco en mí, les daré información sobre los movimientos de Akatsuki —admitió, sorprendiendo a quienes se quedaron en silencio.
El lider del equipo se adelantó un paso para detener las palabras de la azabache, no podía confiar en ella solo por brindarles información. Era cierto que necesitaban saber porque Gaara había sido secuestrado y con que objetivo, pero no por ello no tratarían de llevarla con ellos.
—Que nos Reveles esa información no te asegura estar a salvo —amenazó.
—Me arriesgaré —contestó, disminuyendo la altura del gran Kenzo.
—Kanade... —la nombró Neji, intentado acercarse a ella.
Aún recordaba cuando la rescataron de los secuases de Orochimaru, pero poco después esta se marchó al cumplir los catorce años tras finalizar su entrenamiento con el quinto Hokage, frente a él se encontraba una chica diferente que resaltaba todos los dotes de una mujer sumamente hermosa. Definitivamente aún sentía algo especial por ella y ya no era aquella intriga por sus capacidades de un Uchiha.
—Akatsuki, esta secuestrando a los Jinchuriki para extraerles su bijuu. Tal parece que los reúnen para despertar más que un simple poder —pudo escuchar una risa muy baja por parte del águila que montaba—. Protejan a Naruto, que él es el Jinchuriki del zorro de nueve colas. En realidad, protejan a todos aquellos que tengan un Bijuu para que Akatsuki no consiga lo que están buscando —finalizó.
—Sakura... Sakura – san y Chiyo – baasama fueron quienes enfrentaron a Sasori y lo derrotaron —habló con indiscreción Lee.
Todos notaron como en el rostro de la azabache se reflejaba la incredulidad, como si fuese incapaz de creer que alguien como Sakura tuviese la capacidad de vencer a alguien supuestamente poderoso, ¿cómo lo logró?.
—Seguro la anciana hizo todo el trabajo —cortó y frunció el ceño al ver como todos los del escuadrón se colocaban en posición de batalla.
—Ahora que te encontramos, te llevaremos de regreso a la aldea de Konoha —anunció el líder con una sonrisa de determinación.
—Quiero informarles antes de que empiecen, que no están a mi nivel y les sugiero que se retiren si no quieren ser heridos —se cruzó de brazos y sonrió.
— ¡No nos detendremos ni con todas tus advertencias! —declaró Tenten con rabia y sacó un pergamino lo bastante grande—. Te llevaremos a la aldea para que a sumas las consecuencias de tus actos.
—No me queda de otra... —sonrió levemente y pronto, el enorme águila desapareció—. Si logran tocarme, iré con ustedes sin ninguna objeción.
Al escuchar ese acuerdo, el equipo Guy se preparó mentalmente para dar informe de que Uchiha Kanade, volvía a la aldea.
. . .
¡Que gran cambio! ¿No lo creen?
En serio, les aseguro que esta versión les agradará muchísimo más que la anterior.
¡Muchas gracias por leer!
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