Con una camisa lisa blanca, un short bordo, zapatos de tacón amarillos y un saco de seda azul marino, Charlotte, apareció junto con Alaric, en el cordón izquierdo del Río Támesis.
— ¿Quién es Harry? —preguntó de repente el pequeño.
— ¿Cómo quién es?
—Ayer, te escuché pelear con Louis por algo que tiene que ver con un Harry. ¿Quién es?
—Era mi novio. —contestó con sinceridad.
— ¿Lo querías?
—Lo quiero mucho. —respondió ella, con tristeza.
— ¿Y a Louis? —indagó el chico, mirándola fijamente con sus cristalinos ojos.
—También, pero Lou es mi amigo. Y solo eso.
— ¿Nunca van a ser novios?
— ¿Por qué me preguntas eso?
—Fuimos una familia cuando estábamos en París. Tu, Louis y yo. —dijo el pequeño, mirando detenidamente el río. —Tal vez, si se hacían novios, éramos una familia de verdad.
—Mi vida. —comenzó ella, agachándose a su altura. —Lou te adora, eres muy importante para él. Y eres lo más importante de este mundo, para mi.
—Lo sé, ustedes también.
—No importa si somos o no, novios. Siempre vamos a quererte. —dijo ella, abrazándolo por los bracitos del pequeño. Se quedaron así unos segundos, hasta que el teléfono de Charlotte sonó. Esta, lo tomó, y contestó la llamada.
—Liam, ¿Cómo estás?
—Bien, ¿tu?
—Bien.
— ¿Estás ocupada?
—No, ¿por qué?
—Estamos con los chicos en la casa de Niall, ¿quieres venir?
—Es que, no estoy ocupada, pero no estoy sola.
— ¿Estás con Louis?
—No, estoy con mi hermanito. —responde ella, tomando la mano del pequeño, y continuando con su caminata.
—No importa, tráelo.
— ¿Seguro?
—Seguro, solo ven.
—En media hora estoy allá. —contestó ella, cortando la llamada. — ¿Podemos ir a la casa de un amigo mío? Seguro te encantará, Niall, Liam y Zayn son grandiosos.
—De acuerdo, pero... Tengo hambre.
—Pasemos por un café para mí, y un budín o muffin para ti. —dijo ella, mientras comenzaban su caminata hacia un Starbucks, y luego, a tomar un taxi.
— ¿Por qué mierda estás haciendo esto?
—Cuando Charlie llegue, y también Harry, se van a encontrar, van a hablar de sus cosas y van a volver a ser amigos, aunque sea. Dime... ¿Aguantas con ese humor a Harry todos los días?
—Es nuestro amigo, y lo quiero. Pero es realmente insoportable. —comentó Niall, comiendo unas galletas de chocolate, o más bien, enguyéndoselas.
—Liam...
—Son nuestros amigos, Zayn. Aunque estes enojado con Charlie.
—Como sea, total, siempre con tu sonrisa de bueno, concigues lo que quieres. —soltó el moreno con fastidio, comiendo una de las galletas de Niall, el cual, lo fulminó con la mirada.
—Agarra otra galleta, y te quedas sin mano. —le advirtió, haciendo reír a Liam.
Pasados unos veinte minutos, o tal vez, llegando a la media hora, el timbre de la imponente recidencia sonó. Un mayordomo atendió a la pareja de hermanos, dejando entreveer la hermosura de aquella casa, y bajando una de las escaleras dobles, se hayaban Zayn, Liam y Niall, el cual, este último, se lanzó a los brazos de la Parisina.
— ¡Charlie! ¡Te he extrañado tanto!
—Nos vimos antes de ayer, Nialler. —dijo ella, riéndo.
—Lo sé, pero todavía no me acostumbro. Te fuiste mucho tiempo. —comentó el, volviéndola a abrazar. — ¿Y tú quién eres?
—Alaric. —susurró el pequeño.
—Es Alaric, mi hermanito. —lo presentó ella al niño, el cual, en menos de un segundo, terminó en los brazos de Niall.
—Alaric vas a ser la única persona afortunada de esta casa, a la que le convide de mi comida. ¿Quieres galletas de chocolate? Las hizo Nana y déjame decirte, Nana es la mejor cocinera del mundo... Luego de tu hermana, claro. —comentó el chico, haciendo reír a los dos franceses. —La cual, debería redimirse por su ausencia con dos o tres pasteles.
