Capítulo 37

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—Tengo habre, ¿tu? —preguntó ella, parándose del sillón y llendo a la cocina, seguida por el.

—Si, bastante. —respondió, mientras ella abría el refigerador y sacaba una botella de gaseosa, dos vasos y luego buscaba en la alacena que podía hacer. —Pidamos algo.

— ¿Comida china?

—¿Por qué no comida de verdad? —preguntó él, haciendo reír a la chica.

—De acuerdo, ¿qué quieres? —preguntó, tomando el teléfono.

—Pizza. Con jamón, tomate y huevo.

—Eso no es comida de verdad.

—Pide eso. Dos.

— ¿Dos pizzas? ¿Para ti y para mi?

—Como mucho. —le contestó, haciendo reír a la castaña. Esta, ordenó las pizzas, para luego servir los dos vasos de gaseosa, y cuando estaba guardando la botella, las manos del castaño se colaron por su cintura, haciéndola girar, mientras la apoyaba contra el frío aparato, y él. Este sonrió pícaramente, mientras esta sonreía en forma avergonzada, cosa que volvía más loco a Harry.

El joven, colocó sus labios suavemente sobre los de la parisina, haciendo que ella conteste delicadamente al contacto del chico, mientras este, tomaba con más presición el cuerpo de la muchacha, y su boca, se aprisionaba a la de ella, de forma más pasional, mucho más ardiente y directa. Sus ojos estaban cerrados, sus respiraciones eran agitadas y disparejas y el descontrol de ese momento era visible al tacto. El muchacho, en un movimiento vertiginoso, tomó de la cintura a la chica, alzándola, haciendo que ella, para no caer al piso, enrrosque sus piernas, al contorno de la cadera de él, mientras este, colocaba sus manos en la espalda de ella, y ella, alrededor de su cuello.

A pasos firmes, caminó hasta la mesada de la cocina, donde la apoyó a ella, mientras la acorralaba con monstruosidad, haciendo que sus bocas se muevan con mayor velocidad y más hambre que con anterioridad. Las manos de Harry fueron bajando desde la espalda de ella, hasta sus muslos y piernas, apretando estas más a sus costados, mientras que las frágiles manos de ella, se apresaban en el cuello y cabello del chico, tirándolo más hacia ella.

Luego de un tiempo poco definido, entre besos y gemidos, el chico, colocó una mano en la cadera de ella, acariciando la piel sobre la tela, para después introducirla debajo de esta, y empezar a acariciar la delicada y tersa piel de la castaña. Su vientre, subiendo a su abdomen, y al saber Charlotte, que lo que estaban haciendo estaba terriblemente mal, se separó un poco de la boca de él. Este la miró, con una mirada completamente diferente a la que Charlie se esperaba, no era de enojo o frustración, era de disculpa, y eso, la hizo sonreír suavemente. Y antes de que ninguno de los dos diga nada, el teléfono sonó.

—Hola. —atendió ella, con una voz bastante agitada.

—Charlotte, ¿cómo estás?

—Louis, qué... Sorpresa. Bien, ¿tu?

—Bien. —contestó este, con suavidad. —Llamaba porque el lunes, tengo que ir a una cita de trabajo en el Hotel May Fair, y quería saber, si luego de ello, podríamos ir a tomar algo, o pasear por allí.

—Louis...

—No me rechaces, por favor. —dijo en tono lastimero, haciendo reír a Charlotte.

—De acuerdo, ¿a qué hora?

—Luego del entrenamiento, ¿te parece?

—Está bien, nos vemos.

—Nos vemos, linda. Te quiero.

TROUBLEMAKER - Harry StylesWhere stories live. Discover now