—Lo prometo, en cuanto tenga cocina. —dijo ella, riéndo. —Vivo en un hotel ahora. —le explicó la castaña.
—Cómo sea, ya me vas a cocinar. —advirtió el rubio, subiendo las escaleras hasta su alcoba, donde se encontraban las tan famosas galletas.
— ¿Quieres algo de beber? —indagó Liam, en tono educado.
—No, gracias. Comimos algo en el camino. —le explicó ella. — Y ustedes... ¿Qué cuentan?
—Ganamos las nacionales. —contó el castaño, con una sonrisa.
— ¡Oh, felicidades! ¡Eso es increible!
—Si, y fue más ya que lo hicimos sin el capitán. —dijo Zayn, mirándola con indiferencia. —El cual, quedó hecho un zombie luego de que te fuiste. Iba al colegio una o dos veces por semana, y a las prácticas dejó de ir en cuanto te fuiste. Si, fue bastante increible. —comentó con malicia, Zayn.
— ¡Malik! —le regañó Liam, viendo de reojo a la parisina. —Charlie...
—Vamos, Liam. No seas idiota ¡Déjala! Ella fue la causante de que Harry esté como un muerto, ¿y todavía la defiendes? Tu mismo la oíste cuando se lo decía al franchute.
—Las cosas no son así, Zayn. —dijo Charlotte, en un susurro.
— ¿No? ¿Y cómo mierda son? —preguntó con furia. —Dejaste a Harry tan mal como cuando internaron a su madre, y tienes la cara para volver. Eres lo peor que vi en mi vida, Charlotte.
—Lo sé. —soltó ella, en un susurro casi inaudible.
— ¿Lo sé? ¿Es lo único que piensas decir? —inquirió más molesto, el británico.
—Zayn... —dijo en un tono de advertencia, Liam, el cual, fue ignorado por el aludido.
— ¡Eres una manipuladora! ¡Una puta más de la lista de Harry! —le gritó con furia. — ¡Le dije a ese idiota que a las mujeres debía tenerlas para sacarse las ganas! ¡Son todas iguales! ¡Unas putas arrastradas! —vociferó el moreno, y antes de que pueda decir más nada, la mano de Charlotte se estampó de lleno en la mejilla del chico.
— ¡Cierra la boca, Zayn! ¡No tienes idea lo que pasa! ¡No tienes idea lo que pasó!
— ¡Entonces dime! ¡Dime por qué carajos lastimaste a mi hermano! ¡Dame solo una razón para no odiar a una de mis mejores amigas! —le dijo este, con tristeza en la voz. —Para no odiar a mi única amiga.
—Basta, tranquilicense. —musitó Liam, poniéndose en medio de los dos, los cuales, en medio de la contienda, se fueron acercando peligrosamente el uno al otro.
—Lo hice por su bien, Zayn. —comentó ella, ignorando la presencia de Liam en mitad de la escena.
— ¿Por su bien? —dijo este, con ironía. —Jamás en toda mi vida lo vi tan borracho, tan drogado y tan... Tan perdido. Jamás lo vi tan perdido como el pasado diciembre.
—Yo... —murmuró ella, pero la opreción en el pecho le impidió continuar, y las lágrimas no tardaron en apoderarse de sus ojos, cual mezquino timador. No podia decirle que su padre habia muerto, que habia quedado huerfana con su hermano pequeño a su cargo, no porque le diera verguenza decirlo, sino por que realmente no queria la lastima de nadie, simplemente odiaba ese sentimiento y no iba a permitir que nadie la mire de esa forma. Charlotte era fuerte, aunque en su interior se iba quebrando de apoco con la falta del ruludo.
Asi que decidio quedarce en silencio mientras se limpiaba una lagrima que se le escapo.
—Lo sabía. No tienes nada lo suficientemente convencible como para lanzar. Eres de lo peor, Charlotte. —dijo Zayn, para luego, salir de la casa de Niall, sin siquiera, lanzarle una mirada a Liam.
Si Zayn supiera lo que esas palabras le probocaban